Capítulo VIII (Piacere)

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(¡ATENCIÓN! Capítulo con escenas sexuales, leer bajo su propio riesgo)

P.O.V. Diana: 

La sociedad a menudo comete errores, por lo general existen varios tipos de ellos, pero de los que no toleraba eran esos producidos por la ignorancia... ¡Y encima, voluntarios! 

Y el peor error que se podía cometer conmigo, era creer que tenía el mismo humor, inocencia y paciencia que mi madre. 

No soy una mujer muy conflictiva, pero no se debería buscar pelea conmigo, porque soy más parecida a mi padre en ese aspecto. 

Sabiendo esto, no dudo jamás cuando tengo que actuar contra alguien que me fastidia demasiado. 

En el caso de los hombres, no me gusta pelear para ganármelos, ¿Qué tipo de cosa es esa? 

Con esta idea firme en mi cabeza, seguí a Alison por los pasillos sin que ella lo sepa, aunque estaba siguiendo su juego. 

No voy a interferir en nada de lo que ocurra, ella se veía bastante segura de hacia dónde iba, y efectivamente, Alec estaba con su teléfono del trabajo mandando algunos mensajes en una de las salas. 

No se veía muy contento, estoy segura que cuando está mensajeando o regañando en italiano, algo no está bien en su trabajo. 

¿Cuál es el poder de esta rubia? ¿Cómo sabía dónde estaba Alec? ¿Y por qué quiere generar tanta pelea?

No interrumpí en la escena, me mantuve bastante alejada mirando la situación. 

Alec no se inmutó ante la presencia de Alison, hasta que la tuvo enfrente. 

—¡Hola Alec! ¡Tanto tiempo! —ella exclamó emocionada.

Él la miró unos segundos un poco confundido. 

—No sé quién eres —volvió a mensajear y ella se acercó un poco más. 

—Soy la hija de Sergio, el científico que estudió a Anya, yo sí te recuerdo... —murmuró coqueta. 

Algo en la actitud de Alec cambió, y su rostro formó un gesto de malhumor y molestia. 

—No sé quién eres, ya te lo dije —repitió y ella se acercó más. 

Antes de que Alison diera un paso más, él la empujó unos metros y apretó los puños. 

—No me toques, no me molestes, no me hables —masculló. 

—Guau, era verdad lo que todas decían, eres un maleducado y grosero —se cruzó de brazos. 

—Me halagas, también soy un asesino y un vampiro que no soporta a las personas —se fue del lugar sin decir más. 

Aguanté mi risa al ver la cara irritada de Alison, y no me contuve, tuve que ir con ella a ver más de cerca su frustración. 

Me paré detrás de ella y alcé una ceja ante su expresión de enojo. 

—No puedo creer nada de lo que veo, jamás pensé que un vampiro querría a una simple humana y tener hijos con ella —habló al notar mi presencia. 

—¿Qué mierda te pasa? —mis brazos tomaron temperatura —No vayas a meterte con mi familia, porque la vas a pasar muy mal. 

—Ah, ¿Si? —sonrió burlona. 

—No sabes de lo que soy capaz cuando me enojo —me puse frente a ella y me acerqué —Voy a prenderte fuego ese cabello rubio, no hagas que te lo demuestre... 

Puso una mano en su pecho ofendida, y antes de que responda, su padre vino al rescate. 

—Alison, ¡Ven aquí! —Sergio le ordenó. 

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