10. Lluvia

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Lucas

Había salido de la escuela minutos después de la salida habitual para todos los demás estudiantes, todo eso porque la profesora Alejandra de la clase de francés me había retenido en uno de los pasillos para felicitarme abiertamente por mi decisión de continuar con la clase e incluso me hizo el segundo cumplido gratificante.

—Veo que Olivia ha mejorado en las últimas dos pruebas, y tú por mucho eres uno de los mejores estudiantes así que sigue siendo una buena influencia. –dijo orgullosa, lastima que perdió un poco de calor al agregar. —Por favor, se igual de aplicado en el francés como el la biología si no es mucha molestia, Lucas.

Después de la escuela aun era temprano para ir al restaurante y por ello, me dirigí a casa ya que no tenía mucho por hacer. Era viernes, por tanto, tal vez alguien se sumaría a la comida. Cuando llegué a casa, efectivamente ahí estaba mi madre sentada frente a la mesa, a un lado de ella se encontraba Lisa y siguiéndola se encontraba su madre, la señorita Jane.

—Lucas, te hemos estado esperando una eternidad de tiempo. –musito mi madre tratando de excusarme antes de que yo lo hiciera. —Lisa dijo que no sabía por qué te habías retrasado.

—Si bueno, me han felicitado en la clase y la profesora se ha quedado hablando conmigo. –sentencie y me senté acompañando la comida del día.

Mi madre hablaba continuamente con la señorita Jane, sobre Lisa en general pero también tocaban temas como “¿Qué universidad elegirá Lucas cuando se gradué?” o “Lisa será doctora, ya lo ha decidido. El pequeño Asher también, ¿Cierto?”.

Lisa y yo no formábamos parte de esa conversación, había intentado no hacer contacto visual con ella después de nuestra última conversación pero yo si podía sentir su mirada. Aunque ambos nos vimos forzados a vernos mutuamente cuando su madre dijo sonriente:

—¿Imaginas que tú pequeño Lucas y mi Lisa querida terminen siendo pareja? ¡Oh, creo que serían perfectos! El uno para el otro. –pronuncio con extrema felicidad y Lisa que daba un sorbo a su vaso de agua casi se atraganta después de dicho comentario.

—Lisa querida, ¿Qué te sucedió? Acaso te asustó la idea de terminar con Lucas, pero si es adorable mi esas mejillas. –comento de nuevo esta vez haciendo casi que me atragantase también.

—¡Mamá! –gritó Lisa avergonzada.

—Me halaga señorita Jane pero temo que Lisa tiene nov…–dije dejando las últimas palabras al aire por qué la misma Lisa me pateó una pierna que venía con un mensaje en su expresivo rostro y decía “cierra la boca”.

—¿A qué te refieres querido? –pronuncio su madre. —No me dirás qué ya tiene un novio –dijo mientras miraba a su hija.
—¿Oh sí, Lisa? Por favor que no sea ese muchachito Josh.

—No, no, no mamá. Lo que Lucas quería decir es que no tengo tiempo y menos ahora que tengo novedades, ¡Eso! Novedades, ¿Cierto Lucas? –comentaba Lisa y pasados unos segundos volvió a patearme debajo de la mesa, está vez con más intensidad pero con el mensaje contrario a la vez anterior.

—¡Ay! –grite. —Digo, si, si, es eso.

—¿Qué tipo de novedades? -preguntó mi madre curiosa.

—P-Pues… yo..  e-este… me he ganado una medalla en la clase de literatura por el mejor ensayo de la escuela. –dijo y enseguida todos le dirigimos unos aplausos, era verdad, si había ganado pero por alguna razón no se lo había mencionado a nadie. Tal vez lo guardaba para una ocasión especial.

La conversación siguió hasta el punto de centrarse en Lisa y sus logros académicamente, continuamos la comida y debo confesar que fue una de las más agradables presenciadas en casa. Cuando llegó la hora de despedir a las invitadas del día de hoy, me acerque a mi madre y le susurré: tengo ganas de ir a esa tienda nueva en el centro, iré y regresaré antes de las 10 ¿Está bien? Ella dijo: A las ocho, máximo. Le lance una contraoferta y ya que me había estado comportando “bien” cedió. 9:30, hecho.

Mi madre y la señorita Jane se quedaron charlando unos últimos minutos y Lisa y yo intercambiamos miradas.

—¡Ojalá se enamoren pronto! –repitió su madre sonrojando a ambos.

—Vamos madre, por aquí. –dijo Lisa con voz tímida quitando a su madre a la salida.

Aunque fuéramos nosotros Donde viven las historias. Descúbrelo ahora