𝗣h𝗼t𝗼g𝗿a𝗽h | 𝗝H

Capítulo seis

–¿Un ataque terrorista? –Pregunta con un tono tan serio que su cuerpo siente un escalofrío. –¡¿Estás bromeando?!

–Es trabajo, SeungCheol. –Intenta explicar, cómo cada vez que tiene que ir a algún nuevo lugar a trabajar. –Además ya pasó todo, no habrá nadie más que mi equipo.

–¡Da igual! No quiero que te arriesgues así.

–¡Siempre dices eso!

–¡Porque tu trabajo te pone en peligro constante! Y lo sabes. –Solo toma su abrigo y se dirige a la puerta, no quiere seguir con esa conversación. –¿A dónde vas?

–A un lugar en dónde no me sienta asfixiado, Cheol, ahí voy.

Se despierta de golpe, su respiración se siente inestable y una sensación de molestia e incomodidad lo invaden.

No recuerda su sueño, pero sabe que fue una pesadilla por las sensaciones que tiene.

Respira hondo mientras se repite que es un sueño, nada real. Y después mira el reloj: 8:30 am.

Decide que es buena hora para comenzar el día y sale de la habitación, encontrandosé con la puerta frente a él.

Es una habitación que en realidad no sabe que guarda, y es extraño, porque ahora que lo piensa... ¿Por qué SeungCheol no duerme en esa habitación y lo hace en el sofá?

Duda un poco sobre lo que hará, y al final su mano termina en la perilla, dispuesto a abrir.

–Buenos días. –Escucha a su espalda y da un brinco. –Lo siento si te asusté.

Se gira y entonces lo ve, está ahí parado, sonriéndole como si nada.

–Buenos días. –Dice cortamente y entonces el azabache pasa de largo, encerrandose en el baño.

Él vuelve a su habitación.

Tras unos minutos en los que aprovecho para ordenar y cambiarse, sale de nuevo, más despejado.

Pero al ver a SeungCheol desayunando en la barra de la cocina, esa sensación de malestar vuelve. Y con ello la inquietud por la puerta misteriosa.

–¿Quieres cereal? –Ofrece el azabache y él niega. Mira como el otro se encoge de hombros. –Bien.

Llega a la cocina y toma un sartén, está pensando en preparar huevos para desayunar.

–¿Qué hay en la otra habitación? –Suelta de golpe, al mismo tiempo que rompe un huevo en el sartén, escuchándose el sonido del aceite caliente.

–Cosas de mi trabajo. –Responde con simpleza. –Y algunas del tuyo, es una bodega improvisada.

Aquello le sorprende, entonces realmente tenía un trabajo. Pero, ¿por qué no lo han buscado?

–¿De que trabajo?

–Se me hace tarde, te veré a la noche. –Dice SeungCheol poniéndose de pie y llendo por su saco y portafolio. –Escucha, puedes entrar si quieres, pero no me preguntes más, no ahora.

Su tono sigue siendo igual de neutral, pero más bajo, como si se arrepintiera de lo que ha dicho, y tras eso solo sale.

JeongHan mira aún el sartén, el huevo parece quemarce así que da la vuelta y continua con su tarea.

Cuando termina de comer, limpia todo y se dirige al sofá. Enciende la televisión entontrandose con el canal de noticias.

"En otras noticias, otro ataque terrorista se sucita en Incheon, esta vez el número de heridos aumento, y las autoridades hacen todo lo posible por dar con los responsables".

Su cabeza empieza a doler al escuchar aquello, cierra los ojos con fuerza y aprieta con fuerza los costados de su cráneo. Duele.

–¿Qué diablos...? –Pregunta, apagando el televisor. El ruido lo aturde.

Camina un tanto mareado hasta el baño, toma la perilla y abre la puerta. Pero no se trata del baño, si no de la habitación de la mañana, está justo a un lado y por error entró ahí.

Con dificultad logra distinguir un escritorio y cajas, muchas cajas. Al final cierra de golpe y con trabajo vuelve a la habitación para tirarse en la cama y cubrir su cabeza con una almohada.

No sabe cuánto tiempo pasa, pero se queda dormido.

–¡Entiende que no puedo no ir! ¡Es mi maldito empleo! –Vuelve a gritar, golpeando la mesa con enojo.

Su pareja está al otro lado de está, con los brazos cruzados, ambos mirándose fijamente.

–¿Por qué no quieres ver el peligro de lo que haces?

–Lo veo, eres tú quien siempre cree que corro a una muerte segura. –Responde y puede ver cómo las lágrimas llenan los ojos del otro. –Tú tratas con asesinos, terroristas y violadores en tu empleo.

–Es diferente...

–¿A si? ¿Cómo?

–¡Porque yo no voy por ahí, directo a la escena del crimen cuando todo apenas pasará o está pasando! –Grita también, un par de gotas escapan de la comisura de sus ojos –Además, trabajo defendiendo a las víctimas de esos infelices.

–Cierto, lo siento, señor siempre estoy del lado de la víctima. –Su tono es duro, buscando ser rudo con sus palabras. –Felicidades, te convertiste en la víctima de todo como siempre ¡y yo puedo ser el maldito psicópata! –Escupe sin tacto.

Su visa se vuelve borrosa por las lágrimas. Está cansado.

–JeongHan, dejemos de discutir, no eres el psicópata, ni el malo en esto. –Intenta acercarse a él, pero solo lo empuja.

–Ya no lo soporto, Cheol. –Dice, mirándolo tan molesto como su expresión puede hacerlo notar. –Quiero el divorcio.

Vuelve a despertar de golpe, notando que casi cae de la cama.

Rueda hasta el centro de esta y respira, fue suerte que haya reaccionado.

Se sienta y mira por la ventana, es de noche y el reloj indica que pasan de las 11:30 pm. No escucha ruido, así que deduce que SeungCheol aún no llega.

Aunque es raro, el siempre ha llegado antes de las 11:00 pm, así que no sabe si se le hizo tarde o surgió algo.

"¿Y si algo le pasó?" Piensa llevando a su mente a trabajar en plasmar miles de escenarios.

Busca el teléfono para llamarlo, pero claro, no sabe el número de su celular ni de su trabajo. Las lágrimas amenazan con salir y de momento la puerta se abre.

–¡Cheol! –Grita JeongHan y corra hasta él, abranzolo con fuerza como si temiese que no sea real.

–¿Estás bien? ¿Te pasó algo? ¿Saliste? –Las preguntas llueven y JeongHan solo lo mira a los ojos, está llorando, SeungCheol se detiene y respira, lo abraza consolandolo, y así se quedan por un buen rato.

–Duerme conmigo. –Pide en un murmuro, y SeungCheol solo le mira desde arriba, besa su cabeza y ambos se dirigen a la habitación para descansar. Fue un día largo.