Ella era su joya más preciada y él ya no la quería lejos, no dejaría que pasará más tiempo sin tenerla a su lado, no quería leer los poemas que le escribía, quería escucharlos, no quería sentir tristeza al oír en susurros su nombre, quería que los d...
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Pensaron que el sultán caería de rodillas cuando extendió los brazos para recibirla, los de ella envolvieron su cuello cuando sus pies dejaron de tocar el suelo.
Todo era silencio, la pelirroja no podía quitar su mirada de ellos, hasta que la madre sultana dejo escapar un pequeño sonido que ocultaba un llanto. Esto logro que Hurrem quitara su mirada y observara a su alrededor, vio como la mayor se levantó de su lugar y camino rápidamente hacia ese par para tomar a la femenina en sus brazos, seguida de Hatice que tenía una de sus manos sobre su boca y lágrimas en sus mejillas. Se escuchó la voz del pequeño príncipe al ir lentamente hacia su padre, seguido de su madre quien tenía una enorme sonrisa y ojos llorosos. Pudo escuchar como todos se saludaban con gran alegría, la efusividad con la que Mustafa contesto cuando ella lo saludo, abrazo y beso su frente, cómo Mahidevran y Hatice acariciaban su cabello.
Finalmente se acerca el sultán con ella nuevamente entre sus brazos, la cual tomaba la mano de Hafsa sultán y ese fue el momento en el que las miradas de ambas se encontraron por primera vez, la de cabellos claros se sorprendió y su expresión con grandes ojos abiertos lo demostró, luego frunció un poco su ceño y susurro al oído de Suleiman, el cual la suelta finalmente dejando que se pose en frente de la extranjera. Cuando los ojos de los enamorados se encontraron habían emociones muy diferentes. En los del hombre había felicidad pura y en los de la mujer confusión y molestia, y aunque lo primero era entendible para él, lo segundo no sería aceptado y se lo dejaría en claro.
Ambas vuelven a mirarse y la de vestido rosa ya tenía una mirada neutra la cual se desvío a el niño en sus brazos y dejo ver una suave sonrisa, miro al hombre a su lado, quien le devolvió la mirada y volvió a mirarla a los ojos.
-Hurrem- es la voz del hombre, que aún siendo suave, la hace dar un pequeño salto en su lugar- Levántate-
Lo hace con un poco de dificultad al tener a su hijo en sus brazos. Este aún es observado por la desconocida que vuelve su mirada a ella esperando algo, uniendo por delante sus manos, con un porte recto, cabeza en alto, al no obtener nada más que silencio le habla por primera vez, con sus ojos fijos en los suyos.
-Me presento, soy Zeynep Sultán, primer hija de su majestad, el sultán Suleiman- luego de unos segundos de no obtener respuesta vuelve a hablar- Es un gusto conocerla sultana Hurrem y estoy muy feliz de conocer finalmente a mi segundo hermano menor, el principe Mehmed-
Hurrem seguía sin poder decir una palabra, frente a ella había una hermosa niña que rondaba los 8 o 10 años, podrían ser más, pues su joven apariencia contrastaba con su delicado y elegante comportamiento, obviamente demostraba haber tenido una buena educación.
-Hurrem- habló la mayor en el lugar- ¿Aún no has aprendido a saludar cómo se debe?-
Volviendo a ser consiente de su alrededor y sus movimientos la mujer se inclina un poco en forma de saludo.
