Ella era su joya más preciada y él ya no la quería lejos, no dejaría que pasará más tiempo sin tenerla a su lado, no quería leer los poemas que le escribía, quería escucharlos, no quería sentir tristeza al oír en susurros su nombre, quería que los d...
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-Listo mi sultana, ha quedado hermosa ¿No le parece?-
La niña se observó en uno de sus espejos, admiró su peinado y las joyas que adornaban su cabeza.
Perfecta.
Ezgi sabía cómo prepararla ya sea porque la conocía bien o porque la había criado para tener esos gustos, sin importar cuál fuera la razón ella siempre estaba perfecta cuando veía su reflejo y lo confirmaba con los halagos de su abuela y de su padre.
-¿Mis hermanos también irán?-
-No, mi sultana, aún son pequeños-
-¿Mustafa?-
-El principe tampoco irá, usted sabe que los príncipes no pueden salir del palacio-
-¿Y por qué nosotras si podemos salir?-
La sirvienta pensó un momento, estaba segura de haberle explicado todo lo relacionado con el palacio y sus normas, pero siempre había que recordarle algunas cosas a la princesa. Era como si en su mente no pudieran entrar esas normas. Eran acciones, situaciones, reglas o conceptos que la menor nunca terminaba de comprender, y a pesar de poder recitar de memoria todo lo que se podía hacer o no, ella siempre preguntaba ¿Por qué?
¿Por qué un príncipe si? ¿Por qué una princesa no? ¿Por qué nosotras sí? ¿Por qué ellos no?
El conflicto siempre estaba allí. Ellas y ellos.
Tenía muy en claro los niveles de poder, no preguntaba por las diferencias de un esclavo, un sirviente, un eunuco o demás.
Sus preguntas eran sobre la diferencia entre príncipes y princesas.
-Los príncipes no pueden salir del palacio porque es algo peligroso para ellos, podrían ser el próximo sultán y alguien podría usarlos para obtener el trono-
Ellos podían ser El Sultán. Ellas no.
-¿Por qué debo ir? Podría quedarme con Ibrahim pasha y Mustafa, es entretenido estar con ellos- paró un momento para pensar- Además Ibrahim está buscando un profesor que pueda enseñarme a pintar. Hemos estado hablando de mis habilidades de lectura, escritura, idiomas, bordado, instrumentos musicales, geografía, también sobre plantas, mucho sobre literatura y definitivamente poesía, alguna que otra cosa de medicina y cocina, sobre las danzas y el canto- la menor paró al notar que había hablado sin parar y su cuidadora la veía divertida- En conclusión, hablamos mucho y notamos que se muy poco sobre arte. Está buscando un profesor que pueda enseñarme sobre ello y sus técnicas de dibujo y pintura-
-Me alegra que me cuente esto, ya me preguntaba yo qué tanto hacía mientras el príncipe Mustafa entrenaba-
Zeynep no le diría que Ibrahim era el único que le contaba sobre las guerras, las campañas de su padre, los entrenamientos y peleas, las armas y estrategias. Incluso le había contado algo que había aterrado a la niña.