Capítulo 4

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Dentro del campo de tiro se escuchaban disparos, bots destruidos y armas recargándose. Era Reyna. Destrozaba fugazmente de un tiro en la cabeza a los robots qué reaparecían al azar. Justo después de matar al número 100, un dolor de cabeza empezó a surgir,  era punzante y empezaba a perforar sus sienes. 

–¿Qué carajos?..–dijo Reyna al poner sus manos en la cabeza. Empezó a ver algo, no distinguía bien qué era. Una voz empezó a llamarla. Mientras entraba en una crisis llena de emociones entremezcladas y el dolor, al llegar a su máximo punto, cayó rendida perdiendo la noción de su existencia.

–Dios mío. –dijo la duelista como si despertará de una pesadilla. Las sombras extrañas estaban aprisionando más a Reyna. Había luchado sin cesar contra sí misma. Pero estaba cayendo en la tentación de poder.

Enfrente de ella, aparecieron una serie de recuerdos como si fueran una película, estaban sus compañeros, recordando los momentos que habían pasado con ellos, sin embargo se detuvo en un recuerdo en específico: Sage llevándole comida cuando ella fue duramente herida en una misión.

–Sage....

De repente aquel recuerdo empezó a consumirse en la negrura. Y de un instante a otro, apareció otra Reyna. Era ella misma.

–Tienes que encontrar tu luz. No debes dejarte caer. –le dijo la otra Reyna.

–Mi luz era Lucia. Ahorita nada me importa.

–No es así. Puedes tener otra luz e irá por tí. –hizo una mueca y desapareció.

Abrió los ojos y se frotó la frente. Estaba en el campo de tiro.

–No necesito una luz, no la necesito.

A partir de ahí Reyna fue consumida totalmente. Las formas extrañas absorbieron totalmente su conciencia. 

*****

–ya estamos aquí. –dijo Sova. Habían llegado a las afueras de las instalaciones del protocolo Valorant de Omega.

–entendido. –dijo Brimstone. Volteó a ver a Sage. –bien, tienes que ir sola. Cualquier cosa nos puedes avisar y Yoru irá por ti. Mientras tanto Sova irá a revisar en los alrededores a ver si encuentra información. Y yo cuidaré la nave. ¿Entendidos todos?

–Sí, capitán. –dijeron todos al unísono. Y todos fueron a realizar su cometido.

Sage entró a las instalaciones. Y caminaba cuidadosamente sin hacer ruido. Se adentra a un pasillo recorriendo lo que había dentro de los laboratorios. Ya qué gracias a los vidrios se podía ver lo que había en cada cuarto. Llegó a una puerta metálica. Todo estaba cubierto de metal. Era la única zona donde no se podía ver nada de lo que había dentro. De repente escuchó unos pasos y sin pensarlo dos veces entró a esa habitación.

Al ver lo que había dentro le invadió la curiosidad. Eran planos, análisis, fotos y cristales. Sage los reconoció. Se acercó al escritorio y encontró un cristal, exactamente igual a los que ella usaba.

*****

Sova estaba recorriendo los alrededores. El fuerte viento provocaba que sus cabellos rubios bailaran de manera revoltosa. Con la mirada encontró unas ruinas. Estaba muy destrozada. Caminó hacia ahí y conforme se iba acercando más lo reconoció.

–Es el pequeño santuario de Sage.. –dijo Sova sorprendido al llegar a la entrada, tenía grietas, las puertas habían desaparecido.

Al entrar el techo tenía muchísimos daños. Entraba la luz del sol, había un pequeño nido de pájaros, ramas de árboles y hojas marchitas.

–¿Qué habrá pasado aquí? –se preguntó Sova. Todo esto le daba una mala espina.

Decidió adentrarse hasta llegar a la puerta trasera. Estaba también destrozada. Al pasar por ahí había salido al aire de nuevo, sin embargo encontró algo que le heló la sangre.

–n...no puede ser. 

Destino (Reyna x Sage)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora