Destino (Reyna x Sage)

Capítulo 9

Sage estaba perdiendo fuerzas, su mente estaba entrando en un shock, lo que le había dicho la científica estaba ocurriendo. Viper analizaba todo el procedimiento, no se inmutaba ante el sufrimiento de la centinela.

 Se extrañó que su compañera Fade no estuviera ahí con ella, y Reyna no daba señales, pero no le importó mucho. 

De manera inmediata, las puertas de metal habían sido destruidas. Reyna vio a Viper, luego a Sage, al notar en su rostro la tortura que estaba sufriendo se enfureció más, invocó una odín y empezó a destrozar todo, Viper corría esquivando las balas. Se puso la máscara y a través de sus manos, llenó todo el lugar de veneno.

–No podrás matarme. -dijo Viper. Lanzó un dardo de charco venenoso, invocó una vandal, escuchó un ruido y empezó a disparar hacia donde provenía. Reyna lanzó su ojo y se movió rápidamente de lugar. El veneno no la dejaba ver. –Sal de ahí Reyna, no creerás que podrás detenerme. Tu tienes el poder y la fuerza, pero yo, el cerebro y el ingenio.

La duelista no dijo nada, tenía ganas de decirle que se callará pero eso sería revelar dónde se encontraba ya que estaba sentada en el suelo recargando su espalda en una pata de una mesa. Reyna escuchaba un ruido extraño arriba de su cabeza. Dentro de la zona infernal de Viper pudo percibir una pantalla indicando el proceso de sustracción de energía. No entendía muy bien a qué se refería, abajo, a un lado estaba la silueta de un humano, y en el otro lado contrario, una barra que se llenaba, decía 70%. Recordó donde estaba siendo retenida Sage y por fin entendió.

–vamos Reyna, aparecete, sino Sage morirá, pero claro, eso sería un gran favor para mí. –se rió desquiciadamente. La duelista estaba molesta. Empezó a cuestionar porque la chica que velaba por el bien de todos, quien daría su vida por algún compañero y curaba todas las heridas, tenía que sufrir de esa manera. Se mantuvo quieta, esperando pacientemente, no podría aguantar mucho tiempo si Viper sigue haciendo comentarios horribles burlándose.

<<aunque bueno, quién soy para juzgar si también me he burlado de Sage>>–pensó Reyna.

Reyna vió pasar frente a sus ojos un dardo. Lo reconoció perfectamente, había sido lanzado desde las afueras del mundo venenoso de Viper. Detectó donde estaba su enemiga y la duelista se entregó totalmente al placer de matarla, disparándole.

El veneno dejó de flotar dejando ver como Viper tenía una mano en su pecho donde había perforado la bala. 

-¡Matame, bitch!. -le reclamó la estadounidense. -Siempre has sido lo que has sido. Tú destruirás tu propio protocolo. 

Reyna ya había escuchado algo similar y eso provocó que su enojo aumentará. Se acercó a Viper y le disparó en la cabeza con su phantom, un orbe había salido de su cuerpo y lo absorbió.

-esto es tan exquisito.-dijo la emperatriz. Cambió su arma por una odin. -todo esto tiene que desaparecer.

Reyna estaba destrozando todo. Destrozó los dos dispositivos que estaban sustrayendo la energía de Sage, provocando que la soltaran cayendo en el aire. La duelista corrió hacia ella rápidamente y la atrapó entre sus brazos.

-Sage, despierta, por favor. -dijo suavemente Reyna acercando su frente con la de ella. -por favor.

La asiática no reaccionaba. Estaba inconsciente. Se acercaron Yoru, Sova y Brimstone hacia ellas.

-¿estará bien?. -preguntó preocupada Reyna mirándolos. Miró la pantalla destrozada del indicador, pudo percibir que había llegado a 99%. -¡no! ¡Sage! por favor, no nos dejes.

Reyna estaba entrando en un estado de desesperación. Cayó de rodillas al suelo sin soltar a Sage.

-Sage....por favor.... Perdóname. Nunca estuvo en mis planes dejarte morir, en serio perdoname. -lamentó la emperatriz. 

Brimstone se quitó su boina. Sova agachó su cabeza. Ambos estaban con los ojos brillosos.

-mierda. -dijo Yoru volteando hacia otro lado intentando ocultar sus lágrimas.

Las lágrimas de Reyna caían en el rostro de Sage. Por su mente pasaban los recuerdos de todo los buenos momentos que pasó con ella, pero recordó todo lo último que había ocurrido: su intento de matarla, las miradas de desprecio que le lanzó y sobre todo, las últimas palabras hirientes que le dijo por última vez.

Pensamientos de culpa empezaron a invadir su mente. Se recalca constantemente que todo no habría sido por ella si hubiera sabido superar sus deseos de venganza, de poder. La conciencia le remuerde el alma, era la primera vez que sentía tristeza ante la muerte de alguien, acostumbrada a pisar tantos cuerpos, a absorber sus almas, a ansiar el poder, a usar la violencia. Todo lo opuesto a Sage. No quería aceptarlo.

-me niego a dejarte morir. -dijo furiosa entre lágrimas. Su mirada estaba llena de determinación.