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Mel estaba lista para aquel viaje, emosionada como ella sola, feliz porque al fin, tendría lo que había anhelado por unos años atrás, ir de viaje con su esposo, al que ama profundamente.

Jungkook bajaba las escaleras con una de las maletas, verlo fuerte excitaba el cuerpo débil de Mel, no lo podía evitar, syu fuera por ella solo lo tendría desnudo para su disposición y deseo.

Jeon noto los ojos dilatados en ella, con esa postura rígida y mordiendo su labio, había olvidado lo bien que se sentía ver cómo lo deseaba día y noche, se acercó directo a su boca y plantó un beso fogoso, en el que ella gimió de inmediato.

- Me detendré o no saldremos nunca -murmuro amasando su trasero.

- Bien -respondio con desilucion- Pero apenas lleguemos al hotel retomaremos esto -se acercó a los labios de el tomando el inferior y con un toque de brutalidad mordió y jalo de él.

La electricidad viajo hasta el miembro de Jungkook, endureciendo de forma instantánea, su esposa sabía perfectamente como encender todo su cuerpo.

El teléfono de Mel comenzó a sonar en su cartera, interrumpiendo el momento excitante entre ellos, sin ganas, saco el aparto para ver quién era encontrándose con el nombre de Yoongi, Kook se preocupó pero no demostró mucho, más bien apenas miro el nombre le dejo sola.

Su esposa creyó que eran celos, y sonrió al acto del varón, lo vio subir las escaleras mientras ella contestaba la llamada.

- Hola Oppa -Kook se detuvo a mitad de camino, sacudió la cabeza al oirla y sin decir nada siguió con su camino, ella sonrió una vez más.

- No has venido por tus píldoras... ¿Te queda alguna? -se giro hacia la puerta y salió para hablar más tranquila.

- Lo siento, note que se me terminaron está mañana.

- Ven por ella, te esperarán en mi oficina.

- Yo... No creo poder ir -Kook escucho la conversacion- Nos iremos a Jeju con Jungkook... Ya lo sé,... Yo, no lo sé, veré si tengo tiempo -corto la llamada y Jeon se adentro a la cocina para discimular.

Un texto llegó al teléfono de este, puntual, preciso y conciso...

"Necesita su medicina"

Entonces Jeon, elimino dicho mensaje y todo un par de Jugos y agua embotellada para el camino.

- Estamos listos -dijo ella abrazando de su espalda.

- Ya casi -se giro en su dirección y abrazo de ella- Debo ir a decirle a HoSeok que no estaré en la ciudad, así no me llaman.

- Entiendo -ella encontró que era el momento apropiado para ir por sus pildoras- ¿No te molesta?

- Claro que no, jamás me molestaría por tu trabajo, pero... ¿Te molesta si voy a ver a Yoongi un momento?

Jungkook aspiro entre dientes, ya no había razón para enojarse por ello, era su médico y sabía exactamente el porqué de esa visita.

Pero debía pasar desapercibido.

- Sabes que no me gusta que te acerques tanto a él.

- Somos amigos, mis ojos ven solo en tu direccion, además, es mientras tú vas a ver a HoSeok.

- Apenas termine con HoSeok iré a buscarte, Mel... Lo haré tan rápido que no tendrás ni la oportunidad para decir "Hola".

Los ojos de ella brillaban, hace mucho no le hacía una escena de celos, comenzaron a juntar lágrimas, sentía que todo lo que vivía en ese momento era un simple sueño, del que no quería despertar jamás.

Se levantó en puntitas y con la ternuras más grande beso los labios de su esposo, quien contesto de la misma manera, apretando sus brazos al rededor de su cintura, camino con ella en los brazos hasta la encimera, donde la cargo y sento adentrando entre sus piernas.

- Eres tan insaciable -reclamo con una voz gruesa comiendo la piel de su cuello.

- Eres demasiado débil amor.

- ¿Débil? .... Te enseñare lo débil que soy.

Abrió la ebilla de su cinturón y sin demorar saco su miembro, penetrando de una estocada su interior, sentir el calor que lo envolvía, estaba enloqueciendo, y con pujes lentos pero fuertes la hizo suya.

Los gemidos de Mel se oían por toda la casa, una risita se asomaba de vez en cuando en sus labios de satisfacción, y cada que el hormigueteo la consumía en su vientre se arrepentía de las palabras dichas..

Jungkook, era excelente cuando del sexo se trataba.

No quería nombrar eso, le daba miedo, pensaba que si lo decía sería una pelea fija con la infidelidad de su esposo, le reclamaría cosas, ella le reclamaría otras y serían palabras de nunca acabar.

Kook explotaba con violencia en su interior, después de quedarse dentro pensó que había sido demasiado bruto, su mujer no estaba para recibir pujes de esa magnitud, de una forma cariñosa le pidió disculpa, dando pequeños y castos besos desde su hombro, clavícula, cuello y rostro, la lleno de ellos, dando risas y felicidad a la chica.

- Tendremos que desinfectar esta área también -dijo ella entre risas.

- Cuando volvamos, te haré el amor en cada mesón, cocina y comedor, así, desinfectamos toda el área -dijo divertido y rieron juntos.

30 días contigo.        ~Terminada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora