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Los padres de Jungkook despertaban por los repentinos ruidos en su cocina, JungJoon tomo un bate y camino por el pasillo asustandose con su esposa que venía atrás para apoyarlo y juntos derribar al ladrón que se introdujo.

Al prender la luz y con gritos desesperados se abalanzaron contra el, pero al ver que era su hijo se detuvieron.

No los visitaba desde la última pelea que tuvo con Mel, y por su aspecto y ojos llorosos supieron que las cosas no estaban nada de bien.

HyeJong dio una palmada en la espalda del varón.

— Prepare algo de comer —murmuro y paso por su lado.

Tomo dos cervezas de la nevera y corretio a los varones.

Se sentaron en el patio, en un bello lugar que Jungkook mando hacer para uno de sus aniversario, Mel le había dado la idea para que tuvieran sus citas románticas, diciéndole que todos los matrimonios debían renovar su amor de tan hermosa manera.

Apenas recordó sus palabras las lágrimas cayeron, su padre solo lo vio y abrió la cerveza dándosela y tomando la suya.

— Le pedí el divorcio —el hombre a su lado quiso gritarle, pero se contuvo al verlo en ese estado.

— ¿Ya no la amas?

— No lo sé... Las cosas no han salido como habíamos planeado.

— ¿Lo firmo?

— Lo hizo...

— Entonces si la amas —Kook miro a su padre— Piénsalo, si te firmo el divorcio y estás en ese estado es porque la amas.

— Me pidió 30 días, en los que debemos hacer cosas que hacíamos cuando éramos novios.

— Y ella también te ama —bebio de su cerveza— Hijo, las mujeres debes leerlas por encima, si te sumerges en sus sentimientos terminaras en un enredo que nunca podrás averiguar que quiere.

— Papá... Tengo un amorío —aquella rabia volvió a su padre, pero antes de decirle algo, su madre golpeó con fuerza su nuca— ¿Estabas escuchando?

— Claro que si, eres mi hijo...

— Es una conversación de hombres.

— Tu padre tiene las mismas ganas de golpearte, solo que el es demasiado blando para hacerlo.

— Cariño, ve a dentro —dijo su padre— Yo me encargo.

— Escúchame bien, Jungkook, en un futuro, vas a arrepentirte de lo que haces, de pedirle el divorcio, de engañarla y cuando no esté contigo sabrán en realidad la mujer que tienes a tu lado, y te dolera, y no podrás hacer nada porque ella ya no estará para ti.

— ¿De qué hablas?

— Ve, ve a dentro —empujo el cuerpo de la mujer...

— ¿Que le sucede? —pregunto molesto, sabía que de merecía ese golpe, aunque no lo esperaba, lo merecía.

— Nosotros pasamos lo mismo —Kook miro a su padre— estuvimos a punto de divorciarnos por las mismas razones.

— ¿Mamá te engaño?

— Yo lo hice, la perdí, se fue, me dejó y cuando volví a verla estaba contigo en sus brazos, créeme Jungkook, cuando te digo que perdí a tu madre lo hice, se esforzó por conquistarme, no tenía ojos para nadie más y yo lo desvalore.

— ¿Que paso?

— Nunca la busque, mi orgullo no me lo permitía, en un trabajo encontré a un chico venía recién llegando, nos hicimos amigos y resultó que le gustaba una mujer separada y con un bebé, mi sorpresa fue al ver que era Hye, y si no me hubiese mostrado una fotografía de ella jamás la habría buscado.

— Mel no seria capaz de estar con otro, me ama demasiado.

— Un corazón herido necesita ser sanado, y con cualquier detalle puede ser entregado a esa persona.

Jungkook se quedó pensando, bebía de su cerveza mientras miraba la luna y recordaba ciertos momentos.

— Si la amas, deja tu orgullo, si ella te grita escúchala sin alterarte, si te culpa, acéptalo...

— ¿Como voy aceptar algo de lo que no soy culpable?

— ¿Cuando fue la última vez que le diste flores? ... ¿O la última que llegaste temprano a ayudarle con la cena?... Eran cosas que hacían juntos, tu mismo dijiste que disfrutaras de esos tiempos porque se sentía más unidos.

— Tengo mucho trabajo en el hospital.

— Entonces... ¿Es tu culpa? La has descuidado por tu trabajo, ya no eres atento y podría jurar que su infidelidad fue por esa razón también.

— Vine para que me escucharás, papá, no para que me culparas.

— Habla, di todo lo que tengas que decir, nompuedes negarlo Jungkook, estás consciente del error que cometes, solo que tu orgullo no te deja verlo con claridad.

Pasado unos minutos, su padre se levantó de la banqueta y entro a la casa, Kook dio un sonoro suspiro, y pensó, pensó y pensó.

Cuando se fue a su cama las risas de Mel lo invadieron por completo, en aquel cuarto habían pasado buenos momentos, jugaban y bromeaban, lo que más le gustaba era escuchar su nombre salir de su boca, cuando se molestaba, cuando reía, cuando lloraba, giro en su lugar y como una holografía pudo ver a su chica al lado, con esos ojos brillantes y esa sonrisa que lo enamoraba cada día.

La extraño, con todas sus fuerzas la extraño.

Entre lágrimas cerro sus ojos y deseo soñar con ella.

El maldito orgullo, no lo dejo manejar de regreso hasta Seúl y llegar a su lado.

30 días contigo.        ~Terminada~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora