Acto 2: Parte 6- Five se conoce. Los zapatos, un vestido y un reloj.

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Después de leer la nota, y conocer su más que evidente falso nombre, estuvo tentado de aporrear una ventana y salir corriendo. Aunque reconocía  que la educación de la misiva le había relajado sobre quién podía ser su captor, no bastó para que surgiera la idea de tentativa de escape. 

Su curiosidad fue frustrada por el daño que recibió en un puño sobre lo que parecía un cristal y una madera, extráñamente irrompibles, de las dos ventanas de la habitación.

Five había demostrado ser también bastante paciente. En aquella tentativa fracasada pudo observar que era de noche y, a regañadientes, aceptó que sería una locura haberse evadido sin ni siquiera saber a dónde ir.

No le quedó otra opción que tumbarse en uno de los sofás chesterfield cerca de la chimenea, volver a leer la nota y analizar la situación.

En definitiva, si la carta no mentía,  parecía que estaba recluso seis meses o el tiempo superior que él quisiera. Cautivo, pero se suponía que entre algodones. Demasiado perfecto y fantástico ¿Le había tocado la lotería?

Por supuesto que no. Poco recordaba sobre él mismo, pero si algo estaba seguro es que nada era gratis en la vida. Solo tenía que esperar para saber: ¿Cuál era el precio? Y, este, a simple vista, parecía demasiado elevado por mucho que el "Sr.voz" se autoproclamase su amigo.

Tampoco entendía aquello de que el tiempo como lo conocía no tenía sentido en este hábitat. Eran demasiadas preguntas y pocas garantías. Desde luego, despertarse, la nota, la proclamación de esa casa, resultaban demasiado generosas si él no fuese importante para algo.

Existían diferentes posibilidades. Una, sin duda, él era importante ¿Para qué o para quién? No podía saberlo. El sr.Voz se había encargado de borrar su pasado. Por lo tanto, debía averiguar: ¿Quién era en realidad?

Este hecho podía ser problemático. Ya le habían avisado de que era demasiado pronto para saberlo. Tenía seis meses para comprender y parecía que existía el deseo de que no sufriese ningún error traumático. Demasiado desempeño en él para desear un fracaso.

Emocionalmente, Five sentía al sr.Voz como su único asidero emocional. El único ser con el que se había comunicado aunque fuese de forma indirecta. Eso le preocupaba porque no le conocía y, de alguna manera, le esclavizaba a obedecerle ciegamente en todas las etapas.

¿Cómo había conseguido borrarle la memoria y mantener sus conocimientos intactos? También era otro misterio. Sin embargo,  en la carta advertía que había mantenido algunas memorias que "sí le resultarían necesarias" ¿Serían como el sueño de la niñez jugando con las olas, mientras le hablaba a una difusa mujer? ¿Esa memoria era necesaria?

La única certeza, según la nota, es que estaba vivo. No sabía si antes había estado muerto o sufrido las causas de un accidente. La única verdad, es que en seis meses podría salir y conocer al sr.voz.

—Me guste o no, parece que dependo de ti Sr.voz... La biblioteca... es donde quieres que vaya y parece importante —dijo mientras observaba la nota.

Five observó que en la carta remarcaba la biblioteca como  lugar de "trabajo". Un sitio donde hacer las preguntas y encontrar las respuestas adecuadas.

—Es la hora de explorar la casa. Mi casa, según tu nota... Si nada es mi imaginación, si todo es por mi bien y, supongo que te debo la vida, es hora de ir verla. —volvió a dirigirse verbalmente a la nota.

Aunque Five intentase mostrar frialdad, no podía arrancarse el sentimiento de duda o el tímido temor que le generaba conocer lo desconocido. Una parte de él seguía siendo un niño atemorizado.

POEMAS Y CUENTOS; O NO (Bienvenidos AL ABSURDO y AL NO ABSURDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora