Acto 3 (En Busca de la Pasión)- Parte 10- De nuevo en la habitación.

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Música de ambientación sugerida para el sueño...

Música de ambientación sugerida para el sueño

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La Seda

Imágenes en bellos y sutiles relojes. Son sus palabras que envuelven vestidos a la rutina que disfraza. Observa cuán sutiles, simples y frágiles se pliegan a la brisa de la plateada noche.

Danzan ajenos a su debilidad expuesta. Hermosos en la inconsciencia por una vida finita. Allí, a lo lejos, se observan lobos que acechan. Tapados y sin rostro, acurrucados y saboreando esa bella danza. Ellos son inconscientes en su pequeña vida, disfrutan de la veleidad sin la espera finita. No conocen presa hasta que el reloj cante su hora. Entonces, cuando el frío viento trae desdicha, corren, gritan y empujan. Son como niños en espejos de aterciopelado sueño.

No rompas esa harmonía o descubrirás su egoísmo de herrumbre y la rata. Canibalismo y desecho, psicópatas nacidos por el miedo. Un vestido argumentará: Es la selva. Mientras otro elaborará leyes de fortalezas. Son increíbles; son excusas para dilapidar al bello.

Sí, el bello es al que llaman débil. Ese vestido simple y perfecto que destaca a la luz de la vieja luna. No dice nada, pero su sola palabra obliga a la mirada. Temeroso del "hola", conocedor de su reloj y del asesinato que espera.

Son así; envidiosos y terribles en la desdicha, pero amables en la aparente abundancia ¿De verdad creíste que el vestido manchado de barro es pobre por vaguería? ¿Realmente piensas que el de bello algodón superó a la triste y sumisa seda?

Mentiras y juegos de canallas. Pero el lobo siempre acecha y el reloj clama a una llamada ¿Su cuenta por favor? Triste destino depara a esa selva que ni el amor entre ellos se espera.

Débil graznido sonríe al temeroso vestido... ni seda, ni algodón, ni la licra pueden huir de la triste desdicha. Algodón sortea su manga, pues ellos son mayoría. Vejación y calumnia preside la desdicha. La licra es minoría, pero mantiene la fuerza para acometer una amnistía.

Pero la seda... La seda no siembra ni desaparece. Es soledad que brilla en la terrible sonrisa de una poblada herejía. Su futuro es la desdicha de ser perfecta. La envidia que envuelve el celo de la auténtica mendicidad. El sacrificio de quienes mienten sobre su valor y articulan falacias sobre su razón. No tendrá utilidad, no tendrá color, no tendrá ni sangre ni labor. No importará cuan ardua fuera su creación. Era cara, diferente y minoritaria en la selva de la mediocridad. Sonrisa dulce y suave pesar es aceptar el robo del lobo observador.

Este, atónito al genocidio de la hipocresía. Le susurra: yo no visto, yo no ruego, solo cazo y tu valor es mi razón. Olvida la desdicha, pues hoy ofrecerás calor a mi tierna camada. El resto serán el lodo que la tierra ensucia.

POEMAS Y CUENTOS; O NO (Bienvenidos AL ABSURDO y AL NO ABSURDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora