POEMAS Y CUENTOS; O NO (Bienvenidos AL ABSURDO y AL NO ABSURDO)

Acto 2-Parte 8- Paci.

Y del primer recuerdo se abrirán las cadenas...

Rememoraba aquella noche...

Título: Tarde de hoguera.

Perfume de la carne y lágrimas de hambre,

tenores de miedo, la lágrima que arde.

Un llanto bastó y nació la sonrisa,

y nace el egoísmo en la mía sílaba,

y atenaza ese terror en la mirada.

Enfermos en la falsa visión que un día vimos,

atónitos a la envidia de otro que un día oímos.

Miedo y miedo, el sinsentido esculpido en hielo.

No se derrite en la hoguera ese enamoramiento.

No grita el ascua en la ceniza que felicita,

pero sí que chirría en su cálido crepitar.

Se adoran y proclaman una vida que importa,

se pelean ya que su vida también importa.

Así es el ciego que ve.

Así es el ciego que siente.

Así es el necio que miente.

Pues no existe mayor placer que la cálida puericia,

la luz de la leña que refleja una bella silueta.

Abrazados al silencioso fuego de la hoguera

y la suave palabra que susurra una bella caricia.

(RB)

—Idiota. Eres un niño que siempre has complicado lo más simple... Es hora de volver a casa.

No podía olvidar aquellas palabras que en su día le habían marcado su destino. Esa tarde de hoguera en la cual él le había dicho que no importaba el tiempo. Que siempre estarían juntos, aunque fuesen diferentes. "Su idiota", como a ella le gustaba llamarlo, siempre desaparecía y tenía que ir a buscarlo. Indomable al destino, irrespetuoso a la palabra, pero el ser más sincero que había conocido. Iletrado para el resto, excepto para ella. Una cara para todos y un deseo solo para ella.

Por eso eran compatibles. A todas horas independientes, pero inseparables. El problema es que siempre se perdía y había que ir a buscarlo.

Su lema: no existía desesperación alguna, ni satisfacción llevadera que la serenidad y el autocontrol. Los buenos consejos innevitablemente desarrollan envidias. Dependiendo de la persona que escuche, ella siempre tendría una cara u otra.