El hospital estaba envuelto en un aire de urgencia, con luces parpadeando y voces mezcladas en un caos controlado. Me quedé sentada en la sala de espera, incapaz de moverme, incapaz de pensar en otra cosa que no fuera Jung Hoseok. El frío del lugar contrastaba con la calidez desesperada de mi corazón, que latía con un ritmo desbocado.
El señor Lee caminaba de un lado a otro, lanzando miradas al reloj en la pared como si pudiera obligar al tiempo a moverse más rápido. Cada segundo que pasaba era un recordatorio cruel de lo delicado de la situación.
De repente, la puerta se abrió, y una doctora salió con una expresión grave, pero no derrotada. Me levanté de golpe, ignorando el dolor en mi pierna y las costillas. La ansiedad me atenazaba.
-¿Cómo está? -pregunté, mi voz casi ahogada.
La doctora suspiró antes de hablar. -Logramos estabilizarlo. La hemorragia por el roce de la bala fue grave, pero llegó justo a tiempo. Sin embargo, necesitará cirugía para reparar el leve daño interno. Será una operación delicada, pero hay esperanzas.
Mis piernas flaquearon, y el señor Lee me sostuvo antes de que pudiera caer. Las palabras de la doctora eran un pequeño rayo de luz en la tormenta que me envolvía.
-¿Puedo verlo? -insistí, sin poder contenerme.
La doctora dudó un momento antes de asentir. -Unos minutos. Está en cuidados intensivos y necesita descansar.
El señor Lee me acompañó hasta la habitación. Al entrar, lo vi: Hoseok estaba pálido, conectado a máquinas que monitoreaban cada uno de sus signos vitales. Su pecho subía y bajaba lentamente, como si el simple acto de respirar fuera una batalla. Me acerqué a su lado y tomé su mano con cuidado.
-Estoy aquí, mi amor. -Mi voz temblaba, pero las palabras eran firmes. -Siempre estaré aquí.
El señor Lee se quedó cerca de la puerta, dándonos un poco de privacidad. Cerré los ojos y apoyé mi frente contra la mano de Hoseok, dejando que las lágrimas que había estado reteniendo finalmente cayeran. Cada gota era un recordatorio de lo mucho que me importaba, de lo mucho que significaba para mí.
A mi mente vino el sueño de hace varias noches atrás. Mis manos bañadas de líquido carmesí, su cuerpo inerte tirado en la nieve blanca...
-Tienes que luchar, ¿me oyes? -susurré, aunque sabía que no podía responderme. -No puedes dejarme sola otra vez. No puedes rendirte ¿Qué le diré a tu familia? ¿A los chicos? ¿A Army?
La máquina que marcaba su ritmo cardíaco siguió su cadencia constante, como si me respondiera en su lugar. Estaba luchando. Lo sabía.
De repente, sentí una mano sobre mi hombro. Era el señor Lee.
-Sun-Hee, necesitas descansar. No le servirás de nada si te desplomas aquí. Vamos, yo te acompañaré.
Quise protestar, pero sabía que tenía razón. Dejé que me guiara fuera de la habitación, echando una última mirada a Hoseok antes de que la puerta se cerrara tras de mí.
-¿Cree que estará bien? -pregunté en un susurro, más para mí misma que para él.
El señor Lee me miró con una mezcla de confianza y compasión. -Es un luchador, como tú. Saldrá de esta, lo sé.
Me aferré a esas palabras como si fueran una tabla en medio de un océano. Porque, al final del día, la esperanza era lo único que tenía.
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Mientras me sentaba en la sala de espera del hospital, los engranajes de mi mente comenzaron a girar rápidamente. Había algo profundamente inquietante en cómo todo había sucedido. Mi abuela, siempre tan cuidadosa, jamás habría terminado en una situación como esa por accidente. Lola, Kim Ha-Eun, había tejido una red perfecta, y ahora todas las piezas comenzaban a encajar.
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Behind The Sun - Jhope
FanficNo tenía planeado conocer a la familia que me daría hospedaje: Los Jung. Mucho menos tenía planeado conocer a su hijo: El idol. Jung Hoseok... J-Hope. ¿Podría salir algo mal? ¿Podría ver más allá detrás del sol? • 1k: 22/07/24 ☼ Actualizaciones: D...