42

6 3 0
                                    

Todo el lugar estaba encendido. A lo lejos, en alguna habitación, pude escuchar la música de Yoongi. ¿Era eso un piano eléctrico? Me pareció escuchar cómo lo tocaba con una melodía suave, casi melancólica. Cada nota parecía perderse en el aire, como si hablara consigo mismo, con la misma tranquilidad que había tenido en la fiesta. Hoseok me retiró el abrigo y se arremangó la camisa blanca antes de dirigirse hacia donde estaba la habitación de Yoongi. Lo vi tocar la puerta suavemente, y al segundo ya tenía a Yoongi de frente, parado frente a él.

Yoongi estaba diferente, más desordenado de lo que recordaba. Su cabello, incluso más largo que el de Hoseok, caía desordenadamente sobre su frente, y el delineador que había usado en la fiesta estaba algo corrido, como si lo hubiera intentado quitar sin éxito. Incluso podía jurar que había dejado de intentarlo a mitad del proceso. Sus ojos estaban algo hinchados, como si hubiera llorado. Llevaba un vaso de whisky en una mano, los pantalones de diseñador sin cinturón y a media cadera, su torso desnudo. Era una visión desconcertante. Miró a Hoseok con una extraña mirada que jamás había visto entre ellos, una mezcla de irritación y algo más que no sabía identificar.

-¿Disfrutaste la fiesta, Hobi? -dijo con tono sarcástico, pero rápidamente giró su rostro hacia mí.

Me miró de una manera tan penetrante que me tambaleé en mi lugar. No sabía si era por el alcohol que aún circulaba en mi cuerpo o por el simple hecho de que me sonrió como saludo después de mirarme tan seriamente.

-Aún no termina mi noche -dijo, y sus palabras fueron suaves, pero con un dejo de tensión. -Veo que debiste mucho. La traje a casa para que no se enfermara.

-Claro -respondió Yoongi con desdén. -Pues entonces no sé por qué tocaste mi puerta, estaba a mitad de una composición.

Hoseok no respondió de inmediato, parecía medir cada palabra antes de hablar.

-Creo que ella necesita respuestas, ambos -dijo finalmente, su voz ahora grave, como si ya no estuviera dispuesto a dejar que la situación se alargara más.

Yoongi sonrió, una sonrisa irónica que casi parecía oscura. Se mordió el labio inferior y levantó el vaso de whisky. Me miró a través del cristal, y su mirada parecía atravesarme, como si estuviera juzgándome, como si todo fuera un juego para él.

-Les evité la molestia de las preguntas y las dudas -dijo con desprecio. -Aquí están, los dos enamorados, al fin juntos. Que viva el amor, salud.

Con esas palabras, cerró la puerta con fuerza, haciendo que el sonido resonara en la casa. Inmediatamente subió el volumen de la música, y el retumbar de las notas parecía tomar el control del ambiente. La tensión era palpable.

Hoseok no se movió del lugar, pero su rostro estaba tenso, casi furioso. Golpeó la puerta con fuerza, llamando nuevamente la atención de Yoongi.

-No, Hoseok. Déjalo -dije, adelantándome de mi lugar y tocando su brazo suavemente para detenerlo.

Hoseok me miró por un momento, dudando, pero finalmente dejó de golpear la puerta. Yoongi no contestó, pero estaba claro que la situación no se resolvería tan fácilmente. De repente, la puerta se abrió, y tanto Yoongi como Hoseok se miraron fijamente por un largo rato. Podía sentir la electricidad en el aire, algo inexplicable entre ellos, algo que no lograba entender.

-Buenas noches, Jung Hoseok -dijo Yoongi con una sonrisa sutil que no llegó a ser amistosa, pero tampoco completamente hostil.

Con esa misma calma que parecía dominar su mundo, Yoongi cerró la puerta, esta vez despacio, dejando que el silencio se instaurara en el pasillo. La música, ahora a un volumen ensordecedor, continuaba llenando el aire, casi como un recordatorio de que nada se resolvería allí.

Behind The Sun - JhopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora