Papá, ¿Quién fue mi mamá? [MPREG]

Tiempo para descansar

Al día siguiente, por la mañana...

Mori había desprogramado la alarma de Dazai, para evitar que se levantara y fuera a la secundaria a impartir sus clases.

— Mori, ¿estás seguro de que quieres hacerlo?

Preguntó Fukuzawa, aun dudando de las decisiones de su esposo. El doctor azabache asintió, terminaba de lavar los platos en los que habían desayunado.

— Nunca estuve tan seguro, cariño. Se trata de nuestro hijo, nuestro Osamu, es un adulto joven y lo están dañando esos mocosos miserables. También quisiera dar con el paradero de ese maldito violador y torturarlo.

— Tienes todo mi apoyo. Vayamos.

•••♥•••

Mientras tanto, en casa de Atsushi...

El albino se colgaba su mochila en su espalda, esperando la hora de ir a la escuela. Akutagawa solía llegar por él cada mañana para irse juntos y regresaban del mismo modo.

Chūya desayunaba con la familia. Se sentía mejor. Debía reponer fuerzas para ir en busca de sus seres amados y poder estar junto a ellos otra vez.

— Mamá, papá, ya me voy. Cuiden bien de Nakahara-san.

Se puso sus zapatos con rapidez y abrió la puerta principal, luego de ver al joven azabache a través de la ventana.

— Me saludas al sensei, Sushi.

Dijo Gogol, su padre, quien era un buen amigo de Dazai desde el ingreso de Atsushi a la secundaria.

— Claro.

Sin más que decir, salió de la casa. Gogol, Sigma y Chūya disfrutaban de un delicioso desayuno en calma. En una familia de albinos, Chūya se sentía un poco extraño, pero pronto abandonaría ese hogar para encontrar el suyo.

— Se ve que su hijo se lleva bien con su profesor...

Comentó serio. Recordaba aquellas veces en las que Dazai regresaba cansado de la universidad, pero con sus esfuerzos incansables con el fin de conseguir su sueño: ser profesor. Ahora se preguntaba: ¿Lo habrá logrado?

— Así es. El profesor de los niños es una excelente persona.

Respondió Gogol.

— Atsushi me comentó que su profesor podría no ir hoy al instituto... Creo que otros chicos le hacen maldades y necesita un descanso. Sólo espero que el sensei mejore pronto de su salud mental. Se le nota cansado.

Ahora fue Sigma quien habló. La conversación era tan seria que preocupaba a Chūya, sin ni siquiera saber de quién estaban hablando.

— Pobre sensei... ¿Tan malos alumnos tiene?

Intervino en la conversación, quería saber más.

— Sí. Una chica inventó un falso rumor muy grave que dañó la reputación del sensei. Por eso todos en la secundaria lo odian y lo lastiman.

Contestó Gogol nuevamente. A la mente del pelirrojo, venían aquellos recuerdos de lo dicho por Fukuchi sobre su hija. Lo relacionaba bastante rápido.