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Máximos

Cuando sale de la ducha, pretende ignorarme.

—jadsy.—la llamo, ya que está vestida con una camisa mía. La cual le queda como vestido.

Por lo que veo pretende salir, porque mientras me ignora está buscando algo, que creo saber que es.

—¿buscas esto?—Le muestro su bolso.

—dámelo.—se abalanza hacia mí.

—No, hasta que comas algo y me digas a dónde vas.

—Que te importa, no eres mi papá, él ya se murió.

—ya te dije, a comer y dime a dónde irás.

—idiota—susurra cuando pasa a mi lado.

—te escuché.

—esa era la idea, imbécil—le mando una mirada de reproche, cosa que la deja en su lugar y en silencio.

Le sirvo su desayuno, pero ella no hace nada más que jugar con su cabello.

—Come.—le ordeno.

—no tengo hambre.

—no te pregunté si tenías hambre, he dicho que comas.

—cómetelo tú.

—yo no quiero, ahora come.

—bien, pues que crees, yo tampoco quiero.—siento que me está desafiando-y si me disculpas, tengo que salir.

—¿dónde irás?—juro que no quiero parecer como un idiota posesivo, solo me preocupo por ella, ya que estuvo expuesta a la cocaína.

—a trabajar.—ni cuenta me doy cuando ya tiene su bolso en la mano.

—¿iras así?—señalo mi polera.

—pasaré a cambiarme.

—te llevo—tomo las llaves de mi auto.

—no, vete a la mierda.

—Mmm y ¿cómo te irás entonces?

No responde nada.

—déjame llevarte—esta vez lo pido.

—bien, pero nada más a mi casa, no quiero que en el trabajo me vean contigo y me molesten—rueda los ojos.

Acepto llevarla únicamente a su casa.

Por ahora comprendo su actitud, por la perdida de su padre. Pero no dejaré pasar su falta de educación.

Sé que realmente no tengo derecho alguno de quedarme con ella.

Pero, simplemente una parte de mí se ve con la obligación de cuidarla.

—bien, vamos.

...

En el camino le expliqué que se tiene que venir a quedarse conmigo. Y aceptó, pero para eso tuve que mentir.

Le dije que su padre tenía muchos enemigos y que la podrían encontrar, ya que donde se quedaba antes se podría rastrear fácilmente y un par de mentiras más.

Algo sale bien, al menos.

Ahora solo me queda encargarme que no se drogue más, y de mis asuntos laborales, que sorprendentemente ahora mismo están en segundo plano.

Y me gusta que sea así, porque preocuparme por jadsy es un respiro agradable para mi vida.

En Busca de Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora