Capítulo uno: 𝘾𝙤𝙣𝙫𝙚𝙧𝙨𝙖𝙘𝙞𝙤𝙣

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Cada día que despertaba, era peor que el anterior.
Desde que mí hermana desapareció sin dejar rastro, no tengo algún objetivo en mí vida.
Los problemas cada vez son más.
Mis calificaciones disminuyen, mis padres pelean cada dos por tres y las deudas se suman cada vez más.
Me siento horrible desde que Lumine no está, la familia no es la misma sin ella. Nadie tiene idea de su último paradero o noción de alguna persona con la que tuviera contacto, ella era muy misteriosa respecto a su vida social.

Tengo constantemente, ataques de ansiedad (por no decir siempre),
mis manos tiemblan sin control alguno, mis piernas se vuelven débiles y me agarran ganas incontrolables de llorar. Sin embargo, reprimo ese sentimiento porque no quiero verme débil frente a nadie.
La primera vez que tuve un ataque de nervios en medía clase, le pedí permiso a la Profesora de Literatura para ir al baño.
En ese momento, sentí mí voz quebrada y casi me caigo al piso porque mis piernas flaquearon.
Imagínense también que algunos profesores o los exámenes que hay, no ayudan en nada y eso me da el triple de estrés.

Tenía algún que otro amigo, mí soporte era Venti.
El resto, no los veía de la misma forma que a él. Venti me entendía perfectamente con solo mirarme a los ojos, sentía que era el destino tener a una persona así, en mí vida llena de desgracias.
Llegué al punto de pensar en un Psicólogo pero sabía que mí familia no estaba para esos gastos, lo único que quedaba, era desahogarse con la almohada o hablar un poco con mí mejor amigo.

En si, mí vida en este punto es un completo descontrol, pero cada que veía al chico que me gustaba, sentía que tenía un par de problemas menos.

Xiao, ese pelinegro que tenía a todas las chicas en la palma de su mano, pero, sin embargo, no le interesa en lo más mínimo. Algo de el me atrajo cuándo lo vi por primera vez que quedé flechado.

Con mí personalidad introvertida, tenía timidez de hablarle, por eso había veces que Venti se emocionaba cuando el se acercaba, porque el quería que yo tomara la iniciativa de hablarle, así Xiao sabría de mí existencia, lo cual, nunca pasó porque salía corriendo.
Resulta que El y Venti, son amigos, entonces yo puedo andar de curioso con Venti un par de veces.

Era un día normal para mí, donde hablaba un poco de todo con el pelinegro de trenzas.
Estaba tan emocionado contándole algo bueno que me pasó, que no me percaté de la presencia de Xiao. Llegó junto a nosotros y se quedó escuchando atentamente lo que yo decía, como si fuéramos amigos de toda la vida.

-Hola, Venti- escuché detrás mío y salte de la sorpresa, escondiéndome detrás del recién nombrado.

-¡Xiao!- decía feliz mí amigo- ¡Llegas justo a tiempo, para que te presente a mí mejor amigo!

-Oh..- dijo sorprendido- ¿De el me hablabas la última vez?- cuándo escuché eso, mí cara se volvió completamente roja y golpee levemente a Venti en la espalda, el sólo río por lo bajo.

-Presentate, es tu momento..- me susurró y yo salí un poco de mí escondite bastante notable.

-H..hola, me llamo Aether, un gusto..

Mierda, acabó de tartamudear..

-El gusto es mío, me alegra que esté imbécil tengo otro amigo que no sea una botella de vino- decía mientras que el de ojos verdosos le reclamaba y yo reí levemente.
El tenía razón, cada que el chico de trenzas podía, tomaba un "poco" de vino.

-¿Cómo vas a reírte de mí, Aether?- me dijo refunfuñando

-Sabes que tiene razón..- dije riendo levemente.

-Tu risa es muy linda..- dijo el pelinegro y al darse cuenta, se sonrojó al instante- ¡P..Perdón!- dijo inclinándose en signo de disculpa.

-Todo un coqueto este chico..-decía mí amigo apoyando su codo en mí hombro y yo solo tapaba mí cara con mis manos, por lo rojo que me puse.

𝙀𝙡 𝙚𝙣𝙘𝙪𝙚𝙣𝙩𝙧𝙤, 𝙗𝙖𝙟𝙤 𝙡𝙖 𝙡𝙡𝙪𝙫𝙞𝙖-𝑋𝑖𝑎𝑜𝑒𝑡ℎ𝑒𝑟 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora