Capítulo tres: 𝘾𝙤𝙢𝙥𝙖ñ𝙞𝙖

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Al ingresar a una biblioteca muy concurrida por muchas personas, en especial Estudiantes de preparatoria, se podía visualizar a una pareja charlando despreocupadamente, mientras uno de ellos hacía lo que el otro le pedía.
Un chico rubio y cansado con la vestimenta de un estudiante, sostenía varios libros en sus brazos y seguía las órdenes de una mujer despreocupada de prendas púrpuras muy lindas y agradables a la vista.

-Solo pones esto, con esto y esto en ese lugar..- explicaba una chica de cabellos castaños, los cuales caían como una cascada sobre su hombro izquierdo. Ella manipulaba los objetos flotantes son su mano derecha, mientras que con su otra mano tapaba su bostezó.

-Lisa, me cansé de ordenar lo que tu no haces..-dije en un suspiro pesado, agarrando los libros que ella me daba- ¿Para que estudiaste como Bibliotecaria?- le consulte, mientras caminaba hacía los estantes vacíos.

-¡Porque hay mucho tiempo libre!- exclamó felíz, sin pudor alguno- Hasta que llega la parte de ordenar toda esta mierda..- habló con un semblante serio y desganado, posicionando el dorso de su mano en su mejilla para recostarse en ella.

-¿Buscaste un trabajo con tiempo libre por alguna razón en específico?- pregunté mientras ponía los últimos libros en un estante.

-Para poder ver a Jean, obvio..-dijo en un tono meloso.

Lisa y Jean, son pareja desde hace un largo tiempo.

La chica castaña, como vieron, es Bibliotecaria y fue aprendiz en Sumeru, una nación que se destaca demasiado por sus títulos académicos. Pues ella estudió ahí y salió con un par de trucos mágicos, no muy extravagantes. Un ejemplo sería que puede mover las cosas a su antojo con sus manos o dedos pero por razones personales decidí irse de ese lugar y trabajar como Bibliotecaria aquí.
Podemos sumarle que prefiere no hacer nada, pero en diversos momentos, pues dependiendo el riesgo de algo es muy estricta o seria.

En cambio Jean es la Directora de nuestra institución. Ella es leal a sus principios y se fija mucho en los alumnos que hay a su alrededor. Es una mujer respetada y querida por todos los jóvenes y los padres no son ninguna excepción.
Ellos están conformes con todo lo que hay y más aún sabiendo que esa mujer que ahora cuida de sus hijos, fue parte de los Caballeros de Favonius.
Ellos son un grupo muy conocido por tener personal responsable y cuidador ante la ciudad, ella era la líder de ese grupo pero decidió cuidar al pueblo desde un punto en específico: La Enseñanza. Pues esa era la base por dónde los jóvenes tenían sus ideales y ella quería que tuvieran un punto objetivo y bueno, ante su tierra natal, pero en especial sobre las decisiones que tomen en un futuro.

En fin, ambas son mis amigas en especial Lisa.
Siempre le doy una mano en la biblioteca pero ahora que soy parte del Consejo, me llama constantemente a ayudarla con la excusa de que por mí puesto, con más razón tengo que ayudarla.

-¡Aether!- exclamó alguien

-¡Kaeya, que tal!- soltó la castaña de ojos verdes.

-¡Hola, Lisa!- saludó animadamente una mujer rubia de una coleta alta.
La recién nombrada, salto de su asiento y fue corriendo a abrazar a la chica.

-Cariño, que gustó volver a verte..-decía frotando su cara en el torso de su novia.

-Lisa..- habló sería, tomando por los hombros a la mujer de ojos verdosos y apartandola- ¿Qué te dije de mandar a Aether como tu ayudante?

-Es que hace un buen trabajo y muy rápido..- dijo en un puchero, dándole la espalda.
Jean soltó una risa nasal leve y la abrazo por los hombros, para otorgarle un beso en su mejilla.

-Oigan, Oigan- llamó la atención un hombre de cabellos azules- En la biblioteca no, niñas.

-Gracias Kaeya..-solté sin más- Odio que me refrieguen su relación en mí maldita cara..

𝙀𝙡 𝙚𝙣𝙘𝙪𝙚𝙣𝙩𝙧𝙤, 𝙗𝙖𝙟𝙤 𝙡𝙖 𝙡𝙡𝙪𝙫𝙞𝙖-𝑋𝑖𝑎𝑜𝑒𝑡ℎ𝑒𝑟 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora