01

253 17 0
                                    

Contemos de nuevo una vieja historia para ver que tan bien la conoces.

Érase una vez dos reinos que eran pésimos vecinos, tan resia era la discordia entre ellos que se decía que solo un gran héroe o un terrible villano podría unirlos.

En un reino vivía gente como tú y como yo gobernada por un rey arrogante y ambicioso, por siempre insatisfechos envidiaban la belleza y la riqueza de sus vecinos pues en el otro reino, el páramo, vivía toda clase de criaturas extrañas y maravillosas, ellos no necesitaban rey o una reina pues confiaban los unos en los otros.

En un gran árbol junto a un acantilado en el páramo, vivía uno de estos espíritus que parecía una simple niña pero no cualquier niña, ella era una hada que poseía unas enormes y hermosas alas, las cuales combinaban con unos largos cuernos que salían de su cabeza y adornaban su largo y lacio pelo café, sus ojos color gris no se quedaban atrás y su magia la hacía destacar entre los demás habitantes de ahí; su nombre era Eun Yeong.

Era una chica alegre y de gran corazón, demasiado amable y tierna, era amada por cada uno de los seres del páramo.

En uno de los tantos vuelos matutinos de Eun, logró ver a un grupo de cuatro pequeños seres voladores susurrando de una forma un poco sospechosa, así que decidió acercarse a ellos.

- ¿Por qué tan preocupados? - Cuestionó sentándose en una de las rocas cercanas.

- Jun y Ji... - Habló uno de cabello rojo llamado Hoseok, siendo interrumpido por un pelirrosa llamado Jin.

- ¿Por qué se lo dices tú? - Pregunto indignado, colocando sus diminutas manos en su cintura - Quiero decirle.

- Son las reglas Jin, yo le digo esta vez y tú la otra - Contesto restando importancia a esa platica - Jun y Ji descubrieron... - volviendo a ser interrumpido.

- No, tú le dijiste la última a vez, así que me toca a mi decirle, a Jimin le toca la siguiente y a Yoongi la siguiente - Aclaró Jin como si esa platica importará más y mencionando a los otros dos seres de pelo naranja y pelo menta.

- ¿Decirme que? - Preguntó Eun ya un poco estresada.

- Bien, dile tú.

- Gracias Hoseok - Habló Jin - Eun Yeong, Jun y Ji encontraron...

- Jun y Ji encontraron a un humano robando en el lago de los diamantes - Interrumpió Jimin a Jin en un pequeño impulso, causando un enojo en el último mencionando - Lo siento... - Susurro bajando la mirada.

Para Eun el enojo de Jin fue lo menos importante al escuchar tal noticia, así que salió volando rápido de ahí causando que los otros cuatro perdieran equilibrio.

- Agh, nunca se queda quieta con sus inmensas alas - Se quejó Yoongi.

- Humanos aquí, espero que no haya otra guerra - Comento Hoseok con preocupación.

En menos de cinco minutos Eun ya había llegado al lago, encontrándose con dos seres que parecían árboles pero con brazos, manos y piernas.

Eun se detuvo en medio de Jun y Ji, el primer mencionado hablo en un lenguaje diferente que fue entendido por la chica.

- No tengo miedo - Contesto - En realidad nunca he visto a un humano de cerca. ¡Quiero verte! - Grito al humano escondido en una cueva.

- No, ellos quieren matarme - Se escucho la voz de un niño que al parecer estaba asustado - Además, son aterradores.

Esa última frase causo un gruñido en ambos árboles.

- Eso fue muy grosero de tu parte - Reclamo Eun enojada - No lo escuchen chicos, tienen un encanto clásico - Esta vez dirigiéndose con ternura a ambos seres.

- No es correcto hurtar pero no matamos a nadie por ello - Volvió a dirigirse a la persona dentro de la cueva - ¿Qué esperas? ¡Sal ahora de ahí! - Ordenó

Y entre la oscuridad y plantas de la cueva, un chico de no más de 14 años, con cabello un poco ondulado y de color negro se asomo dejando a Eun sorprendida, quizás fue por que no era tan diferente a ella o porque el chico le pareció lindo, solo ella sabía.

- ¿Ya terminaste de crecer? - Fue lo que Eun atino a decir al ver que parecía de su edad.

- No...

- Al parecer solo es un niño - Le dijo a ambos árboles a su lado.

- Y tú solo una niña - Habló el chico con más seguridad - Creo... - Seguridad que se fue al ver las alas y los cuernos.

- ¿Quién eres? - Pregunto con curiosidad.

- Yo me llamo Kim SeoJoon ¿Y tú?

- Soy Jeon EunYeong.

Después de esa pequeña presentación, uno de los dos seres volvió a hablar en ese raro lenguaje mientras señalaba al chico.

- Si, es verdad - Respondió - Tienes que devolverlo.

- ¿Devolver qué? - Fingió no saber a qué se refería, ganándose una mala mirada por parte de Eun.

Resignado suspiro y de su bolsillo izquierdo sacó un rubí, se acercó a la chica para entregárselo y ella lo aventó de nuevo al lago.

Eun decidió acompañar a Seo al bosque donde daban fin el páramo para que pudiera irse a casa.

- De saber que lo desecharias, lo habría conservado - Hablo SeoJoon mientras ambos caminaban.

- Yo no lo deseché, lo regrese a casa - Detuvieron su paso - Y yo espero que hagas lo mismo.

Y después de unos segundos de silencio, SeoJoon habló.

- ¿Sabes algo? Un día ahí voy a vivir, en el castillo - Le dijo a Eun mientras señalaba el gran castillo que se podía observar.

- ¿Dónde vives ahora? - Lo miró.

- En un establo...

- Así que tus padres son granjeros - Afirmó ella.

- Murieron los dos... - Corrigió bajando la cabeza.

- Los míos igual - Menciono ella, dando a entender que conocía su dolor.

SeoJoon la miro y después de otro silencio hablo - Te veré otro día aquí - Aseguro.

- En realidad no está bien que regreses, no es seguro SeoJoon - Le dijo con notoria preocupación.

- Y si tomara la decisión de volver, ¿Te puedo ver aquí? - Pregunto con una sonrisa.

- Si, tal vez - Le respondió con otra sonrisa.

SeoJoon elevo un poco su brazo en dirección a ella con la intención de estrechar sus manos, cosa que Eun entendió y tomó la mano del chico frente a ella.

- Auch - Se quejó, pues la mano de SeoJoon tenía un anillo que al parecer era de hierro.

- ¿Qué pasa? - Pregunto preocupado por la chica que había llamado su atención.

- Tú anillo, el hierro quema a las hadas - SeoJoon entendió y quito el anillo de su dedo para después aventarlo lejos.

- Me gustan tus alas - Fue lo último que dijo antes de alejarse caminando, sin saber que había causado una sonrisa en esa linda chica.

Y Eun Yeong pensó en como SeoJoon, quien tenía tan poco en este mundo, había arrojado su anillo para que sus manos pudieran tomarse de nuevo y eso la conmovió, así el joven ladrón que solo había querido robar un rubí, robo algo mucho más valioso.



Y Eun Yeong pensó en como SeoJoon, quien tenía tan poco en este mundo, había arrojado su anillo para que sus manos pudieran tomarse de nuevo y eso la conmovió, así el joven ladrón que solo había querido robar un rubí, robo algo mucho más valioso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El rey del páramo ᎒ KookTae ⚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora