El de rojo

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En Qatar todo era distinto, habían revisado incontables veces los supresores de Saúl, viendo que no fueran en contra de las normas, teniéndolo solo en una de las habitaciones donde interrogaban a las personas, eso había atrasado varias horas los planes de la selección.

—Lamento todo esto—Saúl se sentía bastante abatido por ser el causante de la situación

—Pudo haberle pasado a cualquiera de nosotros... pero—Tata se acerco hacia él, como para susurrarle—¿qué cosas fue lo notaron en tu maleta?

El pelirrojo solo sonrió, sonrojándose ligeramente—nada de que preocuparse—respondió

—Ay miren, los ches llegaron—Kevin miraba uno de los andenes con interés, todos siguieron su mirada para ver entrar a los albicelestes. Las horas que habían mantenido a Saúl dentro solo fue un alcance para que los argentinos llegaran mientras estos apenas fuesen saliendo.

Ochoa se acerco a Álvarez—la mayoría son alfas... es mejor irnos

—Allí esta Lionel—respondió este mientras veía como su amigo cambia su expresión mientras veía a este

Sacudió su cabeza—aun así, el esta bien, debemos irnos

Salieron del aeropuerto, subiendo a las camionetas que les habían proveído, todo bajo la mirada de algunos de los albicelestes.

—Boludo, ¿ese no era el Canelo?—Dybala codeaba por un lado a Dibu, mientras que por otro a Messi—va con el 13, ¿serán pareja?

Messi los miro salir por la puerta, juntos.—No digas boludeses—respondió caminando firmemente

—Sos re ortiva, que tenemos entrenamiento y vos vas a decirle eso...—Dibu siguió caminando hasta estar junto a Messi—No hagás caso, que seguro sigue soltero—sonrió

—No trates de hacerme sentir mejor—

—Es lo unico que quiero—respondió con un ligero suspiro.

En el hotel, los cuartos se empezaban a distribuir. Kevin, Hirving, Guillermo y Saúl estarían en un piso, los demás estarían distribuidos.

—Nos vemos en el entrenamiento en dos horas, es suficiente para que descansen—dicho esto el Tata se fue. Todos comenzaron a tomar sus cosas y encaminarse a descansar al menos unos momentos.

Saúl no sabia qué hacer, la ciudad era inmensa y sabia que si salía solo la prensa mexicana y los aficionados no dudarían en reconocerlo—¿Puedo ir con ustedes?

—Claro mijo, tu acóplate que en el autobús hay espacio—Lozano era de los mas relajados de la selección

Y así fue, en dos días seria el primer partido, jugarían contra Polonia y eso los emocionaba, hecho que se podía ver en su desempeño en el entrenamiento, acabando demasiado cansados como para seguir bromeando.

—¿Qué es lo que hacen normalmente después de un entrenamiento?—quiso saber

—Pues normalmente nos vamos de fiesta, pero esto es Qatar y el Tata nos mataría si nos fuimos a tomar a un día del partido—el aroma de Lozano llego hasta la nariz de Guardado quien se acercaba a ellos

—Vamos a ir a descansar—iba seguido de Kevin—¿tomaste tus supresores? Huele demasiado a ti

—¡Por quién me tomas! Claro que lo hice

Confundido Saúl miro a Ochoa. Pero este solo se lo confirmo cuando estuvieron en la habitación del alfa—a Andrés le gusta Hirving—confirmo—por supuesto que no era tu aroma, pero puedes arriesgarte a que en algún momento alguien pueda olfatearlo, quizás cuando el efecto se pierda.

Por AccidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora