⻝ ┇ ❝diecisiete.

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— Quiero que sepas que todo lo que yo diga y haga en mi celo no es algo que yo haría

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— Quiero que sepas que todo lo que yo diga y haga en mi celo no es algo que yo haría. — Jennie alzó una sonrisa falsa.

Cierto, porque Lalisa no la abrazaría de esa manera, Lalisa no la besaría con esa "pasión", Lalisa no haría todo lo que la Lalisa en su celo si.

— Lo entiendo.

— Dije algo sobre los condones, ¿verdad? Tuvimos intimidad sin preservativo.

— Preguntaste si no me sentía más cómoda sin ellos, pero está bien, creo que lo entiendes. — Leves palmadas en su mejilla, y Jennie se puso su camisa, abrochándola hasta su cuello —. Toda actividad sexual tiene que tener preservativo.

— Lo entiendo, y lamento tanto que dije eso, soy bruta, tú sabes que es algo que yo no querría, entiendo si quieres romper el contrato ya. — Jennie frunció su ceño, miró a la menor a los ojos, y la besó, con fuerza. Sus labios se movían fuerte y sus manos de aferraban a su nuca como siempre lo hacía. Esperó que la menor aceptara su beso.

Y sentir unas manos en su cintura hicieron a su omega interior, y a ella, saltar de alegría, sonriendo en medio del beso. La misma fuerza con la que ella la estaba besando, sintiendo la necesidad de quedarse otra semana en esa habitación. La menor sintió que la mayor jaló un poco su cabello, generando una sensación de ardor y excitación en ella, sentimientos que le transmitió a la otra.

Su cadera se meneó en la otra, y una de sus manos fue a su mejilla para comenzar a acariciarla e indicarle que el beso estaba por terminar, separándose, la mayor mordió levemente el labio de la castaña, haciéndola gruñir.

Lalisa seguía teniendo los ojos cerrados, y relamió sus labios, sonriendo levemente.

— Estoy involucrada sentimentalmente contigo, ¿crees que quiero terminar el contrato ya? — Cejas que dejaron de ser fruncidas, Lalisa abrió sus ojos y entreabrió su boca, frustrando a la mayor —. ¿Sabes qué? Olvídalo, no es nada.

Unas manos en su nuca, y volvió a sentir esos labios frotarse con fuerza sobre los suyos, obligándola a seguir con el beso que acababan de terminar. Sus labios encontrándose, ellas aferrándose más a sus cuerpos, y Jennie juró que no quiso volver a abandonar la habitación. El sentir la lengua de la menor rozar su labio inferior la hizo abrir su boca para recibirla, acariciarse.

La mayor jamás había tenido un beso francés porque los consideraba asquerosos y llenos de saliva, pero el sentir la lengua de la menor rozar con delicadeza la suya, tembló. Tembló en los brazos de Lalisa, y ella misma volvió a buscar esas caricias.

Pero su oxígeno era más valioso.

Se separó con cuidado de la menor, sintiendo que antes de hacerlo, volvió a acariciar su lengua con la suya, separándose, respirando con dificultad. Los pulgares de Lalisa repartían caricias en su cintura, y Jennie se recargó en su pecho, escuchando su corazón latir tan rápido.

— Yo tampoco quiero romper el contrato, tú también me gustas. — Lalisa la entendía, entendía su manera de expresarse, lo que le incomodaba, sus gestos. Sus manos se dirigieron a ese pecho, y tragó saliva pesadamente. Se sentía ridícula por caer tan fácil por la menor, pero ahora sabía que todo era mutuo.

Solo que tenía una duda.

Saber si Lalisa se había enamorado de la Jennie sumisa, dependiente y provocativa, o de su actitud natural. Se aferró a su pecho por más tiempo, escuchando el sonido de la fricción y del corazón de la menor.

Se separó, sintiendo a de haberlo hecho el sentimiento de abandono, y volvió a abrochar su camisa, poniéndose un pequeño saco.

— ¿Tienes que irte a pie o gustas que te lleve? — Una barbilla en su hombro, y un beso en su cuello. Jennie alzó una sonrisa tímida cuando recordó a Lalisa en su celo, se estaba comportando igual. Pensó que así era naturalmente la castaña.

— Quiero que te quedes aquí conmigo, otra semana. — Otro beso que hizo a Jennie derretirse, sonriendo tímida.

— No tengo otro cambio de ropa.

— Podemos ir a nuestras casas a buscar otros cambios. — Lalisa de verdad quería quedarse ahí. Ahora su barbilla fue a su cabeza, y después la besó, inhalando el olor de ella —. Me encantan las cerezas, ¿por qué tapas ese olor?

— Otros alfas podrían olerme y perder el control. — Lalisa inhalando, sus manos en sus caderas, y luego la abrazó. Sus labios volvieron a su cuello, donde comenzó a tentar con sus dientes.

— ¿Qué podríamos hacer? — Pequeñas mordidas, Jennie gimió cuando sintió una levemente más fuerte que las otras, pero no lo suficiente para marcarla. Tragó saliva ansiando tan esperara mordida, pero jamás llegó, haciéndola cerrar sus ojos en frustración. Y los cerró más fuerte cuando escuchó el timbre de un teléfono, y Lalisa contestó.

— ¿Hola? Ahh...— Torció sus ojos cuando sintió el cuerpo de la otra despegarse del suyo, y los entrecerró, escuchando una reconocida voz en la línea.

JiSoo era increíblemente ruidosa al momento de hablar por teléfono, y tensó su mandíbula, recordando lo que eran ellas dos.

— ¿Eres JiSoo? Ahh, qué gusto volver a oírte. — Ojos traviesos verificando si Jennie seguía en la habitación, pero no. No vio ni sus maletas, ni su presencia, solo seguía el adorado olor a cerezas —. ¿Vernos hoy? ¿Ya?

Que la mayor se hubiera ido de la habitación le mostró que no estaba interesada en volver a pasar otra semana, así que hizo una mueca.

— Claro, ahí nos vemos.

Y chasqueó su lengua, tomando su maleta y saliendo de la habitación, dejando el olor a cerezas atrás.

Y chasqueó su lengua, tomando su maleta y saliendo de la habitación, dejando el olor a cerezas atrás

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Little bunny - 𝑙𝑚𝑏. 𝑘𝑗𝑛 𝅄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora