⻝ ┇ ❝veintiocho.

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— No pienses en ninguna de las palabras de mi madre, ¿sí? — Un beso en sus labios, y Lalisa no alcanzó a cerrar sus ojos, viendo cómo Jennie tenía un gesto lleno de felicidad al juntar sus labios

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— No pienses en ninguna de las palabras de mi madre, ¿sí? — Un beso en sus labios, y Lalisa no alcanzó a cerrar sus ojos, viendo cómo Jennie tenía un gesto lleno de felicidad al juntar sus labios.

— Es imposible no pensarlo, me hizo recordar la muerte de mis padres. — Tiró un cojín por ahí, y la mayor notó el mal humor de su novia —. Se supone que lo superé hace años, pero, realmente los extraño, todos los días pienso en ellos, en mi familia.

— Pero ahora nos tienes a nosotras. — Entrelazó sus brazos en los hombros de su alfa, juntando sus narices, y luego besó la otra —. Como yo te tengo a ti.

— También nosotras podemos ser tu familia. — Otro beso, ahora en sus labios, y sintieron la felicidad invadir sus cuerpos cuando sintieron que el beso duró más de lo que creían.

Sus labios se movieron suavemente, juntaron más sus cuerpos, y volvieron a sonreír. Jennie movió su cintura al ritmo de una melodía que solo estaba en su cabeza, pero esa pequeña danza invadió a su novia.

— ¿Quieres bailar? — Sintió cómo asintió la castaña, y se pararon del nuevo nido de la omega, que fue corriendo a buscar su celular para poner música. Una sintonía comenzó a sonar, y Lalisa solo podía ver a esa hermosa mujer bailar sola al compás de la música.

Se acercó de manera lenta a ella, sonriendo, una mano fue a la cintura contraria, y la otra buscó la mano de la pelinegra, que las entrelazó con alegría. Su mano restante fue al hombro de su alfa, comenzando a bailar de la ahora canción.

Fly me to the moon~

La castaña solo pudo sonreír, sosteniendo con fuerza la cintura de la mayor, y ladeó su cabeza.

— Siempre que veo tu rostro, yo me pongo feliz y tranquila.

— Yo siempre que estoy contigo me siento en paz, incluso ahora en esa incómoda situación. — Una carcajada, y siguieron bailando a paso lento, sintiendo sus cuerpos, sus respiraciones, y sus latidos.

Era cierto, siempre que estaban juntas sus corazones se ponían felices y comenzaban a bailar desenfrenadamente, llenando de felicidad a ambas.

Jennie de verdad estaba sonriendo, estaba inundada de ese sentimiento de felicidad de amor, de estar junto al ser que más amas en el mundo, pero un pequeño sollozo la interrumpió, y miró el rostro de su acompañante.

Nariz roja, ojos llenos de lágrimas, y sus labios temblando hasta elevarse en una sonrisa. De verdad estaba llorando. Sujetó ese rostro con ambas manos, parándose de puntillas, y besó su nariz de nuevo, viéndola fijamente.

— Amor, ¿qué pasa?

— Soy muy feliz en este momento, tan feliz, que podría morir ahora mismo.

— Pero no deberías, no quiero que mueras. — Una risita.

— No lo haré, bebé. — Un beso, sujetando su rostro, y volvió a besarla, dando repetidos piquitos en sus labios rojizos —. Sólo que soy muy feliz, de verdad, soy más feliz que nunca. — Otro beso —. HyeJin ha estado cada vez mejor, ya sonríe más, WheeIn también, sus ojeras ya no opacan sus ojos, se ve mas ligera y puede trabajar más. Y luego estoy yo, que gracias a ti mis días son más coloridos, Jen, sólo me has traído alegrías...

— Deja de agradecerme.

— Tengo qué.

— No, ya lo hiciste muchas veces, Lalisa, y me alegra mucho saber que eres muy feliz desde que me conociste, pero de verdad, deja de agradecerme. — Limpió las lágrimas ya algo secas con su mano, y luego la volvió a poner en su hombro —. Deja de agradecerme por eso, ¿sí? Lo volvería a hacer mil veces de nuevo, pero cada vez que lo dices siento que solo me amas por eso...

— No... ¡No! Hay un millón de razones por las que me gustas y no solo es tu dinero, tu dinero es lo último que me importa en este mundo, hay millón de razones por las que te amo, por las que me encantas y por las que me tienes a tus pies, no pienses que sólo es eso.

— Entonces deja de disculparte por eso, ¿está bien? — Asintió, y volvieron a bailar, hasta que la mente de Jennie indagó en algo.

Dinero.

Nunca le dijo a Lalisa algo del dinero y ella comenzó a hablar de que no solo es el dinero. Apretó su mandíbula al recordar que solo habló de eso con su mamá, y juró que quería golpearla al darse cuenta que su novia las escuchó, escuchó la sarta de tonterías que su madre había dicho.

— Lili, escuchaste mi conversación con mi mamá, ¿verdad?

— Ehm... ¿no?

— Dios... Lili, te juro que ella no es así, siempre trató a la gente con amabilidad y con una sonrisa, a todos los invitados de la casa, no sé por qué se comportó como una arpía contigo.

— De seguro todos sus invitados no eran de mi clase.

— No dejaré que te digas esas cosas, Lalisa Manobal. — La miró a los ojos, y apretó su rostro, inflando sus mejillas tal cual una ardillita —. No vuelvas a decir eso.

— ¿Deberíamos tomar el apellido de la otra?

— ¿De verdad solo pensaste eso?

— Jennie Manobal, me encanta. — Mordió sus labios para no sonreír, pero falló, y Jennie ladeó su cabeza, mirándola fijamente.

— ¿Quieres decir que porque tú eres la alfa, y decidiste dar un gran paso, tendré que tener tu apellido? — La otra asintió, como si no fuera la gran cosa, y se ganó un puñetazo de la otra —. Jennie Manobal... me gusta.

— ¿Verdad? — Un leve guiño por parte de la menor, haciendo que cerrara sus dos ojos, y Jennie rió.

— Ven, vamos a terminar mi nido. — La menor asintió con prisa, y la cabeza de la mayor comenzó a doler, y se sintió mareada.

El celo. Relamió sus labios al sentir los síntomas previos del celo, para voltear a ver a su novia con una gran sonrisa.

— En tres días entraré en celo, quédate.

— ¿Ya?

— Sí, ya, tengo tu ropa aquí, aparte... — Una sonrisa pícara, viendo a los ojos a la castaña, y se acostó en el espacio cómodo lleno de sábanas, todas de la menor —. No vamos a necesitar ropa.

— Dios, Jennie... — Intentó moverse, y luego sintió cómo la mayor se metía entre sus piernas, rozando sus cuerpos —. Me encanta.

Unos labios atacando su cuello de manera salvaje, y Jennie gimió, sintiendo los dientes de la castaña queriendo volver a marcarla, pero su boca fue hasta su mordida, y la lamió. Sintió la sensación de ardor recorrer su cuerpo, y lanzó un pequeño gemido mezclado con dolor, cosa que incitó a L a seguir.

— ¿Deberíamos empezar ya? — Y sonrió cuando escuchó la bragueta bajarse, haciendo resonar el fuerte zip en toda la habitación.

— ¿Deberíamos empezar ya? — Y sonrió cuando escuchó la bragueta bajarse, haciendo resonar el fuerte zip en toda la habitación

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Little bunny - 𝑙𝑚𝑏. 𝑘𝑗𝑛 𝅄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora