8 - Primera parte

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La mesa estaba relativamente tranquila aparte de unas pocas palabras que fueron pronunciadas entre Kiri y su padre.

Noté que Rin me miro varias veces y cuando Ashido entregó la comida se detuvo para hablar momentáneamente. Aparte de eso, traté de decir lo menos posible, preocupado de decir algo mal.

Aunque la mesa era larga, los cuatro nos sentamos en un extremo. Me senté de un lado al lado de Kiri mientras sus padres se sentaron juntos en el lado opuesto.

-Katsuki, cariño- levanté la cabeza para ver la mirada de Rin sobre mí.

-¿Ya tienes fotos de la boda?-
Sacudí la cabeza, ya no tenía teléfono y Kiri fue quien se comunicó con el fotógrafo.

-No estoy seguro...-

-La verdad que sí. Vinieron ayer- Kiri asintió hacia su madre.

-El fotógrafo que sugirió
fue increíble, madre-

Rin solo asintió con la cabeza a Kiri y él se levantó, dejando la habitación para tomar las fotos que ni siquiera las había visto todavía. Nori no pareció complacido cuando se volvió hacia su esposa y habló en voz baja.
Sus ojos se movían hacia mí ocasionalmente, lo que me hacía sentir medio incomodo.

-Rin, mi amor. ¿Quizás puedas ir con nuestro hijo y ayudarlo?-

Sugirió.
Rin lo miró, su ceja oscura arqueada con una mirada despreocupada.

-Son solo fotos. Estoy segura de que puede arreglárselas-

-Rin-

Su voz era más exigente esta vez.

-Ve a ayudar a Eijiro, no estoy preguntando-

Hubo un momento de silencio antes de que ella empujara su asiento y se pusiera de pie. No parecía querer obedecer a la petición de su esposo, pero no parecía tener muchas opciones. Así funcionaban las cosas por aquí, los hombres ordenaban y las mujeres obedecían.
Cuando salió de la habitación, comencé a ponerme de pie.

-Voy a ver si Ashido
necesita ayuda en la cocina-

-Siéntate, Katsuki- Nori me dijo, con un tono frío y áspero.

-No hemos tenido mucho
tiempo para conocernos-

Me hundí en mi asiento y miré a Nori con una expresión en blanco, supe que había hecho que
Rin se fuera para poder estar solo y regañarme porque Dios sabe qué razones, pero aun
así. Este hombre era aterrador solo de mirar.

-Mi hijo, puede ser difícil de manejar. Soy consciente de sus problemas de temperamento, o como lo llames-
Asintió con la cabeza

-Tal vez recuerdas la noche en que se discutió el acuerdo con tu padre-

- Si lo recuerdo perfectamente-
Le respondí.

- Y con todo respeto, señor Kirishima , no diría que
Eijiro tiene problemas de temperamento, es más como una doble personalidad-
A diferencia de Kiri, que se reiría sombríamente de mi comentario, Nori adoptó un enfoque más amenazante para su respuesta. Cogió un cuchillo para carne que estaba a su lado y me señaló
directamente.

-¡Ten un poco de respeto! ¡Eijiro pidió específicamente que lo mantengamos a salvo
y si prestó alguna atención recordaría lo que dije esa noche!-

Recordé lo que dijo porque incluso durante el momento más duró de mi vida, me dio consuelo.

-Dijiste que sería un Kirishima y que la familia se valoriza sobre todo-

Respondí en voz baja.
Él sonrió, no era una linda sonrisa; lejos de eso. Él sonríe con una sonrisa tortuosa y amenazante que me hizo querer desaparecer ahora mismo.

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