✰ ✦͙͙͙*͙*❥⃝∗⁎.ʚ 𝓔𝓼𝓽𝓻𝓪𝓰𝓸𝓼 ɞ.⁎∗❥⃝**͙✦͙͙͙✩

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⚠️ 𝘈𝘥𝘷𝘦𝘳𝘵𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘤𝘢𝘱𝘪́𝘵𝘶𝘭𝘰 𝘦𝘴 𝘥𝘦 𝘵𝘰𝘳𝘵𝘶𝘳𝘢 𝘺 𝘮𝘢𝘭𝘵𝘳𝘢𝘵𝘰́ 𝘯𝘰 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘤𝘦𝘯𝘴𝘶𝘳𝘢𝘥𝘰 𝘴𝘪 𝘦𝘳𝘦𝘴 𝘮𝘦𝘯𝘰𝘳 𝘰 𝘱𝘰𝘤𝘰 𝘢𝘮𝘢𝘯𝘵𝘦 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘴𝘢𝘯𝘨𝘳𝘦 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘦𝘷𝘪𝘵𝘢 𝘭𝘦𝘦𝘳 𝘦𝘭 𝘱𝘳𝘪𝘯𝘤𝘪𝘱𝘪𝘰. 𝘚𝘦𝘳𝘢 𝘣𝘢𝘴𝘢𝘥𝘰 𝘦𝘯 𝘶𝘯 𝘫𝘶𝘦𝘨𝘰 𝘮𝘶𝘺 𝘱𝘦𝘤𝘶𝘭𝘪𝘢𝘳 𝘦𝘯 𝘮𝘢𝘧𝘪𝘢𝘴. 𝘗𝘦𝘳𝘰, 𝘴𝘪 𝘵𝘦 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘢 𝘦𝘭 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘦𝘯𝘪𝘥𝘰 𝘦𝘹𝘱𝘭𝘪́𝘤𝘪𝘵𝘰 𝘥𝘦 𝘮𝘢𝘵𝘢𝘯𝘻𝘢𝘴 𝘦𝘳𝘦𝘴 𝘣𝘪𝘦𝘯𝘷𝘦𝘯𝘪𝘥@ ⚠️

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Pop: Eijiro ❤️🦈/🩸🔪

El hombre delante de mí ya se veía mal golpeado, los moretones cubrían su rostro y la sangre salpicaba su ropa. Estaba flácido y débil, lo que solo me dejo más ansioso por acabar con su vida, no con rapidez sino con lentitud y dolorosamente. Sentiría todo, y si se desmayara de la agonía, esperaría hasta que despertara una vez más para comenzar la tortura nuevamente.

Mis hombres me habían escuchado claramente cuando les dije que golpearan a este hombre a toda velocidad, que lo hicieran sufrir y que me esperaran, y lo hizo.
Con los brazos encerrados en las esposas metálicas que colgaban del muro de hormigón del sótano, parecía que apenas respiraba después de su paliza aparentemente brutal.
El hombre levantó lentamente la cabeza para mirarme e incluso con la poca energía que tenía, el miedo era evidente en sus ojos como debería ser.

- Sr. Kirishima-

Lo agarré por el cuello y empuje su cabeza contra la pared, provocando que un sonido ronco escapara de sus labios.

- No hables. No tienes
derecho... Simplemente asiente. ¿Estamos claros?-

Él asintió con la cabeza.

- Supongo que sabes por qué estás aquí-

Otro asentimiento.

Una sonrisa maníaca se formó en mis labios mientras extendía mi mano hacia donde estaba parado Sero.

- Cuchillo-

- N-No... Señor, lo siento. Estoy muy-

Cuando Hanta me pasó el cuchillo, lo presioné bruscamente contra la garganta del hombre, solo lo suficiente para raspar la piel pero lo suficiente como para asustarlo.

- ¿No te dije que no hablaras?-

Miré a Sero y sacudí la cabeza decepcionado. Era un gran mejor
amigo para tener, desde que éramos niños siempre había sido él y yo. Era prácticamente un hermano para mí. Entrenamos juntos para la mafia y cuando
su familia fue asesinada, él se mudó con mi familia. En ese momento solo tenía nueve años y hasta entonces era un tipo bastante tranquilo, pero la
muerte de sus seres queridos lo envió por un camino extremadamente oscuro. Lo hizo más como yo.
Volví a mirar al hombre encadenado a la pared, bajando la voz.

- Fuiste muy considerado con mi esposo anoche muy pegados en ese baile y eso realmente me molesta-

Me irritaba saber que un patan como lo era Yasahiro un hombre de alcurnia y distinción se le insinuara a mi esposo, la paciencia no lo estaba teniendo. Este hombre no se iría vivo de
aquí. Cualquiera de los hombres del club nunca se saldría con la suya al tratar a un Kirishima como una ramera de strippers.

- ¡Realmente idiota me hace enojar!-

Levanté mi voz, estabilizando el
cuchillo y lo clave abajo en su estómago con un movimiento rápido y punzante, entro en la piel con facilidad y escuche su grito de dolor.
Era música para mis oídos, aunque cuando comencé a girar el cuchillo pude sentir la sangre rezumando en mi mano mientras él gritaba pero no podía
importarme menos.