VICEVERSA || Pedri • Gavi

03. Esto es lo que hay

Y así las vacaciones obligatorias de Pedri dieron inicio.
El plan era simple. Llegaría directo a casa de sus padres y besaría su cama olvidada desde hace meses. Dormiría hasta que el hambre lo despertara, comería hasta reventar, disfrutaría del sol de las Islas Canarias hasta tostarse y se desconectaría del fútbol por dos semanas.

El plan era simple y falló rotundamente.
El inicio fue bueno cuando las croquetas de su madre lo recibieron en casa pero las cosas no cambiaron mucho después. Las noches siguieron repletas de insomnio, el sueño desaparecía por completo a las 5am, cada bocado que daba a esos manjares escurriendo grasa y aceite iban llenos de culpabilidad y la imagen del rostro de la nutricionista del club, en la playa sus pies parecían tener vida propia y se unían a cualquier grupito de gente que quisiera jugar fútbol, si no había nadie él solo jugueteaba con alguna pelota donde sea que estuviera incluyendo la sala donde su madre no dejaba de amenazarlo con las consecuencias, si intentaba distraerse con videojuegos siempre terminaba con el FIFA y si abría sus redes sociales todo estaba repleto de fútbol.

Así es como dejo de resistirse y un sábado por la tarde se encontraba hundido en su sillón viendo la jornada 3 de La Liga, Barça contra el Getafe el último partido antes del parón internacional, primer partido de la temporada en el que no jugaba y el primer partido para Gavi. Hizo su debut en el minuto 74' entrando por Sergi tras lesionarse. Fue directo a ocupar la posición habitual de Pedri junto a Busi y Frenkie. Las cosas estaban así, Gavi ni siquiera era la segunda opción de recambio, era la tercera pero con un poco de suerte, las dos primeras opciones están fuera.

Pedri pensaba qué tal vez el hecho de que el sevillano fuera tercero en la línea y no una amenaza directa debería tranquilizarlo, además de que aún llevaba esa extraña máscara para su mandibula por lo que no daría todo de sí, no se arriesgaría saliendo de una lesión ¿verdad? Ninguna persona en su sano juicio haría algo así ¿cierto? Más equivocado no podría estar. El pequeño demonio le devolvió la vida al mediocampo con su intensidad y control del balón. El ritmo cambió con su entrada y la de Nico con quienes el equipo parecía revitalizarse acercándose más al arco con varias oportunidad e incluso un gol anulado. Por alguna razón con el paso de los minutos una extraña sensación empezó a crecer en el pecho de Pedri.

—Ufff el que tenga miedo a morir que no nazca—Detrás de él su hermano comentaba recargando los brazos en el sofá mientras veía como Gavi se enfrentaba a un sujeto que le sacaba más de dos cabezas. Los dos cruzaron miradas pero Pedri no le encontró la gracia a su comentario y regresó la vista al partido. Al notar la inusual seriedad de su hermanito decidió seguirle molestando.—¿Asustado, Potter?—Le pico la cabeza con el dedo y una sonrisa traviesa.

—¿Asustado de qué?— o de quién. Al pensar eso frunció el ceño y la sensación que sentía en el pecho empezó a arder. Ese malestar, esa incomodidad, esa intranquilidad no debería existir. Pero la siente, cada que mira al número treinta en esa enorme pantalla de televisión con esa mirada de león indomable dispuesto a enfrentarse a todo y todos. Debería estar agradecido de que ese chico esté en su equipo y no en el contrario. Hacía él Gavi nunca ha sido más que amigable dirigiéndole esos mismos ojos suaves y desbordantes de inocencia. Un tierno cachorro que le sigue a todos lados y que a pesar de su naturaleza introvertida es amado por todo el equipo. Pero para su instinto precavido, el sevillano es demasiado bueno para ser verdad.

—Deja de joder.—Al sentir que su hermano volvía a picarle la cabeza le dio un cojinazo en la cara interpretado como una declaración de guerra. Le devolvió el golpe con otro cojín y Pedri terminó cayendo y apoyándose con el codo sobre la mesa de centro. Con el sonido del golpe contra el vidrio los dos se detuvieron al instante compartiendo una mirada de terror a sabiendas de lo que les esperaba.