~Epilogue~

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América, 1990 


Desde su posición en el sofá estampado puede cómodamente deleitarse de la divina imagen que es Choi Soobin bailando y cantando bajito en lo que se mueve de lado a lado, cocinando un postre "sorpresa" para él; le es gracioso, el inconfundible olor y que la cocina sea más que visible no ayudaban mucho al propósito de su novio, pero lo dejó continuar su papel porque ama su sonrisa de hoyuelos, que cada año se hace más bonita, y cocinar en una de las actividades que más le ponen feliz.

Con todo y su linda y rubia distracción, escucha la voz de su padre a través del teléfono fijo en el departamento que alquilaron por la temporada vacacional. Por suerte es una zona turista tranquila y el clima es fresco, la decoración bonita con sus toques modernos y los locales de comida en el área eran buenos; aunque prefiere los platillos de su bailarín personal.

–¿Estarán una larga temporada por Seattle o se quedarán sólo un par de días?

–Iremos a Chicago en una semana para la exposición de Soobin, nos quedaremos un mes allá, aproximadamente – se acomoda en su posición y una gran sonrisa orgullosa extiende sus comisuras, su pecho se infla en lo que adula: –. Debes de ver las obras majestuosas que hizo, te enviaré fotos y hasta los recortes periódicos. Todos lo adoran.

"No más que yo, claro, pero ¿Quién no cae en sus encantos?"

Soobin se asoma con un saltito y con un mohín apenado, a Yeonjun le produce tanta ternura que no explica cómo se controló de no apretarle sus mejillas y morderlas suavemente entre besos.

–No seas exagerado, hyung. Tu padre creerá que soy ultra famoso.

–Lo eres, cariño.

–Para ti, compras todas las portadas de periódico en donde salgo, Junnie.

Bin no es que se queje, lo dice con una sonrisa cariñosa y mirada de bobo enamorado; lo está, nada que ocultar, no es nada que todos no sepan ya.

–Creo que estoy interrumpiéndolos – Chan bromea con una tosecita que rompe la melosa atmosfera detrás de la línea.

–Lo siento, papá – ríe cómplice. Soo regresa a la cocina justo con una risita que trata de ocultar después de que le manda un guiño.

–Descuida, es el amor – da un último chiste al respecto. La charla se desvía un poco acerca de los puntos a los que iríamos, hasta que mi padre cuestiona con un tono sugerente: –¿Cuándo vendrán de visita a Japón? Hace dos años no nos reunimos, hijo.

Yeonjun y Soobin concordaron en ir despacio después a su reconciliación en la cabaña durante aquella ocasión en Takayama, pasaron la noche refugiados ahí, conversando y leyendo las cartas que les fueron privadas de su alcance por tanto. Y si de algo sirvió eso, fue para al día siguiente, sin darle más vueltas al tema, terminar huyendo juntos del pueblo. Sí, fueron lento, a su modo.

Escaparon a Tokio al inicio para buscar lo necesario en el departamento del mayor, y posteriormente emprendieron rumbo hacia Kioto para iniciar. No tenían ningún plan establecido ni contaban con tanto dinero, eran un par de locos enamorados y siendo irresponsables por primera vez, sin rendirle cuentas a nadie, era su etapa de revelación. Las esperanzas, sueños y el aprecio mutuo era lo que más llenaba sus bolsillos en esa aventura romántica. A pesar de ello, no les faltaba absolutamente nada.

* Daydream * YeonBin (Yeonjun & Soobin, TXT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora