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Japón, inicios de la nueva década.
Los acontecimientos previos en la vida de Soobin, posteriores a la ida de Yeonjun, fueron un desfile en control automático, o al menos eso siente él. La vida pasa, no la siente a veces.
Tenía el corazón hecho trizas, ni más ni menos, lloró hasta secarse y agotarse, luego recobraba fuerzas, lo medita y termina llorando de nuevo; era una rutina, un círculo sin fin que dejó la ruptura, tal como un severo daño colateral. No ha sido capaz de regresar a su lugar secreto en el prado, las pesadillas le acongojan las veces que consigue conciliar el sueño, el apetito se esfumó por muchas semanas, las náuseas y cientos de malestares físicos fueron constantes de aquellos días por igual; parece un penoso muerto andante, carente de incentivos.
Era una flor marchita que alguna vez estuvo en un hermoso jardín, el cual tristemente fue abandonado por quien lo solía cuidar. Nunca imaginó que Yeonjun fuese tan esencial en su rutina, era impactante y devastador.
Namjoon estaba muy preocupado, su hijo no le daba entrada, ni siquiera a Yewon. Acudieron al mismo Beomgyu por orientación, pero éste era una tumba respecto a todo lo que su amigo le decía. Claro, los adultos no necesitan conocer el motivo del estado de Soobin, era obvio que fue como un efecto domino producido por la ruptura con cierto ojos verdes, lo único que buscaban era ayudarlo.
Por su parte, Beom se limitaba a consolar a su hyung incondicionalmente, como la primera tarde que llegó llorando tan desolado a su casa, extremadamente confundido por lo repentino del asunto, en total incredulidad de lo que sucedió. Estaba seguro que jamás se le borraría de su cabeza el aspecto de Soobin ese día, sus palabras, la angustia en sus orbes cargados de cientos de lágrimas que no cesaban e hinchaban más sus pares, temió a que el chico colapsara y no dudó en dejarlo dormir ahí con toda la atención que podía brindarle a su roto corazón. Él mismo estaba en shock, era como presenciar una pesadilla ajena a la realidad, y no imagina cómo es para su amigo si así de traicionado y dolido se sentía él.
Su situación con Taehyun ciertamente lo dejó muy mal, con una sensación de derrota, pero el tema con Yeonjun era peor para Soobin, eso devastó al rubio. Porque lo suyo fue mucho más intenso y sí llegó a mucho más.
El tiempo pasaba y no lograba unir los fragmentos perdidos de esa historia, el estado previo de Soobin le deprimía, y la distancia de Yeonjun le contrariaba, todo era un remolino del cual no hallaba un origen.
–Es que, agh – chasqueaba con incomprensión cada que lo debatía –. Yeonjun hyung nunca haría algo así.
–Lo hizo.
–Pero...
–Confía cuando te digo que lo he meditado millones de veces, y si yo no tengo respuesta, menos tú tendrás una, Beomgyu – Bin interviene con pesadumbre, dando con su puño a la mesa donde estaban sus cuadernos y la tarea que realizaban, bastando para callar con el acto al menor. Se arrepentía al segundo por dejarse dominar por toda esa maraña de emociones negativas y, como siempre, termina por ablandar su expresión, suspirando desconsolado y centrándose en su libro de historia con un sobre esfuerzo –. Perdón, en verdad trato de aprender lo que irá en el examen de mañana... Es lo único que me interesa ahora mismo, Beom.
Ahí moría la conversación cada que salía a la superficie, y es que no es como que Beomgyu quisiera hablar de eso todo el tiempo, porque no fue sólo el rubio quien terminó herido por la conducta que tuvo el azabache, él también se siente decepcionado y preocupado. Semanas transcurren sin respuesta, siendo una agonía persistente para Soobin, y él lo resiente igual por estar a su lado en todo momento.
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* Daydream * YeonBin (Yeonjun & Soobin, TXT)
Fanfiction***🌼*** Me haces soñar incluso cuando es de día, cariño. Cada día, Yeonjun espera ansioso la mejor parte de sus vacaciones de verano, su encuentro en el prado con su persona favorita: Choi Soobin, el hijo de su profesor de piano en aquel pueblito j...