C O N F E S I O N E S

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Habían pasado ya algunas semanas desde ese horrible suceso, Anastasya se mostraba super fria y dura al respecto, pidio que se olvidaran del tema por completo, ya que no queria que nadie sintiera pena por ella. Su cuerpo se habia recuperado casi en su totalidad, simplemente le habian quedado algunas cicatrices por las cirugias y aunque el hospital se habia negado a que regrese a ejercer tan pronto, ella alego que se encontraba en perfectas condiciones como para seguir el ritmo de su profesion.

¿Conocen esa sensación de que el día seria complicado y cargado de estres? Bueno, asi mismo se sentia Anastasya. El ultimo tiempo siempre la acompañaban a todos lados, no habia tenido tiempo sola en un largo rato, entre abogadas, citaciones y niñeras, se habia olvidado casi hasta de bañarse sola.

Meredith, Alex, Jo, Amelia, Maggie, Addison y Cristina se turnaban para ser su niñeras, no se le permitia salir sola o al menos no sin saber donde y con quien estaria.

— ¡Amelia, ya estoy bien! Agradezco tu interes y tus ganas de ayudarme, pero no necesito que me agobies todo el tiempo -se queja Anastasya entrando al hospital junto con su grupo de roomies-

— ¡Solo me preocupo por ti!

— ¡Pues no lo hagas, no te he pedido que lo hagas! -vocifero la pelirroja-

— ¡No hace falta que me lo pidas, lo hago por que te amo! -responde Amelia gritando-

Anastasya ni siquiera respondio, solo se alejo, ignorando los gritos de Amelia.

— Doctora Bailey -llama Anastasya- Solicito por favor que me cambie de servicio, no quiero a Amelia Shepherd -pide-

— Robbins y Karev necesitan internos, estaras con ellos

— Muchas gracias -agradece alejandose-

Salio en busca de Arizona, ya que Alex estaba bebiendo cafe con Meredith, se la encontro saliendo de una habitacion.

— Doctora Robbins estoy a su servicio...

— ¡Genial! Busca a Montgomery y Yang necesito interconsulta... -ordena Arizona-

Anastasya obedecio a su orden y comenzo a buscar a Addison y Cristina, cuando las encontro les explico la situacion y las llevo con Robbins. Mientras Addison y Arizona conversaban, Cristina alejo a Anastasya.

— ¿Tú que sientes por Amelia? -pregunta-

— No lo sé ¿Por qué?

— Lo que yo se es que por ti siento muchas cosas, no puedo negarlo ni ocultarlo más... Me gustas, Anastasya -confiesa Cristina, Anastasya no supo que decir por algunos momentos- Olvidalo...

— Cristina... Tengo un gran aprecio por tí, eres de las mejores personas que conoci este año horrible... me motivas a ser mejor, me das lo mejor de ti, pero... no siento lo mismo por ti, eres atractiva y eres brillante, pero no se si puedo decir que me gustas

— Solo queria que lo sepas, ya que volvere a Suiza el miercoles -informa Cristina, Arizona llamo a Anastasya-

— Ve con Addison a preparar el quirofano y ella te explicara el procedimiento -ordena Arizona- Iremos en un momento...

Camino con Addison en silencio hasta la zona de lavado del quirofano 2, donde la mayor de ambas llamo su atención.

— ¿Si yo te besara ahora mismo, tu te enfadarias conmigo? -cuestiona Addison-

— ¿Qué dice, Doctora Montgomery? -pregunta sin entender, Addison simplemente se soltó a besarla y ya luego pensaria en el futuro- Addison... -susurra mirando sobre el hombro de la misma-

Addison se dio la vuelta y vio a Arizona y Cristina observandolas fijamente.

— Lavate y entra -ordena Arizona-

Obedecio la orden y se alejo sin siquiera mirar a ninguna de las tres mujeres.

En la galeria Amelia y Meredith se preparaban para observar la cirugia. Al comenzar el ambiente se sentia tenso, hasta que la rubia hablo.

— ¿Como estas, Koracick?

— ¿A que se refiere?

— Tú situación a causado mucho revuelo en el hospital, y no he tenido la oportunidad de consultartelo antes... ¿Como estas? -vuelve a preguntar-

— Me encuentro bien, gracias por preguntar -agradece con una pequeña sonrisa-

— Lo noté -asegura-

Addison levantó la mirada en direccion a Arizona, deseando que no diga nada.

— Lo digo ya que la veo muy enfocada en su trabajo... cualquiera en su situación no volveria a pisar un lugar tan lleno de recuerdos como este... -explica tranquilizando a las dos pelirrojas- Para nada lo digo ya que va besando medicas de guardia... -sonrie cinicamente-

— Disculpe, Doctora Robbins pero no se de que habla -miente Anastasya-

Por el intercomunicador se escucha la voz de Amelia.

— Arizona ¿A quien? -inquirio la castaña a pesar de las negativas de Meredith-

— Se dice el pecado, pero no el pecador -en un intento de discrecion dirigio su mirada hacia Addison, dando a entender todo-

Las siguientes horas pasaron en total silencio, el ambiente era tenso, se respiraba pesadez. Finalmente llego au horario de salida, Meredith la busco por los cambiadores de internos.

— Tassya, Amelia esta furiosa... Te recomiendo la mayor discrecion posible -pide la rubia-

En la entrada principal, Amelia discutia con Addison, realmente se veia y escuchaba furiosa.

— ¡Eres mi mejor amiga y yo amo a Anastasya, no puedes besarla asi por que si! -vociferaba Amelia-

— ¡Lo siento, Amy! ¡Ustedes no tienek una relación y si ella se siente bien estando conmigo tengo todo el derecho a hacerlo mientras este soltera!

— ¡MALDITA SEA, ADDISON! ¡ESTAS CASADA Y TIENES UN HIJO!

Anastasya escucho eso y se quedo helada por un momento, Addison jamás menciono nada acerca de eso.

Maggie y Meredith lograron separar a esas dos fieras que discutian y se llevaron a Amelia a casa.

Sabia que tenian que hablar, pero primero quiso darle su espacio, hasta que Amelia fue a buscarla a su habitacion, al entrar se sento sobre su cama y comenzo a llorar.

— Anastasya, te juro por mis sobrinos y por mi angelito en el cielo que yo a ti te amo... te amo realmente -solloza-

El corazón de Anastasya se estrujo, pues era la primera vez que la veia asi.

— Puedo sentir muy dentro de mi corazón, que tú eres quien yo quiero por el resto de mi vida... no puedo prometerte un amor perfecto, pero puedo prometerte perfectamente que nadie podra amarte como lo hago yo...

— Estas loca -rie-

— Los locos amamos locamente, por eso te amaré como nadie jamás lo hará... Solo dame la oportunidad de hacerlo... No voy a prohibirte nada, quiero que desde tu libertad me escojas día a día y que te quedes a mi lado por puro placer -pide- Te amo, Anastasya y espero que algún día lo puedas entender...

— Te amo, Amelia... Te quiero para volvernos locas de la risa juntas, ebrias de nada y para pasear por las calles sin prisa, eso si, tomadas de la mano, mejor dicho... del corazón -confiesa Anastasya- No fuiste amor a primera vista, mi amor por ti se fue formando lentamente, tu personalidad, tu voz, tu cabellos, tu sentido del humor, la forma en que me miras y sonríes, poco a poco se fue aclarando todo, y hoy tengo la respuesta... tú eres eso que jamás busque pero siempre quise

Ellas se amaban, realmente se amaban. Solo faltaba ese ultimo paso para darle comienzo a una historia de amor que jamás podria ser repetida. Eran una para la otra, un corte molecular, una vez unidas nadie notaria que eran dos piezas diferentes.

𝐑𝐞𝐝 𝐕𝐞𝐥𝐯𝐞𝐭 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora