H O M E S W E E T H O M E

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Exactamente una semana después, Anastasya y Amelia organizaron una cena de presentación y le dieron una despedida formal a su estadía junto a Meredith, anunciando allí algo muy importante.

— Quiero decir unas palabras, por favor  -pide Anastasya mientras golpeaba una copa-

En una mesa larga dentro de su amplio comedor se encontraban Meredith y los niños, Maggie, Jo y Alex, quienes fueron sus compañeros de hogar durante todo un año e incluso un poco más.

— Primero me gustaría agradecerles... por su comprensión y apoyo, sé que no siempre convivir con nosotras fue la cosa más fácil y mucho menos mediante nuestras crisis de pareja... Gracias Mer, por brindarnos una casa y gracias a todos por convertirla en un hogar -agradece la pelirroja- Ahora, tenemos una casa y esperamos junto a su compañía poder convertirla en un hogar... en nuestro home, sweet home

La casa se inundó en aplausos y felicitaciones por parte de sus amigos y colegas. Se sentían felices, su casa estaba completamente amoblada y podían sentirla cargada de buenas energías, la felicidad y paz reinaba en esa cena, eran felices. Amelia y Anastasya estabas siendo felices finalmente.

— Y además, queríamos comentarles otra cosa -agrega Amelia- Oficialmente... Estamos comprometidas -chilla mostrando su anillo de compromiso-

Anastasya ya había planeado absolutamente todos sus movimientos y con ayuda de sus amigos llevaría a Amelia a la cima del éxito y la haría su esposa. Lo tenía decidido y estaba segura de cumplirlo.

Las horas pasaron, Anastasya se encontraba tomando un té en el living mientras Amelia completaba crucigramas a su lado, el silencio reinaba hasta que Amelia lo interrumpió.

— ¿Crees que algún día tendremos hijos? -pregunta-

— Pues... no es uno de mis principales objetivos en la vida, creo que aún tengo mucho por vivir, a penas tengo 30 años... -responde Anastasya no muy segura- pero si a ti te hace ilusión, podríamos tenerlo en cuenta

— Quizá algún día, pero no tiene que ser pronto... me gustaría lograr otras cosas antes de ser madre -sonríe- Aunque... podríamos traer a vivir con nosotras a Phoenix -propone luego de un rato en silencio-

— Creo que esto deberíamos hablarlo en otro momento, ahora tú y yo tomaremos un baño de burbujas y dormiremos desnudas...

Así fue, ambas se encargaron de preparar todo el ambiente y tomar un baño relajante en completo silencio, solo disfrutando de la presencia de la otra. El roce de las pieles y el calor de los cuerpos, el cosquilleo en el estómago y la sensación de calor en el pecho al mirarse al ojos y decirse todo sin hablar de nada era lo que las mantenía unidas. Estaban destinadas a ser, eran almas que se buscaban sin saberlo y se encontraron sin quererlo.

Dormir abrazadas era un momento tan intimo, sus cuerpos desnudos chocando entre si, el respirar de la otra y la luna de testigo ante tal acto humano, frente al amor vuelto espectáculo, no eran capaces de poner en palabras lo que sentían entre ellas, estaban enamoradas y mejor aún, se amaban.

A la mañana siguiente Anastasya salió antes de que Amelia pudiera despertarse, se despidió dejando un beso en su frente y se fue al encuentro de Meredith y Addison, ya que necesitaba la opinión de ellas para dos cosas muy importantes. Mientras tomaban un café juntas, Anastasya compartía sus ideas y las otras dos mujeres las rechazaban a dos manos.

— Es el cumpleaños de Amelia y no conozco mucho acerca de sus cumpleaños pasados, nunca quiere hablar de ellos ¿Saben si le gustan los cumpleaños? -pregunta la pelirroja-

— Jamás la ha pasado bien en sus cumpleaños -explica Addison-

— ¿Crees que si le preparamos algo, le gustará?

𝐑𝐞𝐝 𝐕𝐞𝐥𝐯𝐞𝐭 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora