Cita

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Después de decirme ese cumplido, Dahlia comenzó a comer su tarta, yo la mire fijamente. La tarta era roja y blanca, ella tomaba pequeñas porciones con su cuchara, se veía muy apetecible. Me arrepentía de no haber pedido un trozo.

-¿Quieres un poco?- Me preguntó con sus bellos ojos azules mirándome dulcemente.

-Oh uhm, pero es tu tarta- Eso me tomo desprevenida, era suya.

-¿Y? No me molesta compartir- Dijo sonriendo, solo pude pensar en cómo yo no haría eso, si algo era mío, era mío.

-Solo di ahh- Fruncí el ceño pero abrí ligeramente la boca, ella llevó la cuchara hasta a mis labios y comí un poco.

-Esta buena- Murmure con la boca llena.

-Sip, ahora ten, la mitad de mi muffin- Tomo el muffin y lo partió, dejándolo en el plató de mi café.

-Podría haber pedido uno-

-No dejare que pagues, si quieres más yo lo pediré- Una sonrisa burlona se asomo en sus labios.

-Como quieras- Acepté sin mayor problema, recordando lo que Enid me dijo.

(Antes)

Después de salir de la habitación de Dahlia, le mande un mensaje a Enid para que estuviera en el pasillo Ophelia. Llegamos al mismo tiempo y ella abrió.

-¿Qué sucedió ahora? Tienes una cara de preocupación- Señaló mientras entrábamos.

-Lo estoy, mucho. Creo que esto que me está pasado no es normal- Murmure yendo hacia mi escritorio para tomar asiento.

-¿Wednesday que dices? ¿Estás enferma?- Enid camino detrás mío y cuando me senté ella tocó mi frente.

-Eso creo Enid... temo lo peor- Enid retrocedió y comenzó a dar pequeños saltitos moviendo sus brazos.

-Oh no, me estás asustando. Dime qué pasa por favor- Me miro con un puchero en sus labios.

-Cuando estoy cerca de Dahlia, siento que mi pecho se oprime, sobretodo cuando me mira, cuando ríe... cuando me toca o se acerca a mi mi cuerpo reacciona de maneras raras. Mis bellos se erizan, mi corazón se descontrola, incluso olvido como hablar- Me costo tratar de explicarle como me "sentía" porque normalmente yo no sentía.

-¿Y que tiene eso?- Ahora Enid me miraba con confusión.

-Creo... creo que soy alérgica a Dahlia- Murmure con la cabeza agachada. Hubo un silencio sepulcral y una carcajada invadió la habitación.

-Oh Dios... ¡Wednesday!- Se retorcía en el piso mientras se agarraba su estómago y reía, genial ahora se burlaba de mi.

-Tienes que ayudarme- Me agache para mover sus hombros y hacerla reaccionar.

-No eres alérgica a Dahlia, ¿Como puedes creer eso?- Limpio un par de lágrimas que se escaparon de sus ojos.

-¿No escuchaste lo que dije? Es posible que mi cuerpo reaccione de esa manera por lo mismo- La mire con desdén.

-Oh no. Definitivamente no es por eso, Addams estás perdida. Perdidamente enamorada de Dahlia- Se puso de pie y yo retrocedí hasta chocar con la silla.

Me levante y la mire como si estuviera demente, yo no me podía enamorar. Eso era debilidad, algo totalmente humano y asqueroso que solo los más imbeciles eran capaces de hacer.

-Wednesday, no morirás por haberte enamorado. Es algo normal y hermoso, ¿Acaso no te gustaría poder amar a Dahlia?- Enid puso sus manos en su cintura, mirándome com una ceja levantada.

-No tengo tanta suerte como para atraer a la muerte- Me regodeé de mi miseria.

-Ella te entiende, comprende como eres. Y desde que la conoces has estado mucho más feliz. ¿Te imaginas perderla?- No esperaba que dijera eso pero mi corazón dolió solo de oír esas palabras.

-No, eso no sucederá- Afirmé, apretando mi mandíbula.

-Entonces demuéstrale que te gusta, si no eres tú, llegará alguien más a su vida, Dahlia es preciosa y un amor de persona- Mis ojos se abrieron con enojo, mataría a quien siquiera se atreviera a acercarse a ella.

-Pero Enid... yo no sé como amar- La tristeza se apoderó de mi cuando caí en cuenta de eso.

-Si sabes, amas a tu familia, se que en el fondo oscuro de tu corazón también me quieres a mi, y si nunca has amado... puedes aprender con Dahlia- Enid coloco su mano en mi hombro, dándome algo de apoyo sentimental.

-Aún no lo entiendo, ¿Qué cosa se gana amando?-

-No todo en el mundo tiene una recompensa Wednesday, pero amando ganas la cosa más pura y hermosa que existe. La ganas a ella y su corazón. ¿A qué es precioso? Como un bello poema- Enid dio unas cuentas vueltas de felicidad, y era cierto, estaba tan feliz de ver a su amiga abriéndose paso en de mundo de los sentimientos, era como si finalmente hubiera crecido.

-¿Y qué debería hacer para demostrárselo? ¿Y si no le gusto?- Tenia inseguridad respecto a eso.

-Claro que le gustas, lo puedo asegurar. Deja de sobre pensar todo y simplemente has lo que se sienta bien cuando estás con ella, los pequeños gestos son los que más importan- La mire mientras pensaba en sus palabras, tenía razón.

-No se qué haría sin tus consejos sobre estas cosas tan... repugnantes- Le agradecí en mi forma de demostrar amor.

-Morirías sola, probablemente- Rio mientras negaba, no se que haría sin Enid y su tan colorida amistad.

Quizá podría volverme algo blanda, solo con Dahlia. No quería morir con arrepentimientos.

(Ahora)

-Nunca había probado un pastel tan dulce, sorprendentemente esta delicioso- Admití, era de chocolate y vainilla.

-Probar cosas nuevas no te mata- Dahlia me guiño un ojo.

-Eso estoy viendo- La mire a ella, pensando con todas las cosas que habíamos echo juntas.

-¿Qué te parece si damos un pequeño paseo antes de irnos?- Dahlia me pregunto con una suave sonrisa, asentí y ella llamó al camarero.

-Me gusta ver como se pone el sol, el atardecer es hermoso- Murmure.

-Entonces vamos- Nos levantamos y ella agarro mi mano.

Caminamos por las calles de Jerico sin prisas, mirando los escaparates de algunas tiendas. Me detuve al ver una tienda de antigüedades, tenían un hermoso brazalete con rubíes y un zafiro negro. Era bastante cautivador, pero solo viéndolo no quise preguntar por el precio, sin mis padres yo no tenía mucho dinero.

Dahlia miró como estaba cautivada por el brazalete, se quedó detrás. Sonrió sabiendo cuál sería el regalo perfecto para cierto momento especial. Ya se daría una vuelta por ahí para comprarlo.

Cuando el sol finalmente se ocultó, y esperábamos el auto. Me coloqué en frente de Dahlia.

-Fue una cita muy linda, gracias Dahlia- Me pare de puntitas y le di un rápido beso en la mejilla.

-Oh... eh y-yo, de nada- Ella habló totalmente avergonzada y sorprendida, eso fue un atrevimiento que no se esperaba.

Y con nuestros dos corazones alterados y mejillas sonrojadas, nos subimos al auto.

Bloody Heart - Wednesday Addams Donde viven las historias. Descúbrelo ahora