Dechado: EXTRA

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[ ADVERTENCIA: Zeli es bondadoso, por lo que les recuerda que este extra contendrá: Lemmon ZeniNezu ]

Muchos de los planes de Kagaya habían tenido muchas falencias.

Muchos más eran de dudosa ética, otros más de humanidad aún más dudosa, pero todo apuntaba al mismo objetivo:

«Quiero que todos sean felices» habló esa vez Kagaya.

Y bien fue un dechado, un ejemplo a seguir, para todos los demás cazadores. Dandolo todo por ellos, por su bien y por la humanidad que debía defender como Oyakata-sama.

La felicidad que buscó la hallaron sus pequeños luego de su muerte, lo cual él no lamentaría para nada.

—¿Me podrías entonces... decir cómo era nuestra relación?

Nezuko estaba sentada frente a un Zenitsu, ambos en seiza.

La expresión del rubio era agria y totalmente desprovista de ganas de hablar, pero ello no generaría en Nezuko que se negara a saber la verdad detrás de su expresión.

—¿Puedes?

—Sobre eso... da pena...

La mirada rosada de la chica se vuelve más seria y firme en él.

—Es que, bueno, no sería fácil de explicar...

El rubio estaba realmente preocupado, pero en el fondo estaba provocando a Nezuko.

«Si doy muchas vueltas quizá se canse y lo deje para después» pensó «Y si me dice que haga más que palabras... jujuju».

No, no era una mente maestra. De hecho ese último pensamiento suyo lo veía tan imposible como improbable -que de hecho, era un 0% de probabilidades en su cabeza-.

—Por más que te pregunte siempre dirás eso. Aunque... ujum, Zenitsu-kun, ya estoy lo suficientemente grande como para saber qué me hacías ¿no crees?

—¿Qué te hacía yo?

Respondio tan rápido y exasperado que generó en Nezuko una sonrisa cínica.

—¿Entonces era yo?

«Mierda» Zenitsu cayó en cuenta de la cagada que cometió en un instante de soltura.

—No, no. Para nada, pero ya no lo recuerdo, que mal.

Nezuko lo miró mal, pero pronto suspiró.

—Yo pensando en que si me respondías podría dejarte hacerme lo que quisieras.

—¿Oh?

Una exclamación con interés fue la confirmación necesaria para Nezuko y la última palada de tierra en el sepulcro de Zenitsu.

—¿Tuvimos relaciones, no?

Él palideció.

—Y por tu reacción parece que era algo que ambos queríamos... explícame eso.

El proceso de pensamiento de Zenitsu desde el momento en que ella se volvió humana fue simple: Echarse la culpa. Pero lo cierto es que ahbía sufrido de tanta vergüenza como para ni afrontarla. Mas ahora no podía huír.

Tomó aire y se preparó para recibir todos los pecados de ella como propios, luego lo soltó con la confianza de un político.

—¡Yo descargaba mis cargas en tu cuerpo de demonio! Aunque Nezuko-chan se negó algunas veces, terminaba por no negarse, ya que Tanjiro le había dicho que no me golpeara por ser amigo suyo...

The ShippMaster IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora