SaneKana IV

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—Tu hermana es muy molesta.

Sanemi hablaba mientras alzaba a Kanae y la ponía sobre sus hombros.

—¡Kyaaa~!

Ella solo suelta un gritito de alegría y empieza a reír.

—Shinobu es extremista, solo eso.

—¿Solo? Desde que somos pareja he estado las al borde de la muerte que mientras enfrento demonios.

—No exageres...

—Sabes que es verdad ¿Quien carajos deja agujas con veneno en una silla? Se supone que fui para que me curaran, no para que me envenenaran.

—Perdón....

—Que lo pida ella, no tú.

Ambos iban caminando por los alrededores de la Finca Mariposa, Shinobu había ido a una misión junto a su pareja, así que ambos disfrutaban de la compañía del otro.

—Kanao también tiene novio.

—El imbécil pelirrojo ¿No?

—¿Por qué lo insultas...?

—¿Por qué no hacerlo?

Kanae solo se limita a hacer mala cara y tirarle suavemente una oreja.

—La demonio...

—Nezuko-Chan.

—Esa tipa ¿No te ha atacado? Eres de la Finca Mariposa...

—Para nada, ella es muy linda.

Sanemi suspira.

—Oí del desmadre que causaste cuando Tanjiro la trajo.

—Tsk.

Algo que recordaba bien era la cara algo molesta de Shinobu cuando clavó su espada en el cuerpo de la demonio, a través de la caja.

Las tres hermanas, Kanae, Shinobu y Kanao tenían un estilo de política raro, si un demonio no los atacaba, lo dejarían vivir.

Obviamente la hermana menor de el pendejo de ojos rojos fue el único demonio que había hecho esto.

—Tienes una misión para esta noche... ¿No?

Sanemi asiente.

—¿Te parece si te acompaño?

—¿Qué?

—Se que me retiraron... pero... dejarte afrontar el peligro solo...

—Oyakata-sama parece que hará que varios de nosotros vayan en pareja, a mí tal parece me tocará con Uzui.

—¿U...? Ni se te ocurra dejar que él te manche.

Sanemi ríe y asiente varias veces.

—Aunque tener tres esposas...

La pelinegra sin pensarlo dos veces arremete con un puñetazo en su cabeza.

—¡No! ¡Nunca! ¡Imposible! ¡Denegado!

—Pero si quiero...

—¡Si lo haces te cortaré la...!

—V-, Vale.

Aveces era peligroso ir contra Kanae.

Eso lo había aprendido luego de haber quedado paralizado por culpa de ser terco.

[ Hace 1 Semana ]

—No.

Sanemi que recién regresaba de una de sus misiones, miraba a una de las pequeñas de la Finca Mariposa.

—P-, Pilar-sama...

La enana de coletas verdes intentaba hablar con él, pero este, sin embargo, siguió negando con su cabeza.

—Solo dame unos malditos vendajes, no necesito nada más.

—P-, Pero Kanae-sama...

—¡Que no!

Ya harto de estar sentado, se levanta.

La mocosa da un paso atrás, sin embargo alguien por detrás pone su mano en el hombro de la niña.

—Cambio~

Kanae le sonrió a la pequeña que inmediatamente lo volteaba a ver.

—E-, Entendido, Kanae-sama.

La pequeña hace una reverencia y sale corriendo de la habitación.

Kanae camina hasta estar frente a él y se cruza de brazos.

—Beberás esa medicina, a diferencia de las de Shinobu, esas no saben muy mal.

—Solo quiero vendajes.

—Pero...

—¡Solo vendajes!

Suelta un suspiro, uno muy fuerte.

Kanae frunce su ceño.

—Vale... vale.

Sonríe y camina hacia una estantería de la cual saca unos vendajes.

—Detrás de ti hay algún desinfectante, cogelos.

—¿Detrás...?

Sanemi se da la vuelta en la silla, detrás de él solo había una ventana.

—¿Qué...?

Voltea a ver a Kanae, quien venía con los vendajes y un desinfectante en la mano.

—Nada, nada.

Ríe suavemente y se sienta en otra silla junto a él.

—Esto arderá.

Luego del aviso echa el desinfectante en un trozo de tela blanca y empieza a echarle a Sanemi en sus heridas.

Luego de desinfectar la herida, la cubre con el vendaje que estaba algo húmedo.

—Listo.

—Me siento mareado...

Parpadea varias veces, Kanae se acerca a él y le ayuda a acostarse en la cama que había junto a la silla.

—Cuando te digo que bebas medicina...

Le da un beso en la frente mientras le sonríe ahora d e manera algo siniestra.

—La bebes.

Fue entonces que se dio cuenta de algo.

No se podía mover.

—¿¡Umm!? ¡¿?!

—Duerme, te levantaré luego.

Se despedía con su mano y salía por la puerta de la habitación.

Duró desde la madrugada que llegó hasta más allá de medio día (13:00) despierto.

El cansancio estaba, pero por alguna razón no tenía sueño.

Al día siguiente fue que Kanae le dijo que también había agregado una medicina que causaba irritación en los ojos, por ende no pudo dormir.

[ Fin de recuerdo ]

—Yo soy más que suficiente para ti.

—Con esas tetas...

Con una exclamación moleta, como un "JUM" Kanae recuesta su pecho en la cabeza de Sanemi.

—¡Pues ahorita los estabas muy encariñado con ellos! Los chupabas, los masajeabas...

—¡Bueno, ya cállate!

También aveces ella no conocía que era el silencio, o la tolerancia al menos.

The ShippMaster IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora