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Se mantenía sobre Alice, golpeándola. Pero él no podía controlarse a mismo. Gritaba y gritaba, que no quería hacerlo, que lo sentía, pero seguía golpeándola.

-Ya déjame,por favor- pedía la rubia. Era una bestia. Porque comenzó a violarla.

Y se dió cuenta de cuantas veces lo había hecho. Pero no podía controlar su cuerpo. Su mente no lo regía.  No como antes. No como siempre.

Las lágrimas salían de la conocida cara de la chica, quien le rogaba con voz cada vez más cortada que no le haga daño.

Pero él terminaba matándola, en cada una de sus pesadillas, todas las noches.

No podía más con eso.

Y ese fin de semana, en el cual visitaba a sus padres, junto a su novio. Estaba más pálido de lo normal.

Despertó por los gritos de la rubia en su cabeza, rogándole que no la mate, como  todas las noches.

-¡ALICE! ¡PERDÓN!-gritó despertándose.

-James, ¿qué pasa?- preguntó Regulus a su lado. Últimamente él se dedicaba a darle las pastillas, así que Regulus parecía confundido. Y mejor.

-Alice- mencionó el bajando las escaleras, necesitaba encontrarla, o agua, o no sabía que necesitaba. Solo quería sacarse esa culpa, volver el tiempo atrás, revivirla-Alice- la nombró nuevamente, sus padres, quienes desayunaban en la mesa lo miraron, confundidos.

-Alice no está acá, tu lo dijiste, ella se fue lejos y no va a volver ¿no? Te dejo encargado a  ti de mí, confío en ella-

-Yo la maté- declaró James Potter.

Toxic//JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora