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Regulus miró las pastillas. Hacía poco había ido al medico por insistencia de James. En el pico más alto de su relación.

Pero esas pastillas, aunque lo ayudaban, también debía ir con un psicológo una vez a la semana y primero, odiaba salir de Hogwarts y segundo, su novio se solía poner celoso últimamente de su psicológo. Lo que menos quería eran problemas.

Además eran un asco. Le dejaban la boca seca y disminuían su deseo sexual.

Cuando James quería tener sexo él debía decirle que no, y tenía que ver a su novio frustrado masturbandose a sí mismo mientras gruñia su nombre.

Era triste para el. Y los antidepresivos no ayudaban.

Tampoco ayudarían a que, bueno, se iban a casar. Debían tener buen sexo. Y además el quería quedar embarazado las pastillas le jugaban en contra, todo en contra.

Regulus suspiró, enojado, mientras escuchaba las voces de su cabeza convencerlo de que no las tome.

Las tiró al suelo. James era su mejor remedio y sin las pastillas podría vivir bien ¿no?

Pregúntale a tu hermana muerta, cariño.

Toxic//JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora