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-¿Por qué querías terminar conmigo? ¿Para irte con otro? ¿Quién es?- preguntó rojo de la ira.

-James cariño, calmate, yo no.

La espalda de Black había chocado contra la pared, ya lo tenía acorralado.

-Te voy a enseñar quien manda- Potter tenía unas lindas manos, las cuales quedaron marcadas por todo el cuerpo del pelinegro, no precisamente como le gustaría.

-Yo no, nunca saldría con nadie más, te lo juro- hablaba entre llantos Regulus mientras Potter descargaba toda su ira en él, golpeándolo como a un saco de boxeo.

Golpeó golpeó y golpeó.

Regulus prefería eso a que lo viole, como tantas veces había hecho.

Las voces en su cabeza no ayudaban para nada, solían remarcarle lo inservible que era.

Pero estaba bien que James le pegara ¿no? Sus razones tendrá.

De un momento a otro dejó de ver a Potter golpeándolo y apareció junto a la rubia, Alice Black, su mejor amiga, su hermana, tirados en el pasto, de pequeños, mirando las nubes y tratando de encontrarle formas.

A James le molestaba aún más que no lo escuche y delirie.

-¡Hazme caso!- gritaba repetidas veces.

Hasta que Regulus volvió a la realidad y lo miró a los ojos, mientras su nariz sangraba y ya no podía aguantar más golpes.

-Tengo miedo, Jaimie- admitió en un hilo de voz.

Potter miró detenidamente a Regulus, sus nudillos llenos de la sangre del amor de su vida. Del chico que le había dado los mejores recuerdos y salió de ahí.

Toxic//JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora