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-Hola cariño- saludó Regulus mirando a James.

-Hola amor- respondió con media sonrisa.

-¿Hice algo mal?

-Nada, todo bien. ¿Cómo te sientes?

-Bien, ayer fuimos a pasear con Alice y Pandora y casi me caigo al lago, viste que soy muy distraído, pero que suerte que ellas estaban.

Era una tortura escuchar su nombre. Que su novio la mencione como si siguiera entre ellos. Lo llenaba de una rabia inexplicable, contra él mismo.

-Ah.

-¿No fue así Als? ¿Por qué te vas?- miró a su lado, James también miraba a su lado, ¿era un fantasma o solo los delirios de su novio?

-Hola chicos- saludó Sirius- ¿Qué hacen?

-Alice se fue, ¿qué le hicieron?- preguntó Regulus mirándolos a ambos.

Matarla, ocultar su cuerpo, no elegirla. Pensaron.

-Nada- respondieron al unísono.

-¿Dónde está Alice, Regulus?

-Siempre está a mi lado. Wow, cuanta atención le prestas a tu melliza, Sirius.

Sirius miró a James.

-¿Tu la ves?- susurró.

James negó con la cabeza.

-Claro, sí, es que estoy muy despistado.

Pero Regulus lo ignoró, sus voces hablaban más fuertes. Aunque la rubia insistía en que tome su medicina, hasta que ella no se las dé, él no las tomaría. Así se aseguraba que era real y no una fantasía.

Pero si era una fantasía y llevaba más de un año sin tomar la medicina.

Su hermana había sido como su madre, ella había aceptado cada castigo, cada crucio, cada golpe. Regulus era golpeado cuando Alice era encerrada en su cuarto.

Walburga estaba cansada de la rubia. Y fue la mejor noticia del mundo cuando le dijeron que estaba muerta.

Toxic//JegulusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora