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Nakime tardó en darse cuenta -por si misma- que estaba muy, muy interesada en todo lo que tuviese que ver con Kanroji.
Todo el día anterior revisó que su mensaje fuera respondido. Y aunque el momento nunca llegó, algo en ella le decía que siguiera intentando.
La vieja Nakime se hubiera rendido al primer instante, no era alguien que continuara con lo que empezara -por desgracia-. Sin embargo, aquella chica le había reiniciado el sistema.
Sentía emoción, quería y tenía la necesidad de saber que era lo que le sucedia a esa muchacha.
Y aunque aquello no era realmente de su incumbencia, quería meterse de todas formas.
-Estas enamorada - Dijo Ume de repente. Nakime entorpeció sus movimientos y giró bruscamente la cabeza en su dirección.
¿Había escuchado bien acaso? Porque aquello no podia estar más equivocado. Conocía a Mitsuri apenas hace dos -casi tres- semanas, era prácticamente imposible que se haya enamorado.
Ume la seguía viendo, fijamente. Tal vez buscando algún indicio de que su suposición sea correcta.
Nakime se mantuvo callada, sin decir nada. Era alguien muy poco transparente, muchas veces resultaba difícil para los demás saber que estaba pensado en realidad.
Para Ume no era así. Conocía bien a su amiga desde hace tiempo y podía deducir que estaba en lo correcto.
Por más que Nakime se negara a aceptarlo.
-No es así, solo estoy preocupada. -Preocupada por una chica que prácticamente te hablo menos de una hora y que te pidió disculpas más de tres veces.
Nakime sintió los colores subir a sus pómulos. Negó nuevamente, pero Ume no se iba a rendir.
-Chica a la que no has dejado de mandar mensaje, chica a la que últimamente miras demasiado y parece que se te tuerce el cuello cada que la vez pasar. - Cruza sus brazos, victoriosa. Sabe que ante el silencio de Nakime ella es la ganadora.
Y Nakime se pregunta ¿Está enamorada? Lo duda, tal vez le ha dado la razón a Ume, pero ella no lo acepta.
Es imposible. Al menos así se mantiene hasta que Kanroji entra al aula.
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