Lo que nadie ve

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Mientras tanto, en la misma ciudad, una niña de doce años despierta a causa de la música que proviene de su móvil, era su padre.

- ¿Sí...? - pregunta la niña aún dormida.

- Anna cariño he salido a hacer varios recados, te he llamado porque no me contestabas a los mensajes - le dijo su padre con un tono muy tranquilo.

- Estaba durmiendo papá - le responde ella.

- Vale no te preocupes, solo quería avisarte de que había salido. No volveré hasta esta noche, pero tienes pasta de la que sobró ayer en la nevera, por si te apetece - le dijo Henry.

- Vale papá, besos - añadió Anna antes de colgar.


A diez ventanas de allí, la persiana de una habitación se sube; otra chica, un poco más mayor y con un bebé en sus brazos se acaba despertar. Mientras le hace el biberón a su hijo intenta encontrar los libros con los apuntes que le dejó su novio después de haber estado faltando 1 semana entera a clase por culpa del parto.



A más de tres calles a la derecha, en un tercero, otra habitación acaba de despertar. Un chico de unos veintipocos años se levanta para ir a la biblioteca a estudiar, ya que en su propia casa no consigue concentrarse a causa de los gritos que provienen a todas horas de la habitación de sus padres.


Unas cuatro ventanas a la derecha, una tenue luz se difumina: una mujer ha llegado cansada del trabajo y, sin esperarlo, se encuentra a su marido durmiendo junto a otra mujer. Decide salir de casa para despejarse. Ya volvería a entrar a la hora a la que suele llegar todos los días para que su marido no sospeche que le haya podido pillar.


En la calle de atrás, en una ventana que no vemos, una mujer mayor hace una hora que se ha levantado y ha desayunado. Sabe que hoy será un gran día porque ha quedado con una de sus amigas, pero ya está temiendo que mañana, domingo, volverá a estar todo el día sola en casa junto a su gato.


A muchos metros de allí, una niña con ojos azules acaba de despertar, hacía más de cinco días que no pegaba ojo en toda la noche, pero esta noche ha sido diferente, ha podido dormir tranquila. Se ha levantado y ha desayunado, y poco después le ha llegado un mensaje, intenta no darle importancia, pero comienza a llorar temiendo que llegue el lunes.


En un edificio más al sur, una cocina se mantiene iluminada. Una madre, tras varios intentos ha conseguido contactar con su hija con la cual tuvo una discusión la noche anterior y terminó yéndose de casa en plena noche.


En la casa de enfrente, un hombre llora en un sofá. Hace ya varios meses que no encuentra trabajo y ya no le queda nada de dinero en la cuenta bancaria ni ahorros de ningún tipo, no sabe qué hacer. Pocos minutos después entra en su casa su hijo.

Somos realesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora