El cansancio físico era palpable, pero había algo más, algo que pesaba en su pecho como una losa de plomo, mientras caminaba, un abismo emocional se abría dentro de ella, un oscuro y profundo vacío que la consumía sin piedad.
No era envidia lo que sentía, no deseaba lo que otros tenían, pero no podía evitar sentir una devastadora tristeza al ver a la gente a su alrededor.
Entregándose al amor y a la felicidad, parecía que todos tenían algo que ella no tenía, algo que le era esquivo.
Al llegar a casa, el peso de su desesperación se hizo insoportable, se desplomó en su habitación, y las lágrimas comenzaron a fluir como un río desbordado, la sensación de vacío de intensificaba, como si un agujero negro le hubiera engullido por completo.
Las preguntas comenzaron a azotar su mente como un látigo afilado: ¿Por qué yo? ¿Qué he hecho para merecer este sufrimiento? ¿Por qué no puedo ser feliz como los demás?
Eran preguntas sin respuestas, y la ausencia de soluciones solo hacía crecer su angustia, la tristeza que le envolvía parecía ahogarla, como si estuviera atrapada en un oscuro laberinto de emociones insondables.
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Somos reales
Teen FictionLa vida no es un problema que tiene que ser resuelto, sino una realidad que debe ser experimentada. En esta historia nos intentaremos poner en la piel de nuestra protagonista principal Olivia Miller (una veinteañera que vive en Santa Mónica, Los Áng...