Después de dejar a Mike en su casa, Olivia se volvió lo más rápido que pudo a la suya.Cuando llegó a casa no había nadie, solo estaba su perrita Lulu, subió corriendo las escaleras hasta llegar a su cuarto, cogió los auriculares y se puso a escuchar Nirvana.
Empezó a pensar, ¿por qué?, ¿por qué estaba con ella sabiendo lo que le había hecho?, ¿por qué no se lo había contado antes?, ¿por qué ella?, ¿por qué...?
Tan solo una palabra, una simple palabra la cual puede hacer que te termines cuestionando cualquier cosa, una palabra para la cual no siempre hay respuesta, una palabra que le encanta, pero al mismo tiempo no soporta, una palabra que puede cambiarte la vida con tan solo formular una pregunta con ella, porque nunca sabes si lo que van a responder te va a gustar o no.
Siguió pensando y sobre pensando hasta que decidió hacer algo de lo que estaba segura de que se arrepentiría. Cogió el móvil, abrió el chat de su mejor amigo, se quedó durante unos segundos mirando aquella foto de perfil que tenía Mike, salían los dos..., no se lo quiso pensar más, pulsó el botón de bloquear y apagó el teléfono.
Mientras tanto, en el centro de la ciudad se encuentra la niña de ojos azules sentada en un banco, observando y pensando, observando y pensando, imaginándose como podían ser las vidas de las personas a las cuales estaba viendo ella desde ahí, pero de lo que ella no se estaba dando cuenta es de que no todo lo que las personas aparentan debe ser siempre cierto, pero ella continuó observando y pensando, y así durante un largo tiempo hasta que apareció frente a ella su gran miedo, el monstruo que vive atormentándola todos y cada uno de los días que pasan, y, mientras la niña que tenía delante crecía, ella menguaba...
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Somos reales
Teen FictionLa vida no es un problema que tiene que ser resuelto, sino una realidad que debe ser experimentada. En esta historia nos intentaremos poner en la piel de nuestra protagonista principal Olivia Miller (una veinteañera que vive en Santa Mónica, Los Áng...