♡| Situaciones desesperadas requieren medidas desesperasas

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Spreen casi rogó a Noni que se quedara con él, no confiaba en nadie ni en sí mismo; se vio obligado a confesar como sus colmillos ardían con la idea de clavarse en la piel del semi-vaca y como sus garras se negaban a retraerse con el aroma que emanaba el otro híbrido.

Y sí, después de confesar que sus instintos se habían vuelto locos y pedían que atacara al otro híbrido, pidió y suplicó que Noni se quedara a su lado para vigilar que nadie le atacara, ni él atacara a nadie.

Spreen sabía que lo único más fuerte que el instinto de ataque de un oso, era el instinto de protección de una vaca.

Si Noni —o mejor dicho, el lado más animal de Noni— le aceptaba como manada, los instintos del chico-vaca saltarían en todo su esplendor para cuidarle incluso de sí mismo y, bueno, no se podía negar la fuerza bruta de una vaca.

Él había comprobado en piel propia que Noni solo necesitaba una patada para lanzar a un gólem al suelo. Él había sido ese gólem.

Pero su historia con Noni era algo para otro libro, ahora lo importante era que el castaño aceptara su petición.

—No lo sé Spreen, entiendo que esta situación es una mierda pero... —Noni estiró sus brazos sobre el mostrador, ambos híbridos habían decidido regresar al pueblo y ahora se encontraban en Empéñame Esta.

El tintineo de las luces de la tienda no eran diferentes a todos los días, sin embargo Spreen podía notar como su jaqueca crecía a segundos. No ayudaba que su mente le estuviera gritando que Noni se veía irresistible con esa luz ambiente y el aroma húmedo de la tormenta que caería por la noche.

—Noni por favor, sos mi única posibilidad de aguantar hasta el antídoto sin que me cojan o me encarcelen por asesinato. —las garras del oso se clavaron en sus propios brazos, se había obligado a sí mismo a quedarse sentado en una esquina para evitar volver a intentar morder a su amigo.

—Lo sé pero...

—¿Noni? ¿Spreen?

Mierda, pensaron ambos híbridos mientras Tanizen aparecía por la puerta de la tienda; en cuánto los ojos violáceos se posaron en el oso de pelaje negro Spreen observó con horror como el hombre rubio se rodeaba de un ligero humo negro que se despejó en cuánto empezó a caminar hacia él.

Ahora Tanizen estaba bajo el efecto de esa maldición que tenía encima por torpe y avaricioso.

—¡Jefe! ¡Tenemos que hablar de negocios! —el semi-vaca se paró delante del oso, impidiendo que su jefe pudiera poner sus manos encima de su amigo.— Spreen se iba de todas formas.

—Eso, ¡eso! Yo ya me iba, no voy a seguir boludeando por acá. —el Patrón del Pueblo Naranja nunca había tenido tanta prisa para abandonar un lugar desde muchos años atrás; se arrastró tembloroso por el suelo para correr sobre sus cuatro extremidades, no tenía tiempo para actuar como humano.

—Espera Spreen, hombre. —Tanizen fue más rápido que los dos nerviosos híbridos, apartó a su empleado con suavidad y tomó de los hombros al oso, obligándolo a ponerse de pie y quedarse atrapado entre él y la pared.— No tengas tanta prisa, eres un cliente VIP, tienes servicios especiales.

Spreen lo vio todo a cámara lenta.

En cuánto abrió la boca para soltar cualquier excusa Tanizen lo besó; su nuca fue sujetada con firmeza por lo que escaparse de esa lengua que se colaba en su boca fue inútil. Es decir, podría soltarse sin problema pero no quería atacar a Tanizen en esas circunstancias.

Si el otro estuviera en todos sus sentidos no se contendría en clavarles las garras en el esternón, pero este no era el caso.

Lo que hizo fue llevar sus manos a la espalda del rubio, tironeando de su camiseta para que se alejara o hubiera alguna posibilidad de que en su cerebro hechizado entendiera que eso no debería estar pasando. Error suyo, porque Tanizen pareció entender que quería un beso más profundo ya que Spreen se vio obligado a dejar de respirar para permitir que una lengua saboreara toda su boca con libertad.

Spreen tenía que admitirse que el maldito de Tanizen besaba increíblemente bien.

—¡Lo siento Tani!

El Patrón del Pueblo Naranja observó como el dueño de Empalas Tanizen caía al suelo completamente inconsciente, Noni había dejado salir esos instintos y habilidades de híbrido que rara vez usaba. En resumen, la patada de una vaca no era algo que una persona pudiera aguantar fácilmente.

Noni tomó la mano del tembloroso Spreen -quien seguía buscando recuperar el aliento- y echó a correr, llevándose consigo a su amigo. Su destino, el Santuario de Juan. Después de ver como su novio olvidaba su existencia para comerse al pobre Spreen, Noni había decidido que no podían permitirse esperar a que esos débiles brujos paganos encontraran por sí solos una solución a todo este problema.

—Noni, tu olor. —una vez recuperado el aliento y los sentidos, Spreen se colocó a la altura del semi-vaca para seguir su ritmo; la dirección que tomaban era obvia y, aunque no tenía ganas de aguantar a Juan hechizado, él también lo consideraba su mejor opción.— Hueles a-.

—Lo sé. —el castaño lo interrumpió, no quería tener esa charla ahora, él necesitaba calmarse incluso más que Spreen.— Ya hablaremos las consecuencias luego, ahora lo importante es mantenerte a salvo.

Spreen agradecía ahora más que nunca llevar sus lentes y que Noni no pudiera ver como sus ojos brillaban humedecidos por el intenso aroma que le estaba rodeando. Ese olor nunca lo había sentido en su madre biológica, y ahora estaba ahí Noni, hundiéndolo en su propio aroma, marcándolo como parte de su manada.

Como su familia.

—Gracias capo.

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Nota: ¡Hola! Ehm, una disculpa por, bueno, morirme. ¡Tengo justificación! Enfermé, muchísimo, y cuando me recuperé me fui de fiesta y me emborraché como nunca en mi vida, ¡y volví a enfermar después (gente, no anden descalzos y borrachos bajo la lluvia a las 6 am)

Y, bueno, luego me agarró tremenda crisis emocional pero bueh, eso es el pan de todos los días sooo. ¡Acá estoy de vuelta! Con ideas y ganas, a ver cuanto duran.

Aviso avisador, esta historia ya iba a ser corta pero ahora aún más, súper expres, cortita y concisa. Pero no me maten mi hermoso fandom de cubitos, les tengo una historia escribiéndose en borradores que recemos para que no acabe con mi estabilidad emocional mientras la escribo (spoiler: i like ✨drama✨).

Nada más que decir, Noni y Spreen mi casita.

Mirado por un tuerto | T!SpreenHaremDonde viven las historias. Descúbrelo ahora