Axozer era adorable.
Spreen recordaba que los brujos habían explicado que la forma en la que los afectados por el enamoramiento actuaban dependía totalmente de la personalidad de cada uno, por ejemplo, Tanizen era una persona directa y por eso había ido directamente a besarle. Auron era una persona controladora y, bueno, por eso lo había secuestrado.
Axozer era adorable.
Y por eso Spreen estaba ahora con una corona de flores y el chico de cabello bi-color sentado en su regazo siendo llenado de besos. Y Spreen muy feliz. Axozer era adorable, punto, el muchacho solo le daba pequeños besitos dulces.
Era la paz que necesitaba después de ver como Reborn era encerrado en bedrock ya que por poco y lo embarazaba en ese mismo momento.
Para su alivio, Zorman solo intentaba tocar sus orejas de vez en cuando y Mariana era del tipo adulador, Spreen no podía simplemente respirar sin que Mariana le ahogara en piropos —algunos obscenos, otros adorables. Y Profeta estaba siendo violentamente regañado por sus dos hijos ante el poco control de sus instintos y poderes.
Al parecer Juan podía utilizar su magia para controlarse, por eso no tenía al gafotas encima de él (aunque notaba sus miradas, se sentía desnudo); y Drako...
Okey, no tenía idea de porqué Drako no estaba afectado bajo ningún aspecto. Ni se lo quería coger ni lo quería matar como los endermans, el monaguillo no le trataba nada diferente.
—Che, Drako. —al fondo de la gran biblioteca del Santuario, Juan y Profeta se encontraban rebuscando en los libros y pergaminos una solución rápida a su problema; Noni se había quedado cerca de los magos para, en pocas palabras, golpear al que se distrajera. Por lo que Spreen decidió saciar sus dudas, por supuesto sin dejar de tener al pequeño Axozer acurrucado contra su pecho.— ¿Por qué a vos no te afecta la basura de poción esta?
El monaguillo arrastró una silla para sentarse junto al híbrido, quien estaba en el suelo con el pequeño niño entre sus brazos; hasta Drako debía reconocer que esos mimos inocentes eran adorables.
—No lo sé la verdad. —los ojos del segundo hijo del profeta viajaron hasta la otra punta de la sala, posándose en el híbrido de vaca, quien no tenía miedo en gritarle al Profeta para que ni se le ocurriera acercarse a Spreen.— ¿Tal vez es porque me caes mal?
Spreen rió ante esa obvia broma, después de todo Drako y él tampoco tenían tanto trato como para caerse mal, ni bien. Se trataban, punto.
—Pensaría que es porque estás muy enamorado de Noni, pero Tanizen es su novio y aún así me atacó. —el oso se arrepintió inmediatamente de sus palabras, la mirada de Drako había viajado rápidamente lejos del semi-vaca, con tristeza.
—Parte de mí quiere decir que eso significa que yo lo amo más que ese mamawebo. —Drako pronto rió, cargado de amargura, plasmando una mirada de compasión oculta tras los lentes del híbrido peli-negro.— Pero lo más lógico es pensar que soy inmune por la protección de la aureola, está hecha para canalizar la magia del Profeta y que yo pueda usarla. Tal vez por eso a él le cuesta más controlarse, yo estoy robando inconscientemente esa inmunidad.
—Comprendo.
Spreen decidió no comentar más, no queriendo hacer que Drako siguiera recordando que estaba enamorado de alguien con pareja estable. Se dedicó a jugar con los cabellos de Axozer y apoyar su cabeza en la pierna del monaguillo; pronto vio a Zorman acercarse para acariciar sus orejas y decidió permitírselo.
Estaba muy cansado.
Solo quería volver a su casa, acariciar a Pelusa, trabajar en la pollería y dejar de ser tan consciente de sus compañeros. No quería pasarse los días pensando en alejarse de otros híbridos por si su oso interior decidía atacarlos, no quería pararse frente a su espejo para controlar si su ropa podría despertar oportunidades de besos o caricias, no quería verse a sí mismo apreciando la forma de mostrar amor de alguien.
Alguien que no estaba haciendo eso por voluntad propia.
Alguien que no era...
Spreen suspiró, no estaba en una situación que le diera momentos tranquilos para pensar en el fruto de su enamoramiento. Se declararía cuando todo se solucionara.
—Gafotas dijo que es una poción de mala suerte así que, ¿por qué los efectos secundarios tienen que ver con el amor y el odio?
—Tengo una teoría. —Drako estiró sus brazos, haciendo crujir sus huesos; llevó una de sus manos al frente, invocando ese flotante libro que se le fue entregado cuando empezó a trabajar con el Profeta.— Cuando empecé a estudiar pociones, leí algo sobre como la magia sobre los híbridos es inestable en gran parte por la magia de los instintos, ese "animal interior" que tienen y puede superar las normas de la magia y la humanidad.
—Como adoptar a alguien solo con su olor. —Spreen interrumpió, mirando de reojo a Noni; se sentía culpable por haber desencadenado una situación que obligara a Noni a usar su aroma para tomarlo como su cría y así poder invocar toda su fuerza salvaje para cuidarle.
—Exacto. —Drako retomó la palabra, pasando hojas y hojas del libro que levitaba frente a él.— No es algo confirmado ya que todavía son pocos los híbridos que se dejan investigar por la brujería o la ciencia, pero se cree que cuando una pócima se utiliza en un híbrido esta toma efectos basada en parte por la poción y en parte por el estado actual de los instintos de dicho híbrido.
—Eso quiere decir, —Spreen suspiró, con esa información presente la situación empezaba a tener sentido.— que como mis instintos llevan meses girando en torno a haberme enamorado de alguien, esa poción de mala suerte lo que ha hecho es hacer que la gente me ame.
—Es solo una teoría. —el libro desapareció con un ligero destello, Drako no tenía conocimientos ni poder suficiente para solucionar los efectos de la poción incluso si encontraba el motivo de porqué las circunstancias eran las que eran.— De todas formas, ¿quién te gusta?
—Chupas pija si crees que te lo diré.
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Mirado por un tuerto | T!SpreenHarem
Fanfiction«Haber sido mirado por un tuerto»: Expresión que hace referencia a que una persona está padeciendo una racha de mala suerte. Spreen estaba seguro de que las cosas no podían ir a peor en el pueblo con todas las guerras y peleas, sin mencionar al Prof...