Capítulo 8 "Tacto"

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Al día siguiente la luz natural entraba a la habitación donde (T/N) estaba descansando, poco a poco abrió los ojos mirando hacia el techo y tomar algo de consciencia de su alrededor, una parte andaba en la recuperación de su memoria mientras la otra estaba intentando despertar. 

Su mente le hizo recordar lo último, que ella se encontraba tocando el piano con una paz que había olvidado, pero eso se apagó en cuanto la había descubierto su secuestrador, tenía esa mirada de aquella vez cuando intento escapar, sabía que volvió a cometer el peor error de su vida y ahora tal vez era el fin de su vida. 

En ese momento se abrió la puerta de la habitación, iba ingresando Yoshikage con un cuchillo a la mano, el suspenso en ella empezó a sentirse en corazón, la aceleración del mismo iba en aumento cada vez que lo veía aproximarse hacia ella, a tan solo unos centímetros él se aproximó hacia su rostro dejando apenas una distancia. 

—Te ves pálida...deberías tomar un baño para después desayunar, apúrate que hay varios cosas que hacer. 

Dicho ese comentario, el hombre salió de la habitación dejándola en un total shock, finalmente cuando ella creía que era su fin, las cosas giraron inesperadamente que su cabeza le andaba haciendo sentir que las cosas estaban raras, un sentimiento o pensamiento parecía cruzarse entre que era su vida y tenía que aceptarla, como también los principios de un fenómeno paradójico. 

Sin más llegó a levantarse para caminar hacia el baño, en el pasillo pudo visualizar a Yoshikage, no pasó por su mente el escapar, solo dirigirse a su destino, llegó a tomar el baño sin más, empezó a buscar con la mirada si había alguna ropa extra pero solo había unas toallas y dos batas blancas para el baño. Al terminar se puso una bata para encaminarse con cautela hacia la cocina donde estaba él cocinando y colocando el desayuno, él se percató de su presencia para girarse con una mirada seria. 

—Deja busco algún vestido de mi madre, debe haber alguno—. Dejó los platos en la mesa para ir a buscar lo mencionado. 

(T/N) se aproximó a la mesa viendo la comida, su estómago ante el aroma de arroz con un salmón sazonado le ocasionó hambre, no quería confiarse aún de ese hombre, pero también el que siguiera viva tal vez la había perdonado por sus errores. 

Yoshikage había vuelto con un vestido floral largo con mangas, era bastante bonito a la vista, después de verlo él se lo había extendido para que ella lo agarrará. 

—Ve a cambiarte, que sea rápido sino el desayuno se va a enfriar. 

Hizo caso, rápidamente fue a cambiarse, el vestido apenas le había quedado que quiso aproximarse a un espejo para poder verse, pero el hecho de verse decaída, con unos ojos cansados por las veces sin dormir, llorar, el miedo. Una tristeza le causaba verse así, pero ya solo quería poder mantenerse viva...por el momento; se acomodó un poco su cabello para volver nuevamente hacia la cocina. 

Tomó asiento para que agradeciera la comida, ambos empezaron a comer en un absoluto silencio, nadie parecía querer dirigir la palabra ni siquiera mirarse, por (T/N) solo quería enfocarse en comer bien mientras Yoshikage debes en cuando miraba como las manos de la joven se movían, tomaban las cosas. Era una paz que le surgía y tal vez una decisión correcta de no haber acabado con la vida de la chica, porque podía disfrutar de ver esas perfectas manos con expresión. 

—Quiero tener un acuerdo contigo—. Dijo el hombre, finalmente rompiendo el silencio. —Quiero que te quedes aquí, si haces todo lo que te pido podrás estar en completa paz, pero si rompes alguna regla o intentas huir, ten por seguro que no dudaré en matarte en cuestión de segundos, ¿Estás consciente de ello? 

La chica en cierta manera se sorprendió ante sus palabras, no esperaba que hoy estaría diciéndole de un acuerdo entre ambos, pero si era el aceptar y fallar por algo...habría la consecuencia de muerte, se volvía un arma de doble filo. 

—...Supongo, que tengo prohibido salir, pensé que...mi acción de ayer hubiera sido bastante para...—. No quiso terminar lo último pero era obvio y para Yoshikage era fácil de leer. 

—Respondiste bien en lo primero, con respecto a lo segundo no creo que pueda responderte bien...solo piensa que fue un descuido mío—. Dijo mientras tomaba un sorbo de su taza de café. —Puedes hacer cosas en la casa, si quieres toca el piano por lo que veo es tu hobbie. 

—Más bien...amo la música, mi padre me lo heredó y yo quería haber ingresado alguna escuela de música...—. Dijo (T/N) con cierta nostalgia y tristeza mientras comía poco a poco. 

—Bueno, como sea puedes hacer pequeñas cosas aquí en la casa, procura no lastimar tus manos, puedes desde barrer, lavar los trastes, creo que me ayudarías bastante con eso—. Terminó lo último para levantarse de su asiento. —Tienes prohibido salir, si alguien llega a tocar la puerta nada de contestar o abrir la puerta, si no quieres que te pase lo de la última vez, también el hacer llamadas o intento de comunicarte con alguien, si no infringes alguna de esas reglas las cosas estarán bien entre nosotros, ¿Estás de acuerdo? 

(T/N) se quedó mirando el plato, las reglas eran, ¿Fáciles? Pero si podía confirmar que era una prisionera para ese señor, también el rechazar quien sabe que pasaría con ella si dijera el "No", era algo que le preocupaba como tampoco podría negociar cambiar una regla o algo parecido. Si se mantenía quieta podría seguir viviendo. 

"Sí...quiero vivir, pero...¿Realmente le estoy dando mi vida? ¿Realmente es vivir?...(T/N)...¿Cómo acabaste así?...Y-y-yo...solo quiero vivir, perdónenme dioses...solo soy una chica que aún se mantiene aferrada a su hilo de vida."

Su mente ya andaba cansada o no sabía el como lidiar lo que estaba ocurriendo con ella, tal vez quería estar con la vaga idea de que algún día podría volver a los brazos de su madre, de su hermano, volver a ver a Josuke y a sus amigos. 

—Acepto...—. Dijo cabizbaja. 

Yoshikage arqueó una ceja ante la respuesta de la chica, no esperaba que hubiera aceptado después de todo, ya había preparado las cosas por si acaso hubiera dicho que NO, volvería a retomar las cosas como siempre lo hacía, aunque el cambio repentino le calmo al saber que esas manos que él quería ver vivas seguirían estando presentes. 

Empezó a prepararse para irse al trabajo, tomó su saco como su maletín para empezar a acercarse hacia la puerta, (T/N) prefirió quedarse en la cocina a terminar su desayuno también resonando su respuesta en su cabeza, cuestionando un poco. 

No hubo un adiós de parte de ambos, solo la salida de aquel hombre, una chica en la cocina, los perfectos desconocidos. 

Los caballeros no son buenos (Kira Yoshikage x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora