IV

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"Una Dolorosa Transición"

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"Una Dolorosa Transición"

El despertar la mañana siguiente fue todo un martirio, mi cabeza daba vueltas y me sentía levemente mareada, a duras penas pude sentarme en la cama sosteniendo mi frente y aguantando el dolor. SeoYeon debió notarlo porque sentí un peso sobre mi cama y luego vi una hoja frente a mi.

"¿Estás bien?" Odiaba admitir debilidad pero no pude evadirlo en ese momento, la miré y negué.

—Me duele la cabeza. —SeoYeon no esperó alguna otra palabra porque salió corriendo de la habitación. Con esfuerzo me levanté y fui hacia el baño, en el espejo me encontré desarreglada, ojerosa, pálida y fue más aterrador cuando encontré una mancha roja en mi camisa, ¿Qué era eso? tomé mi camisa para observarla y noté que habían varias manchas de eso rojo o Vinotinto pero mientras intentaba observarlas el doblar mi cuello hacia un lado hizo que me doliera como el infierno, como si un escorpión me hubiera picado ahí, gracias al espejo noté dos agujeros pequeños parecidos a dos lunares que no recordaba que tenía.

Intenté borrarlos pensando que era mugre pero no pude, hacer eso solo me dejó un ardor insoportable.

Quería bañarme pero antes de salir a las duchas cubierta de lo que parecía ser sangre y que las demás pensaran que había asesinado a alguien, busqué mi beisbolera azul para taparme. SeoYeon entró a la habitación, tenía una taza en la mano. Señaló mi cama y entendí que quería que me acostara, yo obedecí sin rechistar y volví a mis cobijas. Ella se sentó a mi lado, puso la taza sobre la mesa y sacó una tableta de pastillas de su bolsillo, rompió el aluminio y me mostró una pasta blanca mientras abría la boca como pronunciando una "A". Reí al notar que estaba tratando de cuidarme porque era tierno, quizá no necesitaba medicina, quizá solo la necesitaba a ella para curarme de cualquier cosa.

Abrí la boca justo como me lo ordenó y la pastilla fue depositada sobre mi lengua, ella me dio la taza con un líquido tibio que sabía similar al té. Di un sorbo, tragué y le sonreí.

—Gracias, doctora, de seguro me pondré mejor si me sigue cuidando así. —Volví a reír suavemente, ella se sonrojo pero sonrió también, pude notarlo.

"Quédate aquí, le avisaré a los profesores que te enfermaste" al terminar de leer negué con mi cabeza.

—Tengo que ir, si me pasa el dolor de cabeza iré a clases. —Pero ella negó con una expresión seria.

"Debes descansar"

Suspiré resignada, quizá era lo mejor, admitir que estaba enferma y que tenía que descansar: —Esta bien, descansaré, no te preocupes.

Sí, ella terminó convenciéndome sin ningún problema. 

Muy a mi pesar, SeoYeon tuvo que irse a clases. Por mi parte estaba confundida, ¿Qué eran esos puntos negros en mi cuello?, ¿Qué eran esas manchas rojas?, ¿Qué había sucedido anoche? Me cuestioné una vez ya en la soledad de aquellas cuatro paredes de pintura azul  desgastada.

El Internado (YooSeo) tripleSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora