Debido a su mal comportamiento, YooYeon es enviada a un internado al interior del país como ultimo recurso de sus padres para enderezar su camino, allí tendrá que compartir cuarto con SeoYeon, una chica muda. Sin embargo, aquel lugar guarda un oscur...
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"El Favor"
Esa mañana cuando SeoYeon despertó gracias a las campanas, se sentía somnolienta, ya era hora de levantarse y comenzar el día. Sonrió al notar que YooYeon estaba a su lado y se acercó para abrazarla y esconderse en su cuello. De igual forma, unos minutos más no le harían daño a nadie.
—Debemos levantarnos ya. —Comentó YooYeon quien no había respondido al tacto de la chica a su lado. SeoYeon levantó la vista mostrando un puchero y YooYeon tuvo que reprimir una sonrisa al verla. —Está bien... —Cedió y la chica del flequillo volvió a su nuevo lugar favorito.
La mayor no podía disfrutarlo, no mientras siguiera dándole vueltas al tema en su cabeza, una cosa era que la maldición la tomara a ella pero otra muy distinta, que la maldición tomara a SeoYeon.
Esa mañana YooYeon estaba más callada de lo usual, SeoYeon no comprendía bien qué podría estar pasando aunque podría hacerse unas ideas, por su parte no dejaba de pasar en aquel beso en la fuente y moría porque se volviera a repetir... Pero... YooYeon...
No conocía con claridad los sentimientos de YooYeon y en el fondo quería que la mayor se abriera más con ella y sin embargo era consciente de que podría ser algo reservada y a lo mejor aquello tomaría un tiempo.
"Podemos vernos en el primer descanso", decía la nota que SeoYeon le había dado y YooYeon afirmó antes de salir a bañarse con una toalla en el hombro y su cepillo de dientes en la mano.
Cuando fueron a tomar el desayuno, YooYeon se veía cansada aunque el maquillaje discreto lo disimulara, incluso Yubin lo había notado:
—¿Pudiste dormir bien anoche, Unnie?
—Un poco... ¿Ustedes si pudieron dormir? —Devolvió la pregunta sin dar muchos detalles.
—Necesito crear un suero que quite el sueño. —Se quejó Hyerin antes de hundir su cabeza entre sus brazos sobre la mesa.
—Yo la verdad siempre ando con sueño. Así que estoy acostumbrada. —Esta vez dijo Naky quien luego dio un sorbo al pitillo de su caja de leche.
—¿Y tú dormiste bien? —Le preguntó esta vez a SeoYeon a su lado quien no dudó en sonreír y asentir con entusiasmo. La mayor de todas en la mesa fue sincera cuando siguió: —Siento mucho que se hayan ido a dormir tarde por mi culpa.
—No te sientas culpable por eso, —Esta vez dijo Yubin, y entonces su tono se volvió serio, —Nosotras debemos cuidarte, debimos advertirte antes sobre los peligros... Si lo hubiéramos hecho a tiempo, nada de esto habría pasado.
—Pero sucedió, y tenemos que afrontarlo. —Comentó Naky y Yubin asintió mirándola.
—Solo faltan dos días, Unnie... —Esta vez fue Hyerin y todas en la mesa sabían que se refería a que pronto llegaría la luna nueva otra vez y YooYeon podría obtener su propia piedra.
