Decir que Sanji estaba sorprendido era poco, en sus rostro tenía una expresión indescriptible, una mezcla de emociones luchaba en su interior ¡No entendía mi un carajo! Su mejor amigo/amor de la infancia correspondía sus sentimientos, claramente estaba emocionado, sentía su rostro arder, su corazón palpitaba rápidamente, se sentía tan feliz que lágrimas comenzaron a brotar de sus azules ojos, dejando atónito al peliverde, quien estaba confundido.
«¿Mi propuesta se le hizo tan repugnante cómo para comenzar a llorar? ¿Realmente me odia?» estos y muchos otros pensamientos inundaron la mente del espadachín, provocando le irá y una profunda tristeza, lo que provocó que actuará precipitadamente llevando sus labios al cuello del cocinero, comenzando a besar y succionar aquella zona que bien sabía era sensible, dirigió sus manos hacia la camisa del contrario, la comenzó a desabotonar poco a poco, provocando ligeros temblores y gemidos por parte del rubio, lo cual era música para sus oídos, era un sonido tan embriagante y adictivo. Poco a poco comenzó a bajar hacia su clavícula, acariciando sus pezones con sus manos, apretando ligeramente y girando los - Ngh - un ahogado gemido seguido de un suspiro de placer escaparon del ojiazul, haciendo que espadachín sonriera, pues parecía estar disfrutando lo mucho.
Por su parte, Sanji no terminaba de asimilar la situación, pues sus más profundas fantasías se estaban haciendo realidad una tras otra, no entendia mucho, pero lo disfrutaba, el hecho de estar borracho hacia que las sensaciones fueran mucho más fuertes de lo normal o quizás se debía a qué era Zoro quien lo estaba tocando y que no era el quien se estaba tocando mientras fantaseaba con el espadachín, quien sabe, pero tenía claro que lo estaba disfrutando, no sabía hasta donde llegarían, pero si era con el peliverde no le importaba que llegarán hasta el final, si era el, todo estaba bien.
Ambos se dejaron llevar por el ambiente, el peliverde en rápidos y certeros movimientos quito el pantalón de Sanji, dejandolo en ropa interior, la cual estaba mojada debido al líquido preseminal de la erección que tenía, Zoro, sin dudarlo dos veces quito la ropa interior del contrario y metió el miembro en su boca, su miembro era grande, más grande de lo que pensaba, pero aún así lo metió entero en su boca, provocando dulces gemidos por parte del rubio, el vaivén del espadachín sumado al uso de su lengua en el miembro del cocinero, lo hicieron llegar al punto máximo de éxtasis.
- ¡Ngh! ¡Me vengo! - gimió entre jadeos, tratando de separar al peliverde de su miembro para no eyacular en su boca, cosa que fue inútil, pues al final se vino en la boca de Zoro quien no dudo entregarse aquel líquido - ¿Estás loco? ¿Por qué te lo tragas te? - pregunto preocupado el ojiazul
- Porque sabe bien - respondió sinceramente provocando un sonrojo en Sanji «Sabe mejor que el sake » pensó el peliverde luego de haber saboreado el semen del menor
El rubio se sentía realmente avergonzado de estar completamente desnudo, se sentía expuesto ante el espadachín, quien se lamió el labio superior al notar la vergüenza de su amigo.
- N-no me mires - susurro mientras se tapaba el rostro
- ¿Por qué? Si eres hermoso - contesto con una sonrisa
- S-si quieres m-mirarme también te tienes que d-desnudar - suplico el rubio mientras asomaba sus ojos entre los dedos de sus manos
Acción que se le hizo muy tierna al contrario, aunque también quería molestarlo un poco.
- Si quieres verme desnudo, deberías quitarme la ropa así como yo lo hice contigo - dijo en tono burlón mientras miraba de manera retadora al rubio
El rubio como buena persona competitiva que es no se iba a dejar ganar, de un momento a otro perdió la vergüenza y se abalanzó hacia el espadachín, al estar frente a el sus manos comenzaron a temblar mientras desabotonada su camisa, estaba realmente concentrado, se veía muy tierno a los ojos del peliverde, una vez que terminó de desabotonar la camisa se la quito, haciendo que quedarán muy juntos, se miraron a los ojos por un momento y no pudieron resistir las ganas de besarse, sin interrumpir aquel apasionado beso dirigió sus manos hacia el cinturón del contrario, lo comenzó a desabrochar con manos temblorosas debido a la exitacion, del solo pensar en lo que se venía su cuerpo se estremecía, desabrochó también el pantalón y bajo la cremallera, la curiosidad le ganó y dirigió la mirada hacia el miembro del contrario ¡Era tan maldita mente grande! Eso le hizo vacilar un poco, provocando que interrumpirá aquel beso en el que estaba tan sumergido hasta hace unos momentos.
- ¡No me digas que le tienes miedo! - dijo con tono burlón
- N-no tengo miedo, solo que es más grande de lo que esperaba - contesto sonrojado
Zoro simplemente sonrió orgulloso y puso una cara burlona, cosa que molesto sobremanera al rubio, quien en un audaz movimiento bajo el boxer del peliverde y comenzó a masturbar el miembro del contrarió, quien comenzó a soltar leves y roncos gemidos de placer «su rostro se sonrojo ¡Se ve tan sexi!» pensó el ojiazul quien sonrió de lado, ya con cierta confianza metió en su boca el miembro del espadachín comenzando un vaivén mientras con su lengua acariciaba cada parte de aquel grande y duro miembro, haciendo que comenzará a salir aquel líquido preseminal, en algún momento su mandíbula comenzó a doler sin embargo la exitacion era tanta que no le importo. Luego de un tiempo Zoro le saco su miembro de la boca al cocinero, haciendo que el semen terminará en la cara del antes mencionado, quien no dudo en lamer un poco de semen que estaba cerca de su boca «No sabe nada mal» pensó luego de tragar aquel líquido que se metió a la boca.
La acción del cocinero hizo que el hilo de la razón del marimo se rompiera, en pocos segundos ya estaba completamente desnudo y encima del rubio, dándole besos, tocando sus pezones sin olvidarse de su miembro, era una estimulación en muchas de las áreas más estimulantes del menor, soltaba gemidos y suspiros, el placer se notaba en su rostro, cuando estuvo ya muy sumergido en el placer, el peliverde dirigió una de sus manos a la entrada del contrario, introduciendo un dedo en la misma, el rubio al notarlo sintió como si una descarga eléctrica le recorriera todo el cuerpo, soltando un ronco gemido - ¡Ahhh! - al darse cuenta puso sus manos en su boca, estaba tan avergonzado del sonido que había hecho anteriormente. Por su parte, el espadachín estaba completamente extasiado por aquel sonido, quería escuchar más, así que le quitó al rubio las manos de la boca e introdujo un dedo más, provocando nuevamente un gemido - ¡Ngh! - seguido de un suspiro de placer junto con uno que otro jadeo, el pelo erde sonrió ante aquellos dulces y lujuriosos sonido emitidos por el rubio, quien jamás pensó que tan lascivos sonidos pudieran salir de su boca, el mayor comenzó a simular leves embestidas con sus dedos, para después abrir y cerrar sus dedos, cómo si de tijeras se tratasen, estás acciones provocaban gemidos y temblores en todo el cuerpo del cocinero, lágrimas de placer comenzaban a querer asomarse de aquellos ojos azules, una vez que la entrada del menor estuvo lista introdujo el tercer dedo, provocando que las piernas del contrario temblaran aún más.
- ¡Ngh! Maldito marino - dijo para después jadear
- No puedes negar que esto te gusta - contesto con una sonrisa
- No estoy n-negando que me guste ¡Ahhh! ¡Pero ya méteme tu pene y follame tan duro que no pueda caminar mañana! - grito sonrojado - ya no lo soporto más - susurro mientras jadeaba
- Como órdenes - respondió mientras sacaba sus dedos de la entrada del cocinero
Posicionó su miembro en la entrada del contrario y de una sola estocada lo metió, provocando que el rubio llegará a su máximo punto de exitación.
- Apenas te lo metí y ya te veniste - susurro en la oreja del contrarió mientras acariciaba el semen que se encontraba en el estómago del rubio
Hasta aquí este capítulo, la verdad no sé ni cómo lo escribí, espero que les guste, lamento no haber podido publicar esté capitulo antes, la verdad estaba ocupada xd perdón. Nos leemos en el próximo capítulo
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Lo Que Callamos Un Día
FanficUn día repentinamente se publica la noticia del fallecimiento de Monkey D. Luffy, el rey de los piratas, todos estaban atónitos ante aquella noticia, en especial cierto capitán llamado Law, quien negaba que aquel chiquillo revoltoso hubiese muerto...