Hay momentos de la vida en los que llegas al límite de lo que puedes soportar emocionalmente, comienzas a perder las esperanzas en todo y en todos, te culpas por cosas que no tienen sentido, eso mismo les está pasando a Sanji en este momento.
Díaz después de que el rubio conociera a Kuina, la prima de Zoro, le estaban pasando las peores cosas, iban puros idiotas, por alguna inexplicable razón una chica estaba muy pegada al peli verde últimamente, pero no quería mal interpretar las cosas de nuevo, así que se guardaba todo para si mismo y ahora su padre le había mandado un mensaje diciéndole que tenía que regresar a casa, era lo peor que le podría haber pasado últimamente. Nunca a tenido una buena relación con su padre, ni mucho menos con sus hermanos, a la única persona que quería era a su hermana, ella siempre lo ayudo, cuido y defendió.
Sin duda había tenido la peor semana de su vida.
Claramente no tenía ánimos de ir a aquella casa de la que tanto le costó salir, no quería saber NADA de ellos, ni siquiera los consideraba si familia, quería olvidar toda existencia de aquel pasado que tanto le atormentaba, los únicos recuerdos buenos de su infancia son los que tiene con su madre, sus amigos y con el marimo idiota del que está perdidamente enamorado.
Decidió ir a aquella casa, que nunca considero su hogar, simplemente iría y dejaría en claro que ya no quiere que lo contacten más, no importaba si tenían algún problema, no quería volver a saber de ellos.
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Todo estaba igual en aquella casa, parecía como si hubiese regresado al pasado, aquella fría y pesada atmósfera que tanto lo hizo sufrir, dónde no podía ser el mismo, dónde se tenía que ocultar detrás de una máscara para poder sobrevivir, los amargos recuerdos aún seguían causando estragos incluso ahora que ya tenía más de 20 años, probablemente esos recuerdos lo atormentaron por el resto de su vida.
Al entrar a aquella mansión, lo primero que vio fue a su hermana mayor Reiju, lo cual le hizo sentir un tanto feliz y aliviado de volverla a ver, ella fue la unica persona que lo cuido y ayudo en los infernales días que había tenido.
Rápidamente corrió hacía ella, formando un abrazo lleno de cariño y agradecimiento, su hermana correspondió inmediatamente el acto del rubio, pues estaba realmente feliz de verlo, aunque ella ya era conciente del motivo por el cual su hermano se encontraba allí.
Luego de saludar a su hermana, se dirigió al despacho del sujeto que lo había engendrado, el solo pensar en que tendría que hablar con el provocaba que su estómago se revolviera, no lo odiaba, pero tampoco le tenía algún otro sentimiento, no siquiera rencor, hace ya mucho tiempo que dejó de sentir algo por su "familia".
Recorrió aquel largo y silencioso pasillo hasta llegar a una enorme puerta, la cual golpeo con suavidad.
- Adelante - indicó la ronca y grave voz al otro lado de la puerta
Sanji obedeció y abrió la puerta, dejando ver a un hombre robusto, alto, rubio y con bigote, aquel que se hacía llamar su padre.
- Oh, ya estás aquí Sanji - dijo restándole importancia
- ¿Para qué me querías ver? - pregunto con enojo
- Te vas a casar dentro de un mes - contesto mientras leía unos documentos
Está situación tomo por sorpresa a Sanji, no sabía cómo reaccionar, estaba en shock, aunque la respuesta que le daría era clara, no aceptaría aquella imposición, el ya amaba a alguien y no podría traicionar a su corazón.
- ¿A qué te refieres? Yo no pienso casarme con nadie
El hombre subió golpeó el escritorio con furia, haciendo que un fuerte sonido se escuchará debido al impacto, arrugó los papeles que se encontraban encima del mismo y le dedicó a su hijo una mirada amenazante.
- ¡No te pregunté si querías casarte! ¡DIJE QUE TE VAS A CASAR! - grito enojado
Sanji ni siquiera se inmutó, ya estaba acostumbrado a los arranques de ira de su padre cuando algo no salía como el quería. Era más que obvio que pretendía al hacer que se case con una completa desconocida, quería aumentar la influencia de su empresa a través de un matrimonio político, sin embargo Sanji no era un objeto que pudiese intercambiar a su conveniencia, no importa cuanto le insistan, no aceptará algo así.
- ¡No me quiero casar! -
- ¡No te pregunté si quieres casarte, dije que te vas a casar y punto! - ordenó mientras volvia a revisar unos papeles - Eres un Vinsmoke y si quieres seguir gozando de los privilegios que te da ese apellido, harás lo que yo diga - sentenció furioso
Llevar aquel apellido era la más grande maldición de Sanji, probablemente su padre no tenía ni la menor idea de que el no utilizaba para nada aquel apellido, todo lo que tenía era gracias al trabajo que tenía y a su madre, no le debía nada a los Vinsmoke y no pensaba obedecer lo que le decían.
Un sentimiento de vacío inundó su cuerpo, si vida realmente apestaba, pues justo cuando creía que las cosas iban mejorando, la vida se encargaba de recordarle que su destino era ser infeliz, un pesado suspiro se escapó de sus labios, estaba realmente cansado de todo y de todo, mientras recorría los áridos pasillos de aquella casa, se topo con sus hermanos, era la peor situación del mundo, aún recordaba todos los insultos y palizas que le dieron cuando era pequeño.
- ¡Miren a quien tenemos aquí! - exclamó un chico de pelo azul
- Es el mismísimo Vinsmoke Sanji - indicó un peli rojo
- Ahorita no estoy de humor para sus tonterías - dijo Sanji mientras fruncía el ceño
- Pero no te estamos haciendo nada, simplemente queríamos saludar a nuestro hermano - contesto un peli verde tratando de parecer inocente
Aquel acto hizo que Sanji soltará una pequeña rosa, acción que enfado a sus hermanos, querían arremeter contra el, pero si padre les había advertido que no debían ocasionar ninguna pelea con el o al menos no por el momento, así que se abstuvieron de hacerlo, les parecía frustrante y divertido a la vez, pues cuando tuvieran el permiso de su padre, lo iban a moler a golpes.
El rubio se dió cuenta de que algo estaba mal, era demasiado sospechoso que no buscarán pelea, pero lo iba a dejar pasar por el momento, realmente ese día solo quería llegar a casa y cocinar algo, eso siempre despejaba si mente. Dejo a sus hermanos en aquel pasillo y salió de aquel infernal lugar, que albergaba tantos recuerdos dolorosos, una vez que salió se sintió aliviado, por fin podía respirar bien y todos los sentimientos negativos se esfumaron, realmente aquella casa aún seguía cobrándole factura de sus traumas.
Holis, aquí otro capítulo terminado espero que les haya gustado, perdón por andar inactiva, es que tuve exámenes y proyectos, pero ya me desocupe, así que trataré de publicar más capitulos
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Lo Que Callamos Un Día
Fiksi PenggemarUn día repentinamente se publica la noticia del fallecimiento de Monkey D. Luffy, el rey de los piratas, todos estaban atónitos ante aquella noticia, en especial cierto capitán llamado Law, quien negaba que aquel chiquillo revoltoso hubiese muerto...