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Las clases habían sido un completo asco, estaba en mi habitación viendo el techo sin nada en mente de que hacer, papá no estaba y Jake salió con Embry y Quil a no se donde, Leah estaba sumergida en lo que le pasaba a Sam y los preparativos de su b...

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Las clases habían sido un completo asco, estaba en mi habitación viendo el techo sin nada en mente de que hacer, papá no estaba y Jake salió con Embry y Quil a no se donde, Leah estaba sumergida en lo que le pasaba a Sam y los preparativos de su boda , así que no tenía a quien llamar.

Vi a la derecha, mi tabla de Surf, era mi escapada. La tomé para caminar a la push, un short corto con una playera de tirantes, sentía la fría brisa por lo cual, no me quitaría del todo la ropa, en una mochila llevaba un cambio para cuando terminará.

Al llegar deje mi mochila estirándome, unas escandalosas risas llamaron mi atención, me giré al notar esa molestia de voz. Paul Lahote rodeado de varias chicas, sonriendo a cada una de ellas.

Rodé los ojos ante la escena.

Paul era un completo imbécil, desde que llegó fue un dolor de cabeza, es decir llegaba a intimidar a mi hermano y sus amigos, entre ellos, mi novio, además que siempre me molestaba, al crecer simplemente lo ignoré y dejó de hacerlo.

A veces dudaba que Jake fuera el mayor, podía comportarse como un infante en ocasiones. Volví mi vista al frente, tomé la tabla adentrandome, pequeñas olas se formaban.

Estuve un rato entre la tabla y caer al agua, había perdido la práctica, me subí a ella con los pies a ambos lados sumergidos en el agua cuando comienzo a escuchar los gritos de auxilio de alguien, al girar mi mirada veía unas manos luchar por salir del agua.

Si no saben nadar, ¿para qué entran?

Sin pensarlo con mis manos y pies comencé a moverme entre el agua para llegar a él, con todas mis fuerzas lo saqué a flote. Ya nadie estaba para pedir ayuda, cuando estaba a punto de subirlo conmigo, tomó mi muñeca obligándome a zambullirme, la tabla dio vuelta.

Ahora era yo la que luchaba contra el agua. Una risa escandalosa se escucho, de inmediato la reconocí, salí quitando el cabello de mi cara viéndolo recargado en mi tabla con su gran sonrisa burlona.

—¿Qué tal la agua, pequeña? — subía y bajaba sus cejas.

—¡Eres un imbécil! — le arrojé agua, se le metió a los ojos lo cual me hizo sentir mejor —. El más grande e insoportable que he conocido.

Nade hasta la tabla alejando su mano para subirme a ella.

—Vamos Black — paso dos de sus dedos por sus ojos —. Fue divertido, hubieras visto tu cara.

—¿Fue gracioso? — el no dejaba de sonreír, mire la ola que se avecinaba —. Si, ya lo creó.

Con todas mis fuerzas tome su cabeza sumergiéndolo por completo, este estaba desprevenido por lo cuál ni siquiera pudo hacer algo. Me puse de pie dejándome llevar por la ola hasta la orilla donde camine.

Paul fue arrastrado, estaba boca arriba expulsando toda el agua que trago, me vio con el ceño fruncido, evidentemente molesto. Yo inevitablemente carcajee al ver como ese engreído rostro estaba molesto y ya no sonreía.

Blackie  | Paul Lohete ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora