O2

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Todo había sido una completa locura. ¿Razones? Por una semana había estado metida en la casa de Leah, estaba destrozada por su rompimiento con Sam y es que fue una sorpresa para todos los que los conocíamos.

Incluso yo apostaba qué en su primer año de matrimonio tendrían un niño y al siguiente otro y así hasta que tuvieran el equipo completo.

Pero no, en ocasiones lo que crees no es la verdad absoluta, porque solo es eso, creer.

Con Paul cruzábamos miradas mas de lo que lo habíamos el ultimo tiempo: en cambio de clases, cafetería y los pasillos en general. Solo tenía cara de enojón cuando estaba Embry, sin él, su rostro era relajado o menos fruncido.

Incluso cuestione a Bry si le había hecho algo, es decir, yo sabía que muy en el fondo de ellos se apreciaban, Quil y Jacob incluidos pero estos lo negaban rotundamente diciendo: que era absurdo.

Iba camino a la motocicleta de mi hermano, esta semana le tocaba a él conducir.

—Te puedo llevar, si quieres.

Me gire encontrando a Paul montándose en su motocicleta acomodando su chaqueta de cuero.

—Gracias pero no, espero a Jake — sonreí apretando los labios viendo al frente esperando que se fuera.

—Hazel — ignore su llamado —. Oye, deja de ser terca, Jake esta siendo regañado con tu novio.

—¿Cómo sabes eso? — me digne a mirarlo.

— Pase y los vi —se encogió de hombros —. Te puedo acercar solamente al menos que quieras esperar aquí hasta que salgan, claro.

—No te preocupes, puedo hacerlo, tengo todo el tiempo del mundo — esperando que se fuera busque a Quil con la mirada, era mi única escapatoria.

—Va a llover pronto. Yo solo digo.

—¿No tienes mejores cosas que hacer que hablar del clima? — la paciencia se me acababa —. Paul, estamos en Forks, siempre llueve.

—Cierto — avanzó con su motocicleta para colocarse frente mío —. Solo deja de ser terca, te llevo.

—Espero a mi hermano, gracias — sonreí forzada.

—Hazel, ¿sabes lo linda que te ves sonriendo en lugar de tener el cejo fruncido?

—¿En serio? — fingí emoción —. Gracias, ya se que no hacer cuando estés cerca. Aplica tus consejos para ti mismo, Lahote.

—¿Me acabas de decir lindo? Que se supone que diga, ¿gracias? — me hizo blanquear los ojos eso lo hizo sonreír —. Entonces, gracias.

—Eres imposible — escuche su risa mientras lo rodeaba.

En serio que estar cerca suyo consumía mi paciencia y es que yo me consideraba una persona tolerante, lo juro por mi padre, pero con ese hombre gruñón todo eso se iba al acantilado, solo verlo y ya estaba de malas, podía ignorarlo y eso me había funcionando los últimos casi dos años, ¿qué le había picado?

En serio que estar cerca suyo consumía mi paciencia y es que yo me consideraba una persona tolerante, lo juro por mi padre, pero con ese hombre gruñón todo eso se iba al acantilado, solo verlo y ya estaba de malas, podía ignorarlo y eso me había f...

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Blackie  | Paul Lohete ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora