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Hazel Black

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Hazel Black. O como me gustaba decirle: Blackie.

Aquella chica que era un dolor de cabeza constante, no podía decir una broma porque ahí estaba diciéndome idiota y bueno...... No lo era o tanto como ella me hacia ver.

Era como cualquier día en la push, donde "casualmente" me encontraba con chicas, platicábamos, reíamos, ya saben, lo de todas los días para huir de mis tareas y así poder excusarme con algo. Mientras hablaba con una de ellas, no sé porque pero simplemente tuve que ver detrás, solo un poco, ahí estaba, tan insoportable como siempre.

La vi por el rabillo del ojo, se veía tan jodidamente bien como cualquier otro día, no importaba qué ropa llevará, siempre se vería bien.

Y es que aunque fuera odiosa, no podía negar la atracción qué sentía a ella, simplemente era el imán de mi mirada. Solo pude distinguir una pequeña mueca en su rostro para meterse al agua.

Seguía platicando pero había cambiado de posición con una de mis acompañantes para que mi vista quedará justo a donde estaba Black, su rostro concentrado era ¿Cómo decirlo? ¿Atractivo?

Realmente dudaba de que ella y Jacob compartieran genes o al menos que todos los buenos fueran a ella.

—¿Paul? ¿Me escuchas?

—¿Qué? — Pregunte de forma distraída.

—Iremos a comer, ¿vienes?

—Eh, no, luego las alcanzo.

Ellas insistieron un rato pero al final terminaron por irse, ¿qué rayos hice mal con Hazel para que me odiará?

Es decir, ella era igual que yo, de lejos no podía negar sus cualidades pero al tenerla cerca solo se me venían a la mente sus defectos: gritona, sumamente orgullosa —cosa que compartíamos —, se metía en cosas que no tenían que ver con ella y más que ahora no recuerdo.

Di un vistazo a la push notando como éramos los únicos que quedaban, ella montaba una ola.

Hace rato que no la veía molestarse.

Me metí al agua y cuando la vi descansando empezó mi momento de actuar, ella llegó al instante, me tomó de la muñeca pero fui más rápido al zambullirla conmigo. Tenía su cabello negro por todo el rostro como si de un velo se tratará, reí pero ella se lo tomó a mal, tiene un humor de mierda.

Bueno, la alegría no me duró porque ahora yo fui al qué le metieron el rostro en el agua. Cuando quise salir fui arrastrado por una ola, escupí el agua qué trague dispuesto a tomarla y lanzarla de nuevo.

Estaba molesto, pero vi su estúpida sonrisa y escuche su risa haciendo que el enfado se esfumara, aunque quise hacer un comentario al respecto no pude por el agua qué aún escupía y ella se alejaba, ¿ya dije que me atrae la maldita?

Blackie  | Paul Lohete ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora